jueves, noviembre 30, 2006

Guillermo Feo: UN VOTO DE CONCIENCIA…UN VOTO PARA EL FUTURO

Antes de definirse la candidatura de Manuel Rosales como la opción de la unidad opositora, existió una corriente de pensamiento, minúscula numéricamente pero mayúscula en la claridad de sus ideas, que proponía construir un movimiento encargado de enfrentar, de cara a las elecciones de diciembre, al militar gobernante, no con peligrosas e inseguras manifestaciones presidencialistas, sino con la paciente construcción de agudos argumentos dirigidos a resaltar las profundas y auténticas razones a través de las cuales se evidencia la trágica necesidad de extirpar de raíz este deplorable gobierno que, en perfecto símil con el cáncer, penetra demoliendo cada capa que invade. Dichos argumentos se fundamentaban en alertar, para combatir, a los síntomas que nos alertan de la enfermedad: el MIEDO, la DESTRUCCIÓN, la OBSCENIDAD, lo INMORAL, la DESHONESTIDAD, la CORRUPCIÓN. No se logró construir lo deseado. Triunfó, nuevamente, la inmediatez triunfalista. Hemos conocido el sabor de ello: luego de la pérdida en el Referéndum, la oposición padeció de un clarísimo síndrome depresivo, casi desapareciendo de la escena política. Porque se creyó que la carrera era de corta distancia, que la pelea era de sólo tres rounds. Y resultó que el contrario estaba, y está, preparado para la lucha de largo aliento. Y de nuevo nos colocamos en el mismo sitio que al principio: disponiéndonos para una batalla que pareciera se inicia el 3 de diciembre a las 5 AM y finaliza el 4, o el 5, o el 6, o el 7… Estúpido error estratégico.
El 3 de diciembre es apenas un atisbo de lo que nos espera. Chequear la papeleta de las máquinas de votación es un tenue relámpago de la tormenta que se avecina. ¿Cuáles son las opciones, TODAS potencialmente viables?
1. Que la oposición gane y que el militar gobernante entregue. Posible más muy poco probable, casi inverosímil.
2. Que la oposición gane y el militar gobernante no entregue. Perfectamente posible, lo más probable.
3. Que la oposición pierda y reconozca su derrota. ¿Será esto posible?
Es este último punto en el cual me quiero detener. Es mi criterio personal que existen indicios de que el militar gobernante, más allá de las impunidades realizadas en las cedulaciones piratas o en la amedrentación alimentada con las “captahuellas”, pueda ganar voto sobre voto. Pero no podemos deprimirnos nuevamente. Tenemos que aceptar que aquello es dable y que es entonces cuando la verdadera lucha comienza. Votar el 3 de Diciembre no es un voto para el 4, o el 5, ó el 6. Es una acción que dispara toda una voluntad para el futuro, para los próximos años, por nuestros hijos y nietos… contra lo malignamente vertical, dictatorial, impositivo, y hacia lo horizontal, democrático, electivo. Contra la ignorancia de los conocimientos arcaicos, la mediocridad, las hábiles formas de controlar la voluntad del ciudadano, la falsedad de la igualdad y del colectivismo…… hacia el moderno conocimiento de los nuevos paradigmas, la sublimidad del espíritu, la auténtica democracia, el rescate del genuino humanismo en pos del respeto a la conciencia individual.
VOTA EL 3 DE DICIEMBRE PARA, POR Y HACIA EL FUTURO.

Gerver Torres: El SECUESTRO

Algunas veces, pequeños episodios de la vida pública resultan excelentes metáforas de lo que ocurre con toda una sociedad. Uno de esos episodios ocurrió el lunes 27 de noviembre con el ferry Lilia Concepción de la empresa Conferry, que partió en su acostumbrada rutina a las 8 a.m. desde Puerto la Cruz hacia Margarita. La prensa relata que un grupo exaltado de 75 pasajeros —resultaron ser simpatizantes oficialistas que regresaban de su concentración del día anterior en la avenida Bolívar, en Caracas— se dieron cuenta, después de que el ferry había partido, de que un grupo de 16 de sus compañeros se había quedado en el muelle. Bajo distintos tipos de amenaza obligaron al capitán de la nave a retornar al puerto para buscarlos, cosa que finalmente lograron hacer.
Según empleados de Conferry, un incidente de esa naturaleza no había ocurrido en los 43 años de la empresa. El hecho es insólito y es también una metáfora. Un grupo secuestra una nave, contraviene normas de seguridad, crea una situación de peligro para más de 500 pasajeros y les genera un daño al obligarlos a perder más de tres horas en la operación, además de la tensión y la angustia que vivieron. Lo hacen además con absoluta impunidad.
Las personas que obligaron al capitán de la nave a retornar a puerto, han debido ser detenidas de inmediato por la Guardia Nacional, para ser sometidos a juicio. ¿Por qué no se hizo? ¿Por qué los dejaron seguir libremente? ¿Quién le hace justicia a la tripulación de la nave, a los pasajeros y a la empresa afectada?
El incidente revela cuando menos dos cosas: una mentalidad —una manera de proceder— que consiste en imponerle a los demás, por la fuerza, los intereses y la voluntad propia y, en segundo lugar, el colapso total de las instituciones, que permite que ello ocurra. Unos secuestran un ferry, otros secuestran el país.

gerver@liderazgoyvision.org

Trino Márquez: LA HISTORIA NO SE ACABA

La cita electoral del 3 de diciembre representa una estación crucial de la historia del país. Se enfrentan dos enfoques distintos —e incluso opuestos— de concebir la política, la sociedad y el Estado. Desde luego, las elecciones se realizan para contar los votos. La aritmética es la operación matemática esencial. De la consulta saldrá un ganador y un perdedor, hablando en términos estrictamente pitagóricos. Sin embargo, para ninguno de los dos bandos en pugna la historia habrá concluido. Sólo se habrá iniciado un nuevo ciclo.
En el caso de que el Gobierno pierda tendrá como tarea recomponer sus bases sociales, evaluar el discurso y la proposición que le presentó al país y establecer cómo utilizará el inmenso poder con el que cuenta en las numerosas instituciones del Estado que controla. El oficialismo tendría que admitir que su proyecto es inviable y que el pueblo no acepta el socialismo ni el comunismo. Sin embargo, su fuerza acumulada le permitiría reestructurarse en un período relativamente breve y aparecer de nuevo como una alternativa para los sectores que en el pasado se sintieron atraídos por la oferta programática y el discurso del actual Presidente de la República.
Si ocurriese lo contrario, es decir, que fuese la oposición la que saliese numéricamente derrotada, el candidato perdedor tendría que asumir la responsabilidad de construcción y dirigir un amplio movimiento que reúna a la mayor parte de los partidos, grupos y sectores que participaron en la campaña electoral. Lo que ha conquistado la oposición y su líder —Manuel Rosales, el gobernador del Zulia— no es poca cosa. Su esfuerzo ha sido titánico y los resultados asombrosos. A mediados de 2006 una amplia franja de la oposición estaba desmovilizada, producto de su frustración y desconfianza en quienes aparecían públicamente como sus voceros y dirigentes. El fracaso en el revocatorio, la actitud errática de los líderes de aquella jornada y, luego, la incapacidad para aprovechar la enorme abstención del 4 de diciembre de 2005, sembraron el escepticismo entre la mayor parte de los ciudadanos que habían marchado, firmado y expresado de distintas formas su descontento con el Gobierno.
En muy pocos meses este estado de ánimo, en el que se combinaban la rabia con la resignación, se modificó. La misma gente que expresaba su desconfianza frente al proceso electoral o que creía que no era posible alterar el cuadro político nacional a través de las elecciones, salió a las calles a manifestar con entusiasmo y a prepararse para llegar a la convocatoria de diciembre en las mejores condiciones posibles. El abanderado opositor, que al comienzo aparecía como una comparsa dentro de un baile en la cual parecía ser un invitado de ocasión, se convirtió —gracias al apoyo de los ciudadanos de todas las clases sociales y a su propia reciedumbre— en una amenaza real para el candidato a la reelección.
En esos grupos sociales que salieron del marasmo y la desidia existe un enorme potencial para construir una fuerza organizada, que será necesaria, incluso en el caso de que la oposición saliese triunfadora en los comicios. Las democracias más estables son aquellas en las que existen partidos políticos sólidos, capaces de establecer alianzas y llegar a acuerdos permanentes con diferentes factores de poder dentro de una sociedad. La democracia venezolana requiere con urgencia que los viejos partidos políticos que surgen después de la muerte de Juan Vicente Gómez —cuando la nación sufre un vuelco radical— sean sustituidos por nuevas agrupaciones policlalistas que reúnan a personas con distintos intereses particulares, pero con un solo propósito común: asegurar la vigencia de la democracia, el desarrollo de la nación y la equidad social.
La reconstrucción del país necesita de partidos políticos y organizaciones de la sociedad civil que asuman, con un sentido de permanencia, las tareas que permitan superar los gigantescos problemas que el país confronta en todas las áreas. El restablecimiento de un clima de confianza y armonía, el desarrollo económico, la creación de empleos, la reducción de la pobreza, el combate a la delincuencia y el rescate de la seguridad ciudadana, tareas que el Gobierno —viejo o nuevo— deberá acometer, podrán cristalizar si existen acuerdos políticos que les den viabilidad.
La cristalización de esa fuerza por parte de la oposición permitirá preservar el triunfo, si se obtiene; e impedirá que la frustración se adueñe de nuevo de los ciudadanos, si es que es que se pierde. Además, numerosos desafíos deberá afrontar la oposición. Allí están los referendos revocatorios de gobernadores y alcaldes, y los referendos consultivos que el Gobierno tendrá que convocar para aprobar cualquier reforma o enmienda constitucional. Todos estos compromisos requerirán de una oposición tan firme como la que se expresó durante la campaña electoral. La historia no se detiene.

Heinz R. Sonntag: RETROSPECTIVAS Y SIMBOLISMOS

Gracias a un trabajo periodístico de Globovisión, tuvimos los ciudadanos que lo vimos el sábado pasado la oportunidad de ver un documento de nuestra historia contemporánea: la entrevista que hizo en 1998 —antes que el teniente coronel obtuviera su victoria— Raúl Peimber, el periodista que dirigía la parte latina de la cadena estadounidense PBS. Lo fascinante de este documento no fue tanto cómo —ya en aquel entonces— el que resultó ser luego nuestro supremo tergiversaba y mentía acerca de lo que había dicho en su campaña, como aquello de “freír las cabezas de los adecos”. Lo que más impresionó fue lo que dijo sobre sí mismo y la visión que lo iba a orientar en caso de resultar electo. Sostuvo que los intentos de golpe de 1992 no habían sido tales, sino resultados de su responsabilidad y la de sus “camaradas” de corregir los desvaríos de la Republica bajo el gobierno de Carlos Anfrés Pérez; que el juramento bajo el Samán de Güere fue algo así como un mandato divino-bolivariano; que él había dejado de ser militar y era ahora político; que él era un defensor firme y permanente de la más absoluta libertad de pensamiento y expresión; que su proyecto era una Venezuela pluralistamente democrática, con economía de mercado, promoción de capitales foráneos y nacionales y absoluta libertad sindical, así como orientada a la búsqueda de eterna amistad con Estados Unidos; y que todo lo que hacia —pintar, haber sido militar y hasta lanzador en béisbol— lo hacía “por amor”, aparte de muchas otras de aquellas “macrofantasias” narcicistas que mencioné hace algún tiempo.
¡Que juzgue el amigo lector en qué ha terminado, después de casi ocho años en el gobierno, esta imagen que dibujaba de si mismo! No es solamente que hasta el juramento como presidente, con la mano sobre “esta moribunda constitución”, fue —en términos estrictos— inconstitucional y por ello ilegal e ilegitimo. Es también que, en los primeros tiempos —del 2 de febrero de 1999 hasta la relegitimación en 2000— usó numerosos trucos de ésos que la gente seria llama “politiqueros” para imponer sus —hasta entonces casi inocentes— proyectos. Del célebre proyecto de cambio de la educación, que fracasó por la primera resistencia de muchos ciudadanos, en adelante se fue radicalizando, provocando la intensificación de la oposición, muchos de cuyos integrantes lo habían apoyado hasta poco antes. Lo que Chávez impulsó, con la asistencia especial de su “mentiroso mayor”, el “ejemplar periodista” José Vicente Rangel —¿cuándo lo fue? ni lo sabe él mismo, tal es su identificación de “denunciador de oficio” de antaño con la misma condición de hoy— fue un proyecto de odio, de polarización, de mentira, además de militarización y destrucción de casi todas las instituciones, con la única excepción de las universidades autónomas y algunas privadas.
Los resultados fueron las masivas protestas, el curioso “golpe” del 11 de abril de 2002, el paro general de finales de ese año, el recrudecimiento de la represión y el endurecimiento de las medidas políticas de desinstitucionalizacion totalitaria del Estado democrático.
Hubo una serie de simbolismos que acompañaron este proceso. El primero fue el “bolivarianismo”, una versión de la mezcla de conceptos que fue el pensamiento político de Simón Bolívar, quien nunca quiso desarrollar una teoría política o revolucionaria sino ensamblar sus ideas de acuerdo con las necesidades estructurales y coyunturales de las luchas por la independencia. Este simbolismo se extendió hacia ese otro que se llamaba “Revolución Bolivariana”. En la medida en que el supremo se abrazó de Fidel Castro, fue avanzando el ingrediente “socialista” del la “Revolución”, hasta llegar al simbolismo del “socialismo del siglo XXI”, que ni siquiera Heinz Dieterich, su asesor y confidente, estima posible. Los últimos simbolismos rayan en lo ridículo: la sustitución de la economía monetaria por la del trueque. ¿Hasta dónde y cuándo puede llegar la ilusión de una regresión societal?
Aparte del simbolismo militarista —hasta en la vestimenta del teniente coronel—, a la misma altura de los anteriores, hay simbolismo menores. Uno, por ejemplo, es el uso del color rojo, un simbolismo que se acentuó en la medida en que los que mandan se acercaron al ideal del “socialismo-comunismo”. Otro es el lenguaje. Un solo ejemplo: la “marea roja”. Sería interesante saber si el sabelotodo supremo y su asesor intelectual saben que el significado original de este fenómeno es una intoxicación del agua del mar que mata peces y otros seres vivos. ¿Habrá que aplicar este significado original del simbolismo a las mareas rojas del chavismo? ¿Es el simbolismo semántico “rojo-rojito” una expresión inconsciente del deseo del comandante de saber que todos sus enemigos están muertos o, por lo menos, silenciosos?
La contraposición de lo que Chávez dijo en aquella entrevista de 1998 y lo que hizo en estos casi ocho anos no podría ser más dramática. Juzgarla es tarea de todos nosotros, los ciudadanos. Este juicio es una obligación ética. ¡Ojalá que cada uno de nosotros, los 26 millones de venezolanos, sepa cumplir con la ética democrática!

heinzsonntag@hotmail.com

lunes, noviembre 27, 2006

SUMARIO 28-11-06

Hola amigos en Venezuela y el mundo.
Esta es una edición muy breve de Ideas de Babel. La proximidad de las elecciones presidenciales marca el tono. El momento de la verdad se aproxima, pero no sabemos cuándo será ese momento ni cuál será la verdad.
Homenajeamos a Robert Altman, gran creador del cine norteamericano, fallecido a los 81 años hace una semana en Los Ángeles, con un legado de más de treinta largometrajes.
Trino Márquez no sale de su asombro al comentar el concepto de trueque que Hugo Chávez maneja en el siglo XXI. Felipe Benites se mofa de las cifras del Instituto Nacional de Estadísticas. La nueva columnista invitada Silvia Dioverti se remonta a Bruno Bettelhein y algunos teóricos jungianos para sumergirse en los significados del color rojo... rojito.

Disfruten lo bueno y perdonen lo malo.


Alfonso

Política Ficción: LA ENCUESTA ESTÁ EN LA CALLE

Esta es la semana más larga. La semana de la incertidumbre. Un tobogán que nos desliza hacia un final inevitable. Es la semana sin encuestas en los medios tradicionales. No hay posibilidad de mentir o de vislumbrar el futuro inmediato. La encuesta está viva, está en la calle, en los distintos actos de campaña, en el último esfuerzo para ganar, en las grandes masas en acción. Si nos atenemos al multitudinario cierre de la campaña de Manuel Rosales —el sábado pasado sus partidarios colmamos la autopista más importante de Caracas, en un acto que ni siquiera los más radicales del chavismo pueden negar— el próximo presidente de Venezuela tiene nombre y apellido... si estuviéramos ante una elecciones normales. Nunca ha habido en Caracas tal concentración de gente en un espacio tan grande. Ni siquiera en las famosas marchas, antes del frustrado referendo revocatorio del 15 de agosto de 2004. Pero no me atrevo a decir que el domingo será el día de la verdad pues "lo más seguro es que quién sabe".
Lo que sí parece cierto es que estamos en el umbral de un período muy difícil que no será ajeno a la violencia. Hay dos locomotoras que avanzan hacia la misma estación. Ninguna está dispuesta a ceder el paso y la que llegue primero gana. Chávez sabe que su popularidad está debilitada, que su acto de cierre en Caracas exigió más de dos mil autobuses venidos de todos los rincones de Venezuela para traer gente que llenara los espacios previstos —ergo, no fue un acto caraqueño— y que Rosales resultó el candidato opositor que él nunca sospechó. Chávez se sabe herido... y, por ello, es muy peligroso.
El comando de campaña de Rosales no es la Coordinadora Democrática, que fracasó estrepitosamente en el referendo revocatorio de hace dos años. Fracaso que se fundamentó —además del fraude y del ventajismo oficiales— en la ausencia de un liderazgo legítimo y en la carencia de un aparato organizativo. Ambas condiciones las tiene hoy Rosales. Es un líder que marca un rumbo y cuenta con un aparato político y organizativo que lo respalda. Además, su candidatura ha logrado reducir el abstencionismo en la oposición, algo que no ha sucedido en las filas del chavismo. Rosales no va a permitir que le roben el triunfo. Afortunadamente, es un hombre de pocas palabras y probada efectividad. Estamos en un tobogán y vamos a la misma estación.

Cine: EL LARGO ADIÓS DE ROBERT ALTMAN

Hollywood suele ser injusto con sus mejores creadores. Sólo en la última entrega del Oscar —en marzo de este año— la Academia le otorgó a Robert Altman un reconocimiento por su extensa trayectoria y sus aportes al cine estadounidense. Nunca premió un film suyo. En cambio, el festival de Cannes, el de Venecia, el Círculo de Críticos de Nueva York, la Sociedad Fílmica del Lincoln Center, la Academia Británica y otras instituciones internacionales se rindieron ante sus trabajos llenos de irreverencia, audacia e independencia. Premiaron sus películas, lo homenajearon, le dieron el tratamiento de "autor" en vez de considerarlo un mero director al servicio de la industria. Murió el 20 de noviembre, a los 81 años, víctima de un cancer que lo acompañó durante los últimos 18 meses, lo cual no le impidió que estrenara este verano A prairie home companion y que se preparara para comenzar a filmar —en febrero de 2007— su nueva película.
Con más de treinta largometrajes en sus espaldas, Altman se paseó por casi todos los géneros cinematográficos —comedia, tragedia, western, policial, romance, biografía, musical, aventura, melodrama, sátira política, cine dentro del cine— y trabajó tanto con grandes elencos como con actores desconocidos.
Obras tan disímiles y sugerentes como la comedia M*A*S*H, el drama social del oeste MacCabe y la señora Miller, la sátira Ladrones como nosotros, el policial El largo adiós, la biografía Vincent y Theo, el homenaje al cómic Popeye, el drama inglés Gosford Park, el film coral Short Cuts, la revisión histórica Buffalo Bill y los indios, la irónica Prêt à porter, la doblemente irònica The player, la también coral La boda, la desconcertante Quinteto y el drama femenino Tres mujeres, entre muchas otras, conforman uno de los legados más sólidos que realizador alguno ha dejado a la cultura de su país. Porque a Altman sólo le interesó hacer cine norteamericano, con sus valores y conflictos y con un humanismo poco usual.

jueves, noviembre 23, 2006

Trino Márquez: EL REGRESO A LAS CAVERNAS

Fue dramático, lo digo por el estupor que producía, ver a Hugo Chávez explicando en qué consiste el trueque, cómo se forman las zonas sociales, cómo pueden intercambiarse naranjas por topochos y gallinas por cachicamos, en qué consiste la moneda social de vigencia perecedera, a la que “algún nombre habrá que ponerle”. Por supuesto que ninguna de estas figuras quedó clara en la exposición del caudillo. Sus palabras se convirtieron en un retruécano. La cara de los asistentes, sobre todo de los productores agrícolas, era un poema. Sus rostros desencajados traducían un desconcierto difícil de describir. Muchos de ellos parecían estar pensando si aquello que oían era cierto, o si se reducía a una de esas parodias trágicas que se hacen en los malos programas de humor.
El trueque es la gran proposición estratégica que Chávez le plantea a los sectores más desprotegidos del país. A este anacronismo lo acompañan la economía de subsistencia y el desarrollo endógeno. Aquella antigualla no fue defendida por los gobernantes en sus discursos, ni siquiera en la época en la que el cacao y el café representaban los principales productos de exportación, y el Fisco obtenía sus reducidos ingresos de los tributos que pagaban los grandes hacendados cafetaleros y cacaoteros. Incluso dentro de ese modelo, tanto el Gobierno como muchos productores privados se proponían tecnificar y modernizar el agro para introducir relaciones de producción capitalista. El trueque, aunque existía, no formaba parte de ningún proyecto explícitamente asumido y defendido. Era una práctica consuetudinaria que permanecía como resabio de la sociedad más conservadora y tradicional. Ahora, contraviniendo todas las leyes y tendencias de la modernidad, Chávez proclama la necesidad de construir una sociedad solidaria sobre la base del intercambio entre distintos bienes.
Este planteamiento, a decir verdad, no tiene nada que ver con los postulados socialistas de Marx, sino más bien con las aberraciones voluntaristas de Mao Zedong, el Che Guevara y Pol Pot. Desde El Manifiesto Comunista (1848) hasta El Capital (1867), es decir, desde una obra de juventud hasta su libro cumbre, Marx alaba las enormes virtudes modernizadoras que trae consigo el capitalismo y la burguesía. Queda deslumbrado por el vertiginoso avance de la ciencia, los descubrimientos basados en los experimentos prácticos y la tecnología. A pesar de que el dinero como medio de pago no había alcanzado el impresionante nivel de desarrollo que posee en la actualidad, el llamado padre del socialismo científico reconocía que el carácter cada vez más abstracto e intemporal del dinero (cheques, acciones intercambiables, notas de crédito y de débito, etc.) opera como una poderosa palanca para estimular las transacciones comerciales y, por esta vía, expandir el crecimiento económico. La crítica esencial de Marx al capitalismo reside en su naturaleza intrínsecamente explotadora. Para acabar con este rasgo había que abolir la propiedad privada de los medios de producción, lo cual conducía a socializar las fuerzas productivas. En un ambiente de alto nivel de tecnificación y complejidad tecnológica como exige el socialismo, el dinero se hace superfluo, pues el Estado, dueño de todos los medios de producción, se encarga de repartir a cada ciudadano según sus necesidades y no según la contribución que éste hace a la creación de la riqueza global. Por lo tanto, el dinero se convierte en un instrumento de cambio innecesario, porque el desarrollo tecnológico crea las condiciones para que un ente centralizado como el Estado, distribuya de forma equitativa los bienes.
En esta utopía igualitaria basada en las condiciones de bienestar que previamente consolida el capitalismo, quedan muchas piezas sueltas que Marx nunca logra ensamblar. Sus sucesores, especialmente Lenin, se dan cuenta de que la única forma de producir el salto del capitalismo al socialismo y al comunismo es mediante la violencia, la represión y el autoritarismo. A diferencia del capitalismo —cuyo surgimiento e implantación no obedece a ningún plan preestablecido por algún grupo, clase o partido, sino al “orden espontáneo” del que habla Hayek—, el socialismo forma parte de esas utopías que sólo pueden materializarse, si quienes las defienden les quiebran el espinazo al resto de los ciudadanos.
Esto es, precisamente, lo que intenta hacer Hugo Chávez al tratar de acabar con las relaciones mercantiles en el agro. Desde que los lazos de carácter servil y semifeudal van desapareciendo en el campo, y progresivamente se sustituyen por relaciones de tipo capitalista, tanto la remuneración al trabajo como los beneficios de los productores se tasan en dinero, un medio de cambio inmaterial, permanente, acumulable, transferible y transable por cualquier bien que se necesite. En Venezuela este fue un cambio lento, que costó introducir y arraigar. Cuando Juan Vicente Gómez muere en diciembre de 1935, en numerosos latifundios predominaban las monedas locales, y el trueque era una de las formas más agresivas en las que se expresaba la explotación y miseria de los campesinos. Los antiguos resabios premodernos, ligados a una economía de subsistencia y autárquica, le opusieron muchas resistencias al cambio modernizador.
Chávez, en vez de proponerles a los campesinos y productores del campo venezolano que trabajen la tierra como los farmers de California, que lo hacen en modernos tractores automáticos, dotados de aire acondicionado y equipos de sonido de alta fidelidad, lo cual aligera el inclemente verano californiano, les plantea regresar a la época de las cavernas. El experimento en el campo, pretende extenderlo al resto de la activad económica, de allí su énfasis en las cooperativas, en las empresas autogestionarias y en las empresas de responsabilidad social.
El 3 de diciembre los venezolanos tendremos que optar entre el atraso que significa "el socialismo del siglo XXI", y la posibilidad de reconstruir la democracia con base en la modernidad y en una equidad social fundada en la creación de riqueza, a partir de las poderosas herramientas que proporciona la tecnología y el capitalismo..

Felipe Benites: ENTRE DISONANCIAS TE VEAS...

Confieso que por estos días no había tenido la mínima intensión de escribir. Pero un extraño acontecimiento —de esos que cada vez se hacen más habituales en nuestro país— me jamaqueó e hizo que saliera, como buen capitalista, de la última de mis cíclicas crisis depresivas. El punto es que —a comienzos de semana— los medios me sacudieron con la información de que dos grupos de sindicalistas “rojos” se batieron a tiros en plenas inmediaciones de la Plaza Venezuela.
El terco sociólogo que me acompaña desde unos años emergió y, de inmediato, eché mano de un conocido concepto de la psicología para explicar el malestar que este tipo de cosas puede generar en las personas, muy especialmente aquellas cautivadas por el discurso oficial: “disonancia dognitiva”. Me dije: ¡Si, eso puede ser lo que les asalte con este tipo de episodios! Y es muy sencillo: aquí suceden cosas que a ellos les debe sonar extraño, que rompe la armonía del conjunto y termina causando angustia, preocupación pues. Expliquemos esto con casos muy puntuales, comenzando por el que llamó mi atención:
Ejemplo 1: El Instituto Nacional de Estadística nos dice con sus rítmicas cifras que el desempleo está a punto de ubicarse por debajo de la barrera de los dos dígitos, reduciéndose casi en un 50 por ciento desde 2003. Peleando entonces con la melodía de la “verdad oficial”, vemos a un grupo de dirigentes laborales cayéndose a plomo en plena vía pública y a la luz del día, nada más y nada menos que… por empleos. Conclusión 1: disonancia cognitiva en los aficionados al gobierno.
Ejemplo 2: El mismo INE revela que en 2005 la pobreza se redujo en una proporción que no habíamos visto en el país durante décadas —por no decir nunca— con especial énfasis en el segmento conformado por los pobres extremos, vale decir aquellos que no pueden cubrir al menos sus requerimientos alimenticios. Luego, en otra pelea con la sonora estadística, en un semáforo cualquiera aparece una señora con un perol pidiendo plata; en otro, unos niños “malabariando”, además de los carros, con pelotas, pines y antorchas para medio subsistir; en los hombrillos viales, los “recogetodo” como parte ya asimilada del paisaje urbano. Conclusión 2: disonancia cognitiva en los fanáticos del pitcher zurdo.
Ejemplo 3: En Gaceta Oficial el pernil está regulado —si mal no recuerdo— a 4 mil 900 bolívares el kilo. En el último megamercal de la Av. Bolívar —¡oh sorpresa!— se vendió por encima de los 12 mil. No diremos la conclusión 3 para no ser cansones, pero si un pequeño listado de tareas específicas, que de estar yo a la cabeza del Comando Miranda implementaría de inmediato para que la cosa no llegue a peores, aprovechando la enorme bendición de ser candidatos y presidentes al mismo tiempo:
Lo primero sería que los “vencedores” de las misiones sociales más importantes, vale decir, las educativas, como ya saben leer, manejar números y hacer análisis crítico, pongan en uso los conocimientos “adqueridos” y procedan a explicar a sus familiares y amigos el significado de las cifras oficiales, para que no den crédito alguno a lo que puedan ver sus ojos en las comunidades y en la calle. Mercal, por su parte, “a juro” debe hacer que aparezca el azúcar y la leche y seguir obligando a la gente a comprar los pocos que se consiguen en combo con arroz, pasta, margarina, etc., porque ésa es una práctica imperialista que llegó aquí de la mano de las hamburguesas, las papitas y el chicharrón de pollo. Sería conveniente que Barrio Adentro le echara una pinturita a los menos de 2 mil módulos que se construyeron —la gran mayoría a “orilla e’ calle”— de los 8 mil 500 propuestos desde 2004, y que en la medida de lo posible no se les vea la cadena y/o el candado que ya muchos tienen en la puerta. Es insoslayable que se implemente el cambio de etiquetas de todo producto importado por el viejo y leal “Hecho en Venezuela”, mas con el añadido “Por el Núcleo de Desarrollo Endógeno La Paragua”, por ejemplo. No hay que olvidar la importancia de recordarle continuamente al chofer del ferrocarril del Tuy que no le pise demasiado la chancleta al bicho, porque se va la luz en Charallave. Una exclusiva para el presidente; jamás, jamás, jamás debe repetir que la trocha es “tremenda carretera”, ya que después de varios meses de uso se sabe de sobra que es mejor pedir “peras al horno”. Por otro lado, afortunadamente para ustedes, el ministro Chacón dejó de atormentarnos con las ruedas de prensa lunáticas —
eran los lunes— en las que decía —cifra en mano, como debe ser— que el nivel delicuencial estaba en descenso, además de solicitar que tal temita fuera excluido de la campaña. Muy bien por el ministro. Y ya que hablo de campaña, para finalizar, lo más importante. Compatriotas y compatriotos, es hora de comenzar a asistir a los eventos electorales y de gobierno del sempiterno Cy Young —y no me refiero al original, al gocho. Las encuestas hablan de 20-30 puntos —¡mínimo!— a favor de él, pero la calle —que vaina con la calle— se empeña en producir otro encontronazo con la “verdad estadística”. Si ustedes comienzan a aparecer masivamente en tales actos, los dueños y analistas de tan “serias y prestigiosas” encuestadoras algún día les agradecerán. Pero déjenme alertarles que este último favor puede que no se lo paguen jamás, porque a lo mejor el 3-D estos mismos “numerólogos” terminan afectados por… ¡otra disonancia máaaaaasss!

Silvia Dioverti ¿QUÉ SIGNIFICA SER ROJO ROJITO?

Nada hay verdad ni mentira;
todo es según el color del cristal

con que se mira.
Ramón de Campoamor

—Veo, veo.
—¿Qué ves?
—Una cosa.
—¿Qué cosa?
—Maravillosa.
—¿De qué color es?

Juego infantil
Esta época tan colorida que nos ha tocado en suerte me llevó a recordar ciertas lecturas sobre el color y su simbología. Así que, diccionarios de símbolos en mano, y de la mano de Jung —es un decir— y otros, hice un recorrido por algunas de las connotaciones colorísticas (vocablo de horrible fonía, pero muy al uso, acuñado por el postmodernismo, tan propenso él a los neologismos).
Lo que sí es menos novedoso es comparar la evolución de las naciones a las edades del ser humano. Mucho se ha dicho sobre la infancia de los pueblos y sobre las subsiguientes etapas de su crecimiento. Así, pues, que la primera asociación que hice fue equiparar el color de moda a uno de los cuentos infantiles más populares: Caperucita Roja.
Si rojo es el color de la sangre, no es una verdad de Perogrullo que Bruno Bettelheim, en su Psicoanálisis de los cuentos de hadas, haya establecido una relación entre el color de la vestimenta de la niña y su etapa de crecimiento: “Rojo es el color que simboliza las emociones violentas, sobre todo las de tipo sexual. Las ropas rojas que la abuela regala a Caperucita se pueden considerar, entonces, como símbolo de una transferencia prematura de atractivo sexual.” La palabra clave es, lógicamente, prematura. “Las muchacha se da cuenta de que no está madura en absoluto para enfrentarse al lobo (seductor)”, que quiere “devorarla”, es decir, acostarse con ella. Bastante más adelante de su lúcido trabajo Bettelheim concluye: “Caperucita Roja habla de pasiones humanas, de voracidad oral y de deseos agresivos y sexuales en la pubertad”. De lo cual infiero, no demasiado subjetivamente, que al estar rojos-rojitos como pueblo, estamos en la pubertad y no en la madurez, etapa en la cual o no se cree en el lobo feroz o ya no se le teme.
Incentivada por la interpretación de Bettelheim, y con el deseo acucioso de saber qué otras cosas interesantes esconde el color rojo, me fui a la Interpretación de los sueños, del psicólogo junguiano Pierre Daco, quien dice del rojo: “Color ardiente por excelencia, es brutal, gritón, dinámico, enervante... Es un color de guerra que se impone sin dificultad... Los niños y los primitivos adoran el rojo... En los sueños evoca el fuego y la energía, simboliza la vitalidad de las energías y de las pasiones —a veces devorantes. Es el color de la combatividad, de la extroversión. El rojo púrpura es imperial, pero también, por inversión, es el símbolo de la violencia, del odio, del asesinato y de la matanza. En la heráldica (gules) es el amor, el coraje, la cólera, también la crueldad. Igualmente la destrucción y el juicio final (destrucción por el fuego). En música podría estar asociado a la trompeta”.
Siguiendo el camino de las asociaciones y de la memoria de cosas leídas, me acordé, casi al margen, de que los griegos llamaban a los fenicios phoinikes, pueblo rojo, (de allí derivado en fenicios), a causa de la preciosa tela roja que exportaban, pero el incendio rojo-rojito de Cartago por los romanos en el 146 a. C. me dio como un escalofrío y volví a la simbología, en la que se puede, al contrario de lo que pasa con la Historia, creer o no.
Juan Eduardo Cirlot, en su Diccionario de símbolos, dice: “El simbolismo del color suele proceder de uno de sus fundamentos: la expresión inherente a cada matiz, que se percibe intuitivamente como un hecho dado; la relación entre un color y el símbolo planetario a que la tradición lo adscribe; finalmente, el parentesco que, en lógica elemental y primitiva, se advierte entre un color y el elemento de la naturaleza, reino, cuerpo o sustancia, que acostumbra presentarlo, o que lo presenta siempre en asociación indestructible y capaz por lo tanto de sugestionar para siempre el pensamiento humano... Para terminar estas consideraciones sobre el significado psíquico de los colores, señalaremos algo sobre las correspondencias alquímicas. Las tres fases principales de la “grande obra” (símbolo de la evolución espiritual) eran materia prima (color negro), mercurio (blanco), y azufre (rojo)”.
Y fue exactamente allí donde se me pelaron los cables: porque si, además de todo lo ya expuesto con relación al color rojo, también resulta que está asociado al azufre, y si el azufre está asociado al diablo, y el diablo al infierno, no pude o no quise responderme qué significa ser rojo-rojito. Me resultaba más cómodo, por foráneo, creer que el azufre sólo se olía en algunos momentos en la ONU. ¡Ay, cómo es cierto que “el que añade ciencia añade dolor”.

lunes, noviembre 20, 2006

SUMARIO 21-11-06

Hola amigos en Venezuela y el mundo.

Una nueva edición de Ideas de Babel se presenta ante ustedes.

Política ficción: ¿Cómo ganamos la carrera del 3-D? ¿Cómo rematamos la victoria sobre el miedo? Preguntas pertinentes.
Cine: Un análisis de Los infiltrados indica que Martin Scorse —uno de los grandes nombres del cine norteamericano de las últimas cuatro décadas— no sólo está vivo sino que además tiene con qué seguir haciendo grandes películas. Además, comentamos la apertura de Cine Celarg 3, la nueva sala de proyecciones que abre otras posibilidades al espectador caraqueño; el premio Euroimages que acaba de ganar Your name is Justine, del venezolano Franco de Peña, en el Festival de Cine Europeo de Sevilla; y el programa radial Zona libre, que conduce Alexandra Cariani todos los días en la Emisora Cultural de Caracas, con mi aporte de cada viernes en materia cinematográfica.
Culinaria: La nieva edición de El vino toma Caracas prefigura una propuesta de degustación y disfrute que puede convertirse en tradición.
Columnistas invitados: Gerver Torres propone, desde el laboratorio de Liderazgo y Visión, un test para los indecisos en las próximas elecciones que ha causado revuelo. Desde República Dominicana, el crítico de cine Héctor Concari nos comenta las dos películas de Oliver Stone dedicadas a Fidel Castro, antes de filmar Las torres gemelas, actualmente en cartelera. Y Trino Márquez fustiga, otra vez, al gobierno de Chávez por su ineficiencia.


Hasta pronto.
Alfonso

Política Ficción: LA GRAN CARRERA DEL 3-D

Tras la fallida guerra de encuestas que el gobierno desató la semana pasada nos queda una enseñanza: el enemigo es el miedo. Es el sinónimo de la oscuridad, del inmovilismo, de la resignación. Es el conservadurismo más reaccionario que se pueda desplegar como estrategia política. Pero la guerra de las encuestas no ha generado los frutos que el oficialismo buscaba. Por el contrario, hoy por hoy muchos venezolanos saborean el placer de la reinvindicación histórica, no sólo como promesa de la victoria electoral —que es el objetivo principal— sino como actitud hacia lo que se consideraba una condena inexorable. Han perdido el miedo y pueden ser ejemplo para quienes aún temen. Rosales puede ganar. Tiene con qué.
Empresas encuestadoras que alguna vez disfrutaron de un buen prestigio son vistas hoy con dudas. Otras firmas del mismo ramo arriesgaron sus propios nombres y apellidos para desmontar la cifras del conservadurismo. Ha venido gente de España —pagada por el gobierno— para hablar a nombre de la Universidad Complutense de Madrid para que horas después se descubra el desaguisado. ¡Por favor! Percepciones son verdades, decimos en el mundo de la publicidad y la comunicación persuasiva. Pues sí: estamos en una guerra de percepciones. Es decir, de verdades. ¿Cómo ganamos la carrera del 3-D?
Las percepciones indican que el lema "atrévete" ha justificado en la práctica su formulación teórica, cuando se diseñó la comunicación de Rosales. Es un vocablo directamente vinculado con el objetivo principal de la campaña: vencer el miedo del elector y contagiar el entusiasmo de la trasgresión. No quiere decir esto que ya se haya erradicado el temor, pero sabemos que desde ese mismo temor se puede estimular la indignación, la rebelión y —como decimos los venezolanos— la gran arrechera reprimida por años de... miedo.
Pero si hay que ser coherente en estos últimos días de campaña, también hay que serlo el mismo 3 de diciembre, suerte de cita con la historia de la trapería oficialista. Hay que ganar la carrera del 3-D y esto significa exactamente un asunto de velocidad. Las máquinas captahuellas —instaladas sólo en los estados donde se sospecha que hay absoluta mayoría opositora— están diseñadas para desplegar una "operación morrocoy" que retrasará el acto de votación y que permitirá al oficialismo saber quiénes no han votado entre sus filas —que pueden ser muchísimas personas— frente a las exit polls que indicarán las tendencias del voto. Pues hay que construir una verdadera avalancha de electores, como dice la campaña de Rosales. Sólo así —masivamente— se puede impedir que se justifique el fraude —posible, admitámoslo— o la manipulación de las cifras. Guerra de verdades, o sea, de percepciones.

domingo, noviembre 19, 2006

Cine: RATAS LEALES, RATAS TRAIDORAS

Después de ese fiasco llamado El aviador, Martin Scorsese nos debía un film de alta calidad que nos recordara que es uno de los grandes maestros del cine norteamericano de las últimas cuatro décadas. El creador de Alicia ya no vive aquí, Calles peligrosas, El taxista, El toro salvaje, Buenos muchachos, La última tentación de Cristo, La edad de la inocencia y tantas otras películas —siempre en torno de seres humanos en crisis— propone ahora Los infiltrados, inteligente remake estadounindese de Infernal Affairs, film rodado en Hong Kong por Wai Keung Lao y Alan Mak que tuvo un importante éxito de crítica y público en el mercado asiático hace cuatro años.
Scorsese, sin embargo, no se limita a adaptar la película china al ambiente de la mafia irlandesa del sur de Boston sino que amplía sus significaciones hacia el contraste entre lo aparente y lo verdadero, como en un juego de máscaras, que conduce a un acto de ilusionismo policial. Narra la historia de dos jóvenes oficiales —provenientes de la comunidad irlandesa de la ciudad, dominada por el mafioso Frank Castello— que sigen destinos diferentes. Mientras uno de ellos, Colin Sullivan, es asignado por la exigente Policía de Massachussetts para infiltrar la banda del psicópata Costello —aunque en realidad es un infiltrado del mafioso en el cuerpo policial— y goza de toda la confianza de sus superiores, el otro, Billy Costigan, acepta la misión de infiltrarse en la banda del mismo Costello como si fuese un matón que busca hacer carrera en el crimen. De tal manera que el film plantea de entrada el enfrenteamiento entre dos infiltrados —dos ratas, en el argot— que no se conocen, que saben que el otro existe y que trabajan en la cuerda floja. Es un duelo a ciegas que se desarrolla con cierto sentido trágico e inexorable. Es el viejo e inagotable cuento sobre la guerra entre la lealtad y la traición.
The departed —título original que también podría significar los difuntos, los despachados, los ausentes— evidencia tres grandes áreas de virtudes y logros. La primera está referida al muy cuidado guión de William Monaham, quien teje una elipsis completa y compleja en un extraño ciclo vital signado por la violencia, en el cual no existe escapatoria. Todos los personajes están condenados, pero todos tienen un espacio en la trama. Ninguno es gratuito ni cómodo. Detrás de los dos roles principales —Costigan y Sullivan— se encuentra una batería de personajes sólidos: el astuto capitán Queenam que tiende la trampa a Costello, el rudo sargento Dignam que desvela las traiciones internas, el peligroso Mr. French que desarrolla su propio código de lealtad, la confundida psicólogo Madelein que comparte su tiempo en las sábanas entre los dos inflitrados. Todos ellos conforman un cuadro humano donde es difícil establecer la verdad y la mentira, nociones que se convierten en posturas huidizas e inasibles.
La segunda área de virtudes se encuentra en el trabajo interpretativo de un elenco de lujo. Leonardo Di Caprio (Costello) y Matt Damon (Sullivan) son las ratas de la historia y demuestran que son mucho más que los rostros bonitos de Hollywood y que cuando cuentan con un director de fuste pueden alcanzar cimas muy altas. En segundo plano —pero muy importante— se hallan actores clase A como Jack Nicholson, Martin Sheen, Alec Baldwin y Mark Whalberg, que expresan sus personajes con fuerza y a veces con ironía. En un tercer plano surgen el británico Ray Winstone como un personaje casi humorístico y la centroeuropea Vera Farmiga, quien —by the way— lleva sobre sus hombros el peso del único personaje femenino importante de la historia.
La tercera área de virtudes le pertenece por completo a Martin Scorsese, quien orquestó esta historia de cabo a rabo y en todos sus detalles. Es el narrador que construye un clima de tensión y violencia. Su puesta en escena es compleja, intensa, a ratos frenética. Echa mano de viejas canciones de los Rolling Stones o de Pink Floyd para ilustrar el ambiente de condena moral y vital. ¿Quién tiene la verdad? ¿En qué se diferencia la violencia de un policía de la de un criminal? Es cuestión de elegir, como dice uno de sus personajes. Todos son candidatos a difuntos, a "departed people". De varias maneras, Los infiltrados funciona como una suerte de síntesis de las grandes películas de Scorsese, con el tono casi épico que ha brindado a las batallas callejeras o a las gestas personales que han impulsado a los inmigrantes. Es un realizador que conoce muy bien a sus ratas... virtualmente hasta la última imagen.
Calificación: **** Muy buena

LOS INFILTRADOS ("The departed"), EEUU, 2006. Dirección: Martin Scorsese. Guión: William Monahan, remake del film Infernal Affair ("Wu jian dao", Hong Kong, 2002) de Wai Keung Lao y Alan Mak. Producción: Jennifer Aniston, Brad Pitt, Martin Socrsese. Fotografía: Michael Ballhaus. Montaje: Thelma Shoonmaker. Música: Howard Shore. Elenco:Leonardo DiCaprio, Matt Damon, Jack Nicholson, Mark Wahlberg, Alec Baldwin, Martin Sheen, Ray Winstone, Vera Farmiga, Todd Peterson. Distribución: Cinematográfica Blancica.

Gerver Torres: TEST PARA INDECISOS

Todas las encuestas muestran que un número importante de venezolanos se mantiene indeciso en relación con su voto el próximo 3 de diciembre. Para ayudarlos a decidir, en Liderazgo y Visión, hemos elaborado un test con 20 preguntas, cuyas respuestas pueden ayudarlos a tomar una decisión.
  1. ¿Sientes que los venezolanos estamos hoy más unidos?
  2. ¿Ha mejorado tu seguridad personal y la de tu familia?
  3. ¿Estás de acuerdo con que tus hijos reciban una educación politizada?
  4. ¿Crees que tu propiedad está hoy más protegida?
  5. ¿Han mejorado la vialidad, el suministro de agua, electricidad y otros servicios públicos?
  6. ¿Te permiten tus ingresos de hoy alimentar mejor a tu familia, con calidad y variedad?
  7. ¿Crees que el problema de la vivienda se ha resuelto?
  8. ¿Existen hoy más oportunidades de empleo estable y bien remunerado?
  9. ¿Cumple el presidente Chávez sus promesas?
  10. ¿Ha elegido el presidente un buen equipo de gobierno?
  11. ¿Para ti “ser rico es malo”?
  12. ¿Ha disminuido la corrupción en los últimos 8 años?
  13. ¿Te sientes cómodo con la cantidad y la frecuencia de los regalos del gobierno —en petróleo y en dólares— a otros países?
  14. ¿Te han hecho las misiones más próspero?
  15. ¿Crees que el Presidente nos trata a todos los venezolanos por igual, sin discriminaciones?
  16. ¿La revolución como modelo de sociedad, incluye a todos los venezolanos?
  17. ¿Te sientes en confianza para hablar de política con cualquiera?
  18. ¿Ves hoy más construcciones, nuevas empresas y más gente en empleos formales?
  19. ¿Te resulta normal la muerte de decenas de venezolanos cada semana en manos del hampa?
  20. ¿Hemos mejorado nuestras relaciones con la comunidad internacional?

Las respuestas negativas no tienen puntuación. Las afirmativas valen un punto cada una.

Si el resultado suma diez puntos o más, el presidente está aprobado y merece la reelección.

Si totaliza menos de diez puntos, está aplazado y no merece nuestro voto.

El 3 de diciembre cada cual sabrá por quien votar.

gerver@liderazgoyvision.org

jueves, noviembre 16, 2006

Culinaria: EL VINO VUELVE A TOMAR CARACAS

Fue tal el éxito de El vino toma Caracas —a principios de 2006 colmó los espacios del Centro San Ignacio— que sus organizadores han decidido repetir la experiencia el jueves, el viernes y el sábado de esta semana en el exitoso mall caraqueño.
Esta Fiesta de la Vendimia 2006 busca acercar, enaltecer y consolidar el vino en consumidores iniciados y por iniciarse, sin perder de vista su estrecha e inevitable relación con la gastronomía y el mundo de la restauración.
¿Cuáles son sus objetivos? C
onsolidarse como el evento vinícola más importante en Venezuela, como se hace en las principales ciudades de Europa, Estados Unidos y América Latina, y contribuir a incrementar la cultura sobre el vino, para así fortalecer su consumo, a todas luces creciente, en Venezuela.
El vino toma Caracas prevé un flujo aproximado de cinco mil visitantes durante los tres días de exposición. En los espacios abiertos del Centro San Ignacio se distribuirán pabellones por regiones productoras de vino. Estarán Chile, Argentina, Uruguay, Venezuela, Sudáfrica, Australia, España, Portugal, Italia y Francia.
Al igual que la versión pasada, el acceso al evento será libre pero prevé la cancelación de una tickera, cuyo costo será de 30 mil bolívares por visitante por día, la cual le da derecho a una copa con la que podrá disfrutar la oferta de vinos expuesta, además de 10 cupones para degustaciones.
Se llevará a cabo una programación especial de catas temáticas, dirigidas por expertos —periodistas especializados— especialmente convocados para la ocasión, que tendrán un costo adicional.
En las instalaciones de la vinatería La Viña del Señor del Centro San Ignacio, los distribuidores podrán ofrecer, a precios de costo, sus grandes productos, por lo general de difícil acceso y altos precios, tales como champañas, oportos y otros grandes vinos del mundo
Durante el evento, los restaurantes, cafés y bares llevarán a cabo una programación especial de menús, con una oferta de vinos con descuentos y promociones auspiciadas en alianza con los distribuidores participantes. Todo esto con el fin de estimular la afluencia de público a los locales, experiencia que tuvo un rotundo éxito en la edición de mayo del evento.
En Plaza Ávila del San Ignacio se llevará a cabo una serie de conciertos con música céltica, jazz, jazz latino, funk y bossa-nova, con importantes intérpretes nacionales.
Brindaremos a partir del jueves 23. Salud.

Cine: UNA SALA, UN PROGRAMA, UN PREMIO

Cine Celarg 3 comienza sus exhibiciones.
Caracas tiene un nuevo espacio para disfrutar del buen cine: Cine Celarg 3. Ubicado en la Casa Rómulo Gallegos (CELARG), entrando por la Galería RG, cuenta con muy buen sonido, capacidad para 60 personas en cómodas butacas, proyección en 35 mm y otros formatos. Esta nueva sala se enmarca en “un proyecto más ambicioso que denominamos red de exhibición en formato digital, sin excluir el formato convencional en 35 mm”, explica Livio Quiroz, uno de sus impulsores. Uno de los principales objetivos de Cine Celarg 3 consiste en mantener en su programación semanal la exhibición de cine africano, italiano y ucraniano, producciones argentinas y venezolanas, pero también los visionarios aportes de los grandes directores norteamericanos e ingleses. En este sentido, la programación seleccionada pretende ser una muestra de esa diversidad fílmica: Un buen año de Ridley Scott (EEUU), Corazón Sagrado de Ferzan Ozpetek (Italia), Your Name Justine de Franco de Peña (Luxemburgo), Pretendiendo de Claudio Dabed (Chile), Manual de Amores de Giovanni Veronesi (Italia), Caminar sobre las aguas de Eytan Fox (Israel) y El Nuevo Mundo (EEUU) de Terrence Malick. Por ahora Cine Celarg 3 es la primera sala que abre al público la asociación civil Cine Digital pero a mediano y largo plazo pretenden abrir muchas más en toda Venezuela.
Todos los viernes hablamos de cine.
La periodista cultural Alexandra Cariani conduce —de lunes a viernes, de 11:30 a.m. a 12:30 p.m., en la Emisora Cultural de Caracas 97.7 FM— su magnígico programa Zona Libre, el espacio más completo sobre las actividades de la plástica, la música, la literatura, el teatro y, desde luego, el cine en Caracas. Desde hace un mes, todos los viernes, Alexandra y yo nos dedicamos a comentar la cartelera y los acontecimientos del mundo del cine. Analizamos películas, contrastamos estilos de diferentes realizadores, anunciamos los próximos estrenos y todo lo que tiene que ver con el arte fílmico. Los invitamos a escucharnos y a darnos sus visiones críticas.
Un premio para Your name is Justine.
El segundo largometraje del venezolano Franco de Peña acaba de recibir el premio Eurimages en el Festival de Sevilla que es ciento por ciento europeo. Your name is Justine es una coproducción entre Alemania, Polonia y Luxemburgo que ha sido postulado por este último país al Oscar como mejor película no hablada en inglés. El premio del festival sevillano consiste en 30 mil euros para su distribución española. Franco de Peña —formado en la Escuela de Cine de Lodz, en Polonia, y autor de varios cortos documentales— vive entre Europa y Venezuela, donde lo encuentre un nuevo proyecto.


Héctor Concari: BUSCANDO A OLIVER STONE


Admitamos que es uno de los cineastas más comprometidos con su tiempo. Para hacerle justicia, hay que empezar por decir que se ha preocupado de rastrear en el pasado —y más precisamente en los 70, esa década que lo obsesiona— la explicación de los males del presente. Salta a la notoriedad con Pelotón en 1986, un film sobre la guerra de Vietnam, que veía el conflicto desde la perspectiva de la soledad del soldado —ni bueno, ni malo decía la película— atrapado en un conflicto que le escapaba. Fue un buen comienzo para un ex libretista exitoso y Stone continuó su labor enjuiciando el conflicto en Salvador, entonces en guerra civil en plena era Reagan. Volvía oblicuamente a Vietnam para contarnos sobre el movimiento pacifista con Nacido el 4 de Julio, viviseccionaba al corazón financiero en Wall Street y luego la emprendía con lo que a su juicio había comenzado la tragedia americana en los años sesenta: el asesinato de Kennedy en JFK. Para emparejar, dedicaba un deslumbrante “biopic” a la Némesis del difunto presidente con el otro ícono de la época: Nixon. Tal vez esta fascinación de Stone por el poder y por el mundo contemporáneo —ha hablado del deporte, de los asesinos seriales, de los medios de comunicación entre otros— se haya plasmado en Alejandro el Grande, film en el que Stone postulaba su admiración por el gendarme necesario. Claro, Stone es un hombre de izquierda y es una lástima que su film anterior Comandante, no haya circulado por aquí con más fluidez. Su cinemateca, Sr Farruco, apenas si lo exhibió. Falta grave.
Porque Comandante es la risueña visita de Stone a Cuba para entrevistar a Fidel. Con una regla de oro explícita: en cuanto al Comandante no le gusta una pregunta se para la filmación. Y el bueno de Oliver pregunta y pregunta: sobre la crisis de los misiles, sobre su pasado, sobre su visión del mundo y sobre su vida privada, pregunta que el caudillo esquiva. Y Stone se ríe y disfruta y se monta en la limosina con el Comandante y extrae una ametralladora del piso. Porque a Stone le fascina el poder y por primera vez él, un historiador de la política, está cara a cara con uno de los personajes que tanto le atraen. Y se nota que disfrutar, el hombre disfruta. Tanto disfruta que se olvida de preguntar detalles: no pregunta sobre los disidentes, ni sobre los derechos humanos, ni sobre las elecciones. Porque claro, recordemos la regla uno de la película. Flashforward.
En el primer trimestre del 2003 Fidel fusila a tres muchachos acusados de intentar desviar un ferry. Horror. José Saramago proclama, “hasta aquí llegué” y hasta Eduardo Galeano —uno de los mejores escritores uruguayos del siglo 19— toma distancias. Stone vuelve a Cuba esta vez, con cara de malo, a hacer las preguntas que se olvidó en el anterior largometraje. Nace así Buscando a Fidel, un film que entre nosotros circula casi clandestinamente y que sigue el mismo formato de su hermano mayor... con una diferencia. Ya no se ríe Stone, pone cara de preocupado y enfrenta a un Fidel cansado, que defiende su decisión y su tesis. Es un film que impacta por el cinismo de la postura del entrevistado con el viejo y manido “lo hicimos ¿y qué? Estamos en guerra y todo se vale". Son dos films para revisar, ahora que el caudillo (esa terminología que Fidel no le acepta a Stone entre alguna otra cosa), está entrando en el ocaso de su tiempo.
El pánico cundió entre sus seguidores. En su último film —que se acaba de estrenar en Caracas— el bueno de Oliver Stone se ha pasado con armas y bagajes a las filas de los “neocons”, es decir, los neoconservadores, el ala republicana actualmente en el poder. El motivo es el tema de Las Torres Gemelas, un film en el que Stone narra la tragedia del fatídico 11 de septiembre, desde la perspectiva de los bomberos. La película, que ha sido saludada como un imbatible film de acción, reivindica la “guerra justa” contra Afganistán, que Stone ha defendido en declaraciones posteriores, pero desmarcándose rápidamente del conflicto en Irak. Un film que convendrá ver, analizar y discutir.

Trino Márquez: UN GOBIERNO CON TARJETA ROJA

La mejor prueba de que a Hugo Chávez le interesa tanto el amor por Venezuela como el color de los calcetines que usa cada día es el apoyo irrestricto que le ofreció a la infame intervención del ministro de Energía y Petróleo, Rafael Ramírez, en el antiguo CIED. Esas palabras, cargadas de rencor y resentimiento contra todo lo que signifique pluralidad, libertad de pensamiento, libertad de conciencia y meritocracia, fueron aplaudidas a rabiar por el Presidente de la República, a pesar de que se produjeron en medio de una campaña multimillonaria, dirigida a convencer a los electores indecisos y a los abstencionistas que podrían inclinarse por su opción candidatural, pues él representa, supuestamente, la armonía, la reconciliación y la paz.
Hablar de amor y practicar el odio forma parte de esa polaridad en la que se debate continuamente el caudillo. La incongruencia sintetiza el signo de su accionar como jefe de Estado y dirigente político. Habla de integración latinoamericana, pero ataca a la Comunidad Andina de Naciones (CAN) y saca a Venezuela de esta importante instancia de negociación y comercio subregional, una de las pocas en las que ha cristalizado la integración en esta parte del continente. Denuncia a George W. Bush como genocida y guerrerista, y al mismo tiempo se embarca en la carrera armamentista más agresiva que se recuerde en la historia nacional, protege a las FARC y alienta la formación de grupos paramilitares como los Tupamaros y los Carapaica, que andan armados hasta los dientes, y no precisamente para resguardar las seguridad de los vecinos del caraqueño barrio 23 de Enero. Se declara enemigo público del imperialismo norteamericano, mientras simultáneamente, valiéndose del petróleo, practica una suerte de subimperialismo con la mayoría de los pequeños y medianos Estados de Centroamérica y el Caribe. Habla de tolerancia y democracia, pero mantiene Venezolana de Televisión y VIVE como cotos cerrados del gobierno y, de paso, aúpa a esa cloaca llamada La Hojilla, que no corta sino infecta por las efusiones nauseabundas que exhala. Se refiere a sí mismo cono un líder democrático que ha sido electo en comicios transparentes, pero se niega a eliminar las captahuellas, dispositivo concebido para atemorizar al electorado más vulnerable —empleados públicos, contratistas, becarios, prestamistas, pensionados— frente a los chantajes del Gobierno. La inconsistencia se aprecia por todos lados.
Visto desde otro ángulo, el “rojo, rojito” del que habla Ramírez y el resto de las corte oficial, incluido Jorge Valero, uno de los numerosos viceministros que dirigen la Cancillería, no se restringe a PDVSA, sino que se extiende a todo el país, gracias a la infinita incompetencia de esta administración. La inseguridad personal durante los últimos 8 años se ha convertido en el problema más grave de la nación. Las páginas de sucesos (rojas) se han ampliado porque los periódicos en sus espacios habituales no pueden informar con un mínimo de rigor acerca de lo que ocurre en el tenebroso mundo de hampa. La cifra de muertes violentas como resultado de la acción de la delincuencia, dan vértigo. Ya es un lugar común decir que Venezuela es el país más violento de esta parte del planeta. El gobierno no es capaz —probablemente porque no le interesa— de instrumentar un plan para reducir la inseguridad a los niveles promedio que muestran las naciones altamente urbanizadas del Tercer Mundo. En esta materia, por lo tanto, la acción del gobierno chavista está en rojo.
En la materia relacionada con el desarrollo económico, aumento de la inversión, creación de empleos y reducción de la informalidad y de la pobreza, ocurre otro tanto. Si se aparta la inversión en petróleo y telecomunicaciones, que generan muy poco empleo, la inversión bruta de capital ha sido raquítica desde que el comandante llegó a Miraflores. Las razones de este famélico flujo son ostensibles: cuál inversionista sensato se arriesga a invertir en un país donde su gobierno se propone, a estas alturas del siglo XXI, implantar el comunismo, sustituir el dinero (valor de cambio) por el trueque, y en vez de aprovechar las enormes ventajas que ofrece la globalización a un país petrolero, propone como alternativa la endogenización; es decir, quién se atreve a arriesgar su capital en un país que marcha en sentido contrario al que avanzan la inmensa mayoría de los países de mundo, los cuales, por añadidura, fomentan la libre empresa y resguardan la propiedad privada, derecho al que colocan entre los derechos naturales del hombre, esto es, lo ubican por encima del ámbito del Estado. El esquema colectivista e intervencionista adoptado por Chávez explica el pobre desempeño de la economía venezolana, a pesar de la montaña de petrodólares que han ingresado a las arcas nacionales desde 2003. Nunca se habían visto resultados tan mediocres en medio de un ciclo de auge de los hidrocarburos.
Otra área en la que hay que sacarle tarjeta roja al gobierno y a su comandante se relaciona con la salud, la educación y la seguridad social. La desnutrición infantil y las enfermedades asociadas con este indicador, se mantienen firmes como una roca. La Misión Barrio Adentro, que al comienzo deslumbró, hoy se encuentra desmantelada en un nivel cercano a 70%. El gobierno pretende convertir la educación en un inmenso aparato para la ideologización y fanatización de los niños y jóvenes. La Misión Róbinson, que hipotéticamente había erradicado el analfabetismo, está demostrando que, además de costosa, fue un relativo fracaso, pues más de un millón de venezolanos aún no saben leer ni escribir. El sistema de seguridad social, que debió haber entrado en vigencia hace 8 años, no se encuentra ni en estado larvario. El ataque al sistema “neoliberal” condujo a no contar con ningún sistema.
En el terreno de la infraestructura el rojo pasa a escarlata. El símbolo más elevado de la obra del gobierno socialista es "la trocha" —remiendo vial que sustituye el caído viaducto que unía a Caracas con los principales puerto y aeropuerto del país— y un tren que no beneficia a más de 20% de la población de los Valles del Tuy.
El ministro Ramírez, con ese gesto de arrogancia propio de los jerarcas de los regímenes autoritarios, asomó el hilo de todas las costuras rojas que tiene el comandante y su gobierno.

lunes, noviembre 13, 2006

SUMARIO 13-11-06

Hola amigos en Venezuela y el mundo.

En esta nueva edición de Ideas de Babel cambiamos el color de nuestra plantilla y proponemos algunos temas de actualidad. Nos preguntamos quiénes están tomando en cuenta a esa gran cantidad de jóvenes excluidos que aún no ha decidido si va a votar... y tampoco sabe aún por quién. Revisamos Mi vida por Sharon, la más reciente película del venezolano Carlos Azpurua, comentamos el IV Festival del Nuevo Cine Italiano que comenzó el viernes pasado en Caracas y homenajeamos In Memoriam al italiano Gillo Pontecorvo, el colombiano Jaime Osorio y el argentino Eduardo Mignogna, tres figuras del cine que se han marchado.
En esta edición tomamos algunos textos de la "comunidad bloggera" y presentamos los siete escenarios electorales para todos los gustos que Christian Burgazzi publica en su página Ágora y la reflexión que Naki Soto propone sobre el tema de los colores y la intolerancia en su sitio Zaperoqueando. Ambas tienen muy buen material.
Espero que lo disfruten.

Alfonso

Política Ficción: SE BUSCAN JÓVENES INDECISOS Y EXCLUIDOS

Hace unas noches mi sobrina Daniela y yo revisamos las investigaciones que han circulado últimamente en materia electoral —todas, las que arrojan ganador a Chávez y las que cantan la victoria de Rosales— y encontramos varias cosas que Perogrullo nos disculpará pero que no dejan de ser pertinentes:
1) en términos de edad, el sector más importante de la población electoral —numéricamente hablando— es el comprendido entre 18 y 25 años.
2) en el campo socioeconómico, los segmentos más amplios y crecientes —a pesar de la “inversión social” del chavismo en sus siete años de derroche—, también numéricamente, son el D y el E, vale decir, los de menor capacidad de consumo, los más pobres, los excluidos, según la nomenclatura impuesta por el mercadeo de productos y servicios.
3) la mayor cantidad de indecisos de cara a las elecciones del primer domingo de diciembre se encuentra, precisamente, entre los 18 y los 25 años y en los segmentos D y E, o sea, los jóvenes de los sectores más depauperados de la sociedad venezolana. Dicho de otro modo: los indecisos deciden. Se buscan jóvenes indecisos y excluidos para cambiar el rumbo de la historia venezolana.
Varias de la firmas encuestadoras políticas y algunas empresas de investigación de mercado —que necesitan anticipar el escenario de negocios de 2007— coinciden hoy —no hace un mes— en que las líneas de intención de voto de ambos candidatos comienzan a cruzarse y a establecer eso que llaman un “empate técnico”. Lo cual —en mi modesta opinión y a riesgo de parecer impertinente— es malo para ambos candidatos. Para Chávez porque evidencia el deterioro de su proyecto autoritario y el fracaso social de su revolución. Para Rosales porque simplemente es insuficiente y le exige mucho más que lo hecho hasta ahora: uno o dos puntos de diferencia no le permiten ganar y “cobrar”, pues necesita una “avalancha” de votos que aún luce distante. El caudillo militarista y el socialdemócrata zuliano necesitan marcar una gruesa diferencia con respecto a su contendor. La “marea roja” y la “avalancha azul” ilustran perfectamente sus necesidades.
Perogrullo nos recuerda todos los días que lo más importante usualmente está ante nuestros ojos, pero nos distraemos tratando de observar cosas menos evidentes, ocultas en los entrepliegues de la realidad. Los miembros del comando de campaña de Rosales deberían poner el énfasis programático y comunicacional en aquellos sectores juveniles y excluidos que se manifiestan indiferentes a la política, que sobreviven día a día en las peores condiciones, que no están integrados al sistema educativo o al mercado laboral formal, que se sienten olvidados, que no tienen esperanza, a quienes no les gusta Chávez pero desconocen lo que puede hacer Rosales por ellos. Ellos son los destinatarios naturales de un mensaje de redención. Ellos pueden marcar la diferencia. Ellos son los que permitirán “cobrar”.

Cine: REIR PARA NO LLORAR

Mi vida por Sharon o ¿qué te pasa a ti? no parece una película de Carlos Azpurua. Pero lo es. Y aunque a primera vista no es fácil identificar esta comedia con su realizador, al tiempo surgen los vínculos entre una situación real —digámoslo así— y su recreación como ficción en la cual se reconocen algunos aspectos de esa realidad. El resultado es una comedia divertida, ingeniosa y casi típica sobre algunas circunstancias de la clase media venezolana.
Autor de un amplia trayectoria documentalista —Yo hablo a Caracas, Amazonas, el negocio de este mundo, Caño Mánamo, entre otras— y de dos largos de ficción de profunda carga política y social —Disparen a matar y Amaneció de golpe—, Azpurua asume un género que no había trabajado con la seguridad que le brinda el ejercicio guionístico de Mónica Montañés y la reconstrucción de una experiencia personal.
Carlitos es un cuarentón que divide su vida entre su ex esposa, su actual amante y su dependencia emocional de otra figura femenina a la cual ha bautizado Sharon: su Grand Cherokee 4 x 4. Representa la síntesis interpretativa de ciertos valores de la clase media venezolana, aunque por momentos tales valores sean caricaturizados. Un parlanchín angustiado y oportunista, repleto de ideas preconcebidas y convencionales, que se encuentra ante el dilema de escoger entre su esposa de siempre —madre de sus hijos, aún guapa, que lo ha abandonado por otro hombre más responsable y amable pero que aún le coquetea— y su nueva amante —joven, sentimental, ingenua y muy atractiva, que espera un hijo suyo— en una etapa crucial de su vida. Pero un día, mientras se escapa de su esposa para buscara su amante, una banda de criminales lo secuestra y se lleva lo más valioso para él: su flamante camioneta roja. Carlitos, por esta vía, está a punto de quedarse sin esposa, sin amante y sin Sharon. El fin del mundo.
Los conflictos de la historia se desplazan desde lo afectivo —¿a quién ama de verdad, si es que ama a alguien distinto a su camioneta?— hasta el plano oportunista —¿con quién le conviene quedarse?— desarrollando leves pasantías en lo social —sus secuestradores pertenecen a las capas depauperadas de la sociedad, el pueblo que llaman— y lo político —la polarización que el chavismo ha generado en la sociedad venezolana— para conformar un cuadro humano variado, insatisfecho, conflictivo. El final de la narración —un acto de destrucción que se supone de transformación— sintetiza el problema medular de la personalidad de Carlitos y del desarrollo de la trama.
El redondo guión de Montañés encuentra vías de expresión gracias no sólo a la dirección de Azpurua —conocedor del tema y con el oficio a cuestas— sino también al trabajo interpretativo de Carlos Mata, quien impone al personaje de Carlitos un tono de comprensión que le confiere verismo. El oportunismo y la estupidez emocional se conjugan con la inteligencia potenciada en una situación de crisis y la capacidad de convencimiento que puede desplegar un ser humano al borde de sí mismo. A su lado, se esparcen las actuaciones variopintas y efectivas de Mimí Lazo, Anabel Rivero, Marian Valero, Javier Paredes, Dimas González, Vicente Tepedino, Carlos Villamizar, Elisa Escamez, Yugui Lopéz, José Luis Useche, Gonzalo Cubero, Carmen Arencibia, Luigi Sciamanna, Juan Manuel Montesinos y Yanis Chimaras, entre otros, en un elenco coral donde cada intérprete posee un valor y un rol a jugar.
Azpurua logró salir airoso de los retos que representa una comedia como Mi vida por Sharon o ¿qué te pasa a ti?, tan distinta —como género e intención— al cine que ha desarrollado desde finales de los años setenta. Con todo, hay en el relato y en su ejecución el tono visual de sus filmes anteriores donde el universo de lo popular se revela a través de la fotografía, el montaje y el sonido de un estilo de expresión. Una nueva etapa en la trayectoria de su realizador.

Christian Burgazzi: SIETE ESCENARIOS ELECTORALES O "ALLEGRO MA NON TROPPO" *

ELECCIONES Y PETRÓLEO
Primera Parte. Gana Rosales y…

Escenario 1: ¿Pa’ tras ni pa’ coger impulso?
Rosales gana por poco. Chávez entrega de mala gana. En el 2007 se debilita el mercado petrolero y se desploma el precio del crudo. Chávez —en la oposición— le hace la vida imposible al presidente Rosales. El dinero no alcanza para atender toda la demanda de La Negra. El hueco fiscal dejado por Chávez es gigantesco, las deudas contraidas son enormes. La inflación se dispara y se devalúa el bolívar liberado del control cambiario. Las expectativas de la gente se ven frustradas.A los tres años Chávez convoca y gana un referéndum revocatorio y regresa al poder. Chávez II pretende profundizar la revolución.

Escenario 2: ¡Pa’lante es pa’llá!
Gana Rosales. Chávez huye y el chavismo se desmorona. El precio del petróleo va palo abajo. La derrota inesperada y la “rendición” de Chávez produce una estampida en los líderes chavistas duros. Las ratas abandonan el barco rojo que encalló y se hunde. Varios funcionarios corruptos son juzgados y condenados a prisión. Son aquellos que robaron de forma descarada, sin cuidarse las espaldas, confiados en que la revolución era para siempre y protegería sus vagabunderías. Chávez se refugia en Cuba a atender a Fidel, quien en su agonía, lo nombra su sucesor. Sueña con invadir a Venezuela, por las costas zulianas. Los demás ponen sus barbas en remojo. José Vicente arranca para Chile. Barreto corre para Corea del Norte. Maduro se irá para Irán, donde Cilia tendrá que cubrir su rostro con el velo. La historia se repite, los chavecos, chaveyanos y chavequistas, chapuceros todos, se van a gastar los millones robados a otra parte. A pesar de la crisis económica por la caída abrupta de los precios del petróleo, Rosales, sin oposición fuerte, renueva la moral nacional y comienza una época de recuperación del bienestar de los venezolanos.

Escenario 3: El futuro es azul.
Gana Rosales por poco. Chávez se queda haciendo oposición. El precio del petróleo se mantiene elevado. El país renace en cuerpo y alma. Se recupera rápidamente, gracias a las políticas de Rosales y su gobierno. La oposición del chavismo, si bien fuerte, se estrella contra la realidad del éxito lento pero seguro del nuevo gobierno. La gente ya no quiere conflictos. La pobreza se va reduciendo. Se consolida la democracia y se fortalecen sus instituciones. Ya no hay vuelta atrás.

Segunda Parte. Gana Chávez y...

Escenario 4: Por ahora…
Gana Chávez por poco. En el 2007 se derrumba el precio del Petróleo. Chávez se mantiene en el Gobierno pero sin el poder que tenía antes de las elecciones. Rosales se consolida como el líder de un fuerte movimiento de oposición. Toma la iniciativa y acorrala al Gobierno, le pone freno a sus pretensiones hegemónicas. Impulsa varios referendos —para la reforma constitucional, para el cambio del Tribunal Supremo de Justicia y de la Asamblea Nacional— y promueve con éxito los revocatorios de gobernadores y alcaldes. Salen Barreto, Bernal, Tarek, Diosdado, Acosta Carlez, Ronald Blanco, Hugo de los Reyes Chávez y otros. Caen los precios del petróleo, la economía venezolana se viene abajo, no hay recursos para mantener los planes asistenciales, las protestas se hace cada vez más grandes y violentas, se teme otro Caracazo o Maracaibazo. Ante la debacle, Chávez no regresa de su último viaje a La Habana. Si vuelve a Venezuela será enjuiciado y su mandato revocado. Se elige a Rosales como nuevo Presidente y Venezuela, habiendo aprendido la lección de los Mesías, emprende el largo camino hacia el bienestar, basado en la libertad, el trabajo y la equidad.
Escenario 5: ¡Llegó el lobo!
Gana Chávez. Se desmorona la oposición. El precio del petróleo se desploma. Chávez reforma la Constitución y las leyes para imponer "el socialismo del siglo XXI". La revolución avanza inexorable. Ante la caída súbita de los precios del petróleo, las protestas populares y el desánimo de la oposición, se desata la represión y persecución roja. Se dispara la emigración de venezolanos y extranjeros de todos los niveles. Muchos se van despavoridos. Con petróleo barato, el mundo deja que Chávez siga cometiendo locuras dentro de Venezuela, mientras fluya el chorro de oro negro. Chávez se mantiene en el poder a punta de sangre y lágrimas, sin sudor. El país cae en el abismo. Somos la nueva Cuba.

Escenario 6: Nadando en el pantano de la infelicidad.
Gana Chávez por poco. Los precios del petróleo se mantienen elevados. La oposición conserva la fuerza ganada. Chávez intenta consolidar su revolución, la oposición resiste y lucha por detener los planes autoritarios. El camino hacia el "socialismo del siglo XXI" se hace cuesta arriba, hay demasiado dinero fluyendo y la gente se va adaptando. Los nuevos corruptos rojos continúan su faena para asegurar su futuro y el de sus descendientes después de la caída, que saben llegará algún día. La "revolución" —roja, rojita— se pudre desde adentro, como la vieja guanabana. Peor de lo mismo. El país continua paralizado, patinando en el fango, sin ir para ningún lado. Chávez sigue mandando. ¿Durará 6 años más o será revocado en el 2010?

Escenario 7: El caos: empate técnico.
El resultado electoral no está claro. Nadie reconoce al otro como ganador. El Consejo Nacional Electoral proclama a Chávez. Rosales denuncia y demuestra el fraude. La oposición desconoce el resultado oficial y se declara en resistencia pacifica activa. El gobierno reprime violentamente, sus escuadrones armados atacan a las manifestaciones de la oposición. Corre la sangre. La comunidad internacional reacciona, no reconoce a Chávez como ganador y condena la violencia desatada por los seguidores rojos. Venezuela queda aislada a nivel internacional. Se paraliza la exportación petrolera y el precio del crudo se dispara por la crisis energética. La presión internacional aumenta. Se inicia contra Chávez un juicio internacional por crímenes contra la humanidad. Chávez se refugia en Cuba y a la muerte de Fidel pretende ser su sucesor. Lo reciben con los brazos abiertos de una camisa de fuerza en el hospital psiquiátrico de Mazorra. Rosales es declarado presidente y comienza la reconstrucción de Venezuela.

* Tomado de http://en-agora.blogspot.com

domingo, noviembre 12, 2006

Festivales: ITALIA REGRESA CON SU CINE

Con el apoyo de la Embajada de Italia en Venezuela y otras instituciones ítalo-venezolanas, desde el pasado viernes 10 de noviembre se desarrolla en Caracas la cuarta edición del Festival del Nuevo Cine Italiano, con la presentación de doce títulos de reciente producción. Entre lo más destacado de la muestra se encuentra el trabajo de cineastas ya conocidos como Gianni Amelio —quien relata en Las llaves de la casa el reencuentro de un padre con su hijo discapacitado a causa de complicaciones en el parto— y como Pupi Avati —autor de la irónica y sensible La última noche de bodas, relato de posguerra protagonizado por la cantante de ópera y actriz Katia Ricciarelli— al lado del cineasta de origen turco Ferzan Ozpetek —cuyo film La ventana de enfrente estuvo dieciséis semanas en cartelera en Caracas— quien asume temas habituales como el amor, la familia y la amistad en Corazón sagrado. Otro cineasta de importancia, Alessandro D'Alatri, se presenta con La fiebre, expresión del cine político italiano contemporáneo. También se encuentran Roberto Faenza con A pleno sol, Silvio Soldini con Agata y la tempestad, Davide Ferrario con Si debo ser sincera, Antonieta De Lillo con El resto de nada, protagonizada por la actriz portuguesa María de Medeiros. Se completa la muestra con varias óperas primas como el documental Craj-Mañana de Davide Merengo, Bajo el sol negro de Enrico Verra, Los hechos de la Banda de la Magliana de Daniele Costantini, y Saimir de Francesco Munzi.