Lo primero que debo decirles es que estamos ante una película intensa y extraordinaria que conmueve, que propone un viaje de retorno para saldar cuentas y que abre el apetito de la inteligencia y la afectividad. Sin duda alguna, la cima de su creador.
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Se trata de la historia de mujeres —en el sentido más femenino del término— desarrollada entre Madrid y un pueblecito manchego que cuenta con un fantasma —real e irreal, a la vez— que planea sobre las vidas de un grupo de almas errantes que se identifican con los rasgos básicos de todo ser humano y con una familia. Es el fantasma de la madre, pero no sólo de la figura materna, como emblema universal, sino de la madre del propio Pedro Almodóvar. Hablar de una anécdota en el film sería injusto, pues no se trata de un cuento unívoco y lineal, sino de un recorrido laberíntico, zigzagueante, nervioso y hasta frenético que, de forma paradójica, mantiene la coherencia tanto estilística como temática. Podríamos, sí, hablar de un personaje —Raimunda— que guía los andares de todos los personajes y les de cuerpo dramático. A través de ella, el realizador recorre espacios humanos, reconoce rostros, rescata sonrisas y miradas, con un estilo absolutamente personal, como obra inequívocamente suya.
VOLVER, España, 2006. Dirección y guión: Pedro Almodóvar. Fotografía: José Luis Alcaine. Montaje: José Salcedo. Música: Alberto Iglesias. Elenco: Penélope Cruz, Lola Dueñas, Blanca Portillo, Carmen Maura, Yohana Cobo, Chus Lampreave, Antonio de la Torre, Leandro Rivera, Carmen Machi, Yolanda Ramos y Maria Isabel Díaz, entre otros. Distribuye: 20th Century Fox.
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Volver, el decimosexto film de Pedro Almodóvar, marca un evocador retorno a las raíces de su infancia y al territorio de una desoladora nostalgia. La mirada del que regresa no es la misma de la del que se marcha. El tránsito entre un momento y otro de la vida se halla signado por la necesidad evaluadora de la trayectoria. Después de una carrera notable, heterodoxa e irregular, el cineasta español de mayor proyección en el mundo realiza —de nuevo— un acto de confesión íntima y pública que funciona como una suerte de coartada de toda su obra. Pero sobre todo es un ajuste de cuentas personal expresado a través de una poética de gran belleza.
Se trata de la historia de mujeres —en el sentido más femenino del término— desarrollada entre Madrid y un pueblecito manchego que cuenta con un fantasma —real e irreal, a la vez— que planea sobre las vidas de un grupo de almas errantes que se identifican con los rasgos básicos de todo ser humano y con una familia. Es el fantasma de la madre, pero no sólo de la figura materna, como emblema universal, sino de la madre del propio Pedro Almodóvar. Hablar de una anécdota en el film sería injusto, pues no se trata de un cuento unívoco y lineal, sino de un recorrido laberíntico, zigzagueante, nervioso y hasta frenético que, de forma paradójica, mantiene la coherencia tanto estilística como temática. Podríamos, sí, hablar de un personaje —Raimunda— que guía los andares de todos los personajes y les de cuerpo dramático. A través de ella, el realizador recorre espacios humanos, reconoce rostros, rescata sonrisas y miradas, con un estilo absolutamente personal, como obra inequívocamente suya.
Por eso, la otra gran presencia en Volver es la de Penélope Cruz, suerte de alter ego de Almodóvar y, sin duda, una de las grandes actrices de la España de hoy, más allá del falso estrellato en Hollywood y otras sandeces. La escena en la que —tras deshacerse de su marido y de apropiarse de un restaurante popular— ella entona el tango Volver con aires de canto jondo es realmente conmovedora. Cada lágrima evoca un recuerdo. De nuevo la música popular expresa lo que el director y sus personajes desean plantear. A su lado Carmen Maura y Lola Dueñas se crecen como intérpretes y todas conforman el trío de actrices que fue reconocido con el premio a la mejor actuación femenina —por cierto un caso único— en el pasado Festival de Cannes. Finalmente, la joven Blanca Portillo completa generacionalmente esta fuerza interpretativa.
Las primeras imágenes abren la provocación: un grupo de mujeres arregla tumbas en un cementerio. La muerte usualmente convoca la conciencia de la familia, llama al retorno de los que no están y marca una presencia que se realiza en distintos planos expresivos. Es obvio que se trata de una película con una profunda carga autobiográfica. Por eso no extraña al observador atento que Volver sea un conjunto de recuerdos y de vivencias compartidas. Almodóvar regresa a sus predios manchegos, a los personajes de su niñez, a sus actrices favoritas, al tipo de películas que veía en su adolescencia, incluido ese homenaje que hace a Ana Magnani en Bellissima, de Luchino Visconti, y al cine de Alfred Hitchcock y, en particular, a Vértigo. La nostalgia es el sentimiento dominante en todo el relato. Una nostalgia que es propia de un hombre que se encuentra en su plena madurez como creador y que necesita poner las cosas en orden. Pero sobre todo, es un retorno a la imagen de su madre, fallecida en 1999, que ha generado filmes como Todo sobre mi madre y, de manera superlativa, Hable con ella. El regreso a la figura materna es, al mismo tiempo, a la simbología femenina en general y a la perspectiva personal que Almodóvar siente sobre la feminidad. Tampoco extraña que su anterior película, La mala educación, sea también un retorno a sus orígenes, aunque desde una perspectiva distinta, más vinculada con su despertar sexual y su encuentro con otro tipo de amor que con las seguridades maternas de su infancia.
Volver es un genuino film de Almodóvar, en su más puro estilo pero, al mismo tiempo, es muy accesible para el gran público. Impone en su historia una curiosa comicidad que evita la solemnidad y presenta una región de La Mancha que se burla de sus propios fetichismos, que se nutre del relato quijotesco y que se atreve, con total franqueza, a mostrar algo tan grave como la muerte, mezclando la comedia y el drama. En ese universo femenino el hombre es una especie de elemento extraño, casi fatal. Capaz de crear imágenes que trascienden, en Volver Almodóvar logra que la cotidianeidad sea algo más que lo usual y sumerge al espectador en una evocación que no es suya pero que no teme compartir. Por favor, no se la pierda.
Puntuación: ***** Excelente
VOLVER, España, 2006. Dirección y guión: Pedro Almodóvar. Fotografía: José Luis Alcaine. Montaje: José Salcedo. Música: Alberto Iglesias. Elenco: Penélope Cruz, Lola Dueñas, Blanca Portillo, Carmen Maura, Yohana Cobo, Chus Lampreave, Antonio de la Torre, Leandro Rivera, Carmen Machi, Yolanda Ramos y Maria Isabel Díaz, entre otros. Distribuye: 20th Century Fox.
1 comentario:
Comparto contigo que es de las mejores de Almodóvar. Te invito a leer mi reseña en http://kinephilos.blogspot.com/2006/09/volver.html
También encuentro similitudes con el cine italiano de los 50-60.
Un saludo desde Buenos Aires.
Liliana Sáez
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