Los estudiantes universitarios y liceístas parecían anestesiados por el reguetón, la cerveza, la frivolidad y los sueños por fugarse del país para buscar destinos más prometedores en el exterior. Seducido por esta apariencia, el teniente coronel Hugo Chávez, cuando evaluó los costos que tendría su caprichosa y autoritaria medida de cierre de RCTV, seguramente no incluyó o subestimó la respuesta que podría provenir de ese sector. Me imagino que en las salas situacionales donde se proyectaron los escenarios probables del día siguiente, a quienes se consideraron enemigos fue a los políticos y dirigentes que más aparecen en Globovisión o que declaran por la prensa, a los nostálgicos de
Es demasiado temprano para vaticinar qué ocurrirá con una protesta estudiantil que apenas despunta y que no sabemos si alcanzará el pleno desarrollo. Sin embargo, las movilizaciones desenfadadas de los jóvenes han tenido la virtud de introducir un aire refrescante en el espeso ambiente creado por Hugo Chávez desde su triunfo en las elecciones del 3 de diciembre. Su proyecto totalitario, impulsado por los cinco motores y el combustible que le da el contar con los precios del petróleo por encima de $ 55 el barril, sólo había encontrado cierta resistencia en las movilizaciones y protestas con las que intentaron impedir el cierre de RCTV los sectores democráticos. Ahora el cuadro ha cambiado radicalmente. Ese 80% por ciento de rechazo a las medidas que recogían las encuestas, se está expresando a través de los estudiantes, de los artistas, de los periodistas y de otros grupos que no habían tenido protagonismo en la democracia protagónica.
La agitación estudiantil que estamos presenciando representa un adelanto de lo que podría pasar en Venezuela si a Chávez se le ocurre cerrar Globovisión o allanar universidades autónomas para tratar de uniformarlas de "rojo rojito". Para esa eventualidad hay que estar preparados. El poder lo embriagó, y en esos estados alterados los jefes arrogantes suelen acentuar las medidas arbitrarias. Además, se ha encargado de afirmar que su revolución está armada, En la marcha de los Estudiantes hacia
Los estudiantes se han desmarcado de los políticos y de los partidos. No quieren saber nada de ellos. Resulta inevitable esta reacción. Son tantos los errores que se han cometido y tantas las frustraciones acumuladas, que esa actitud es inevitable. Sin embargo, en todas las partes del mundo donde los estudiantes han combatido dictaduras, el objetivo de restituir la democracia y la libertad se ha alcanzado, cuando esa lucha se ha articulado con los partidos políticos. Las organizaciones partidistas se están reacomodando y realizan serios esfuerzos por corregir los errores del pasado. Los líderes estudiantiles deben entender que la pelea contra un régimen que mantiene el control férreo de todas las instituciones del Estado, que ha ido conquistando la hegemonía comunicacional y cultural, y que pretende acabar con la libertad en todas sus formas, sólo puede ser enfrentado con éxito si se cuenta con una estrategia de mediano y largo plazo que incluya a todos los sectores nacionales. Desde esta perspectiva, los partidos representan una fuerza y un instrumento esencial e insustituible para el combate. Lo otro es aislarse y debilitar la lucha. Ahora celebremos el despertar.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario