En el siglo XIX los soldados irlandeses cantaban una balada titulada El viento que agita la cebada —The wind that shakes the barley— que derivaría en una suerte de himno ante la ocupación de los británicos. De aquella canción, el veterano cineasta inglés Ken Loach extrajo parte de la materia prima para El viento que acaricia el prado —título en español inexacto con respecto al original inglés, aunque tal vez más poético— que se alzó el año pasado con la Palma de Oro del Festival de Cannes.
Recuerdo que la decisión del jurado no fue aplaudida por la crítica reunida en el célebre y consagrador certamen francés y se le consideró más un reconocimiento a su extensa trayectoria. Con más de 30 largometrajes en su haber, Loach había coqueteado con el máximo premio de Cannes desde que en 1971 presentó al mundo su Family life, film extraordinario que definió su estilo de cine: la crítica a la injusticia ejercida desde el poder y el compromiso social con los desposeídos. Entonces firmaba sus películas como Kenneth Loach y era notoria su militancia troskista. Su trayectoria se haya respaldada por filmes importantes como Riff Raff, Ladybird, Ladybird, La canción de Carla y Tierra y libertad. Con todo, su filmografía es aún poco conocida en Venezuela. Cinematográfica Blancica se arriesgó a traer El viento que acaricia el prado que actualmente busca la opinión del público.
Socialista consecuente, Loach ha rehuido las posturas del lamentable realismo socialista y ha desarrollado una filmografía que no busca la comodidad conceptual. No hace cine de propaganda sino de interpretación histórica desde su perspectiva ideológica. El viento que acaricia el prado se sirve de dos hermanos que en 1920 participan en la rebelión guerrillera contra la ocupación británica de su patria. Un año antes se había votado democráticamente la constitución de la República de Irlanda y se había creado el Ejército Republicano Irlandés, hechos que no fueron respetado por Gran Bretaña. Damien y Teddy O'Donnovan se entregan a su lucha como hermanos y como irlandeses hasta que ven la oportunidad de transar la paz con el ejército británico. Se firma, entonces, el tratado de 1920, según el cual el país se divide en la República de Irlanda, capital Dublín, e Irlanda del Norte, capital Belfast, integrada al Reino Unido. Damien está en contra, Teddy a favor. De una guerra de liberación, Irlanda pasó a una guerra civil, una guerra entre hermanos. Eso es historia. Y sabemos las consecuencias que ha tenido en términos de muerte, terror y dolor.
A sus 71 años, Loach no busca la experimentación sino la narrativa eficiente. Propone —ni más ni menos— que la historia de Irlanda sería diferente si en aquella fecha se hubiese declarado socialista, lo cual es un avatar que pertenece al campo de lo especulativo, pero no por ello es desdeñable. Ciertamente, hubo fuerzas socialistas que alentadas por el triunfo de la revolución bolchevique en la vieja Rusia, en 1917, proponían dos años después una república irlandesa socialista, frontalmente separada del capitalismo del Reino Unido. Esa fue la tesis que impulsaron los socialistas irlandeses y apoyaron años después los troskistas británicos. Un inglés, Loach, habla de Irlanda desde la perspectiva del internacionalismo proletario, el mismo que le sirvió para filmar Tierra y libertad, donde expuso las contradicciones de la izquierda española durante la Guerra Civil.
Un guión sin fisuras, una puesta en escena muy correcta, unas actuaciones extremadamente profesionales y un tema que hoy, casi un siglo después, sigue inquietándonos, son las principales virtudes del film. Lo que me fastidia del film es que, para mí, es perfectamente predecible. Tal vez porque conozco la historia de Irlanda, quizá porque he visto muchas películas de Loach. Desde el principio intuí el final. Creo que era inevitable.
EL VIENTO QUE ACARICIA EL PRADO ("The wind that shakes the barley"), Irlanda, Inglaterra, Alemania, Italia y España, 2006. Direcciön: Ken Loach. Guión: Paul Laverty. Producción: Rebecca O'Brien. Fotografía: Barry Ackroyd. Montaje: Jonathan Morris. Música: George Fenton. Elenco: Cillian Murphy, Pádraic Delaney, Liam Cunningham, Orla Fitzgerald y Mary O'Riordan, entre otros. Distribución: Cinematográfica Blancica.
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