Nadie imaginó, cuando el reloj marcó la transición del domingo 27 al lunes 28 de mayo, que el país iba a dar un vuelco significativo gracias a las protestas —lideradas por un sorprendente y creativo movimiento estudiantil— que se desencadenaron a lo largo de la semana pasada, a propósito del cierre de RCTV. Nadie lo imaginó. Ni Hugo Chávez, ni su ministro de Comunicación e Información. ni su ministro de Interior y Justicia, ni sus parlamentarios, ni sus magistrados del TSJ, ni sus asesores internacionales. Pero la vida te da sorpresas.
Pero tampoco lo imaginaron los representantes de la oposición y los analistas políticos. Nadie se imaginó que aquel inicial movimiento de protesta impulsado por periodistas, artistas e intelectuales en contra del cierre de un medio de comunicación y en defensa de la libertad de expresión se iba a convertir en el motivo central para la movilización de miles y miles de muchachos que plenaron las calles de las ciudades venezolanas para luchar por la libertad, es decir, por el futuro.
Pero tampoco lo imaginaron los representantes de la oposición y los analistas políticos. Nadie se imaginó que aquel inicial movimiento de protesta impulsado por periodistas, artistas e intelectuales en contra del cierre de un medio de comunicación y en defensa de la libertad de expresión se iba a convertir en el motivo central para la movilización de miles y miles de muchachos que plenaron las calles de las ciudades venezolanas para luchar por la libertad, es decir, por el futuro.
No fueron protestas contra la inseguridad, la inflación y el desempleo, los tres peores problemas que enfrenta la sociedad venezolana. Las protestas fueron contra la acción gubernamental que pretende cercenar las libertades. En este caso la de expresión, pero también sobre los derechos ciudadanos referidos a la autonomía universitaria, la independencia de los poderes públicos, la libertad educativa, la propiedad privada, la libre iniciativa, la autonomía sindical. Lo que está en juego es la libertad —como dijimos en la anterior edición de Ideas de Babel— que abarca desde estos grandes temas hasta asuntos más personales, como la forma de vestirse, de teñirse el cabello o de usar una prenda íntima.
La libertad es un concepto de amplio espectro, no un problema cotidiano como lo son el desempleo o la muerte a manos del hampa. Estos miles de jóvenes han estado manifestado por la defensa de un concepto. Es decir, han ido a la esencia de la lucha que hemos venido planteando distintos sectores desde hace más de ocho años, cuando sospechábamos que con la asunción de Chávez al poder comenzaría uno oscuro capítulo en la historia venezolana. Los muchachos no plantean reivindicaciones económicas o menor inflación o mayor protección policial, sino la defensa de la libertad y la democracia y los derechos civiles.
Libertad, democracia y derechos civiles no sólo no pueden existir el uno sin los otros sino que conforman el modelo político, económico, cultural y social donde pueden enfrentarse los daños ocasionados por el desempleo, la inflación, el hampa, la mortalidad infantil, la deserción escolar y la crisis de infraestructura, por citar sólo algunas de las muchas áreas de problema de la Venezuela de hoy.
Chávez sobrestimó su capacidad política para sortear en el cierre de RCTV y subestimó a 80% de la población venezolana opuesta a ese acto de censura. Sobrevaloró el impacto que produciría la nueva —más bien vieja— TVes y subvaloró las emociones de un pueblo que se sabe ultrajado. Sobrestimo su dominio totalitario de los poderes e instituciones del Estado y subestimo la capacidad de respuesta de un estudiantado que se ha puesto a la cabeza de la protesta.
Mañana martes 5 de junio los estudiantes volverán a la calle, pero no lo harán solos. Desde la Plaza del Rectorado de la UCV saldrá la marcha de todas las universidades del país —nacionales, experimentales, regionales, públicas y privadas— con sus alumnos, profesores, autoridades, investigadores, empleados administrativos, trabajadores y egresados, así como los artistas, periodistas, sindicatos, gremios y todos los venezolanos que buscan defender la libertad, la democracia y los derechos civiles. La vida seguirá dando sorpresas.
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