Obra poco usual en la producción venezolana, La ciudad de los escribanos es un film de tono distinto que rescata el espíritu de ese cine merideño que ha creado una escuela estilística y una tendencia de realizadores con una óptica distinta. Un tipo de cine que goza de poca difusión comercial pero que existe y tiene algo que decir. Ya está en cartelera y creo que vale la pena comprar el boleto para descubrir una historia distinta.
Dirigido por José Velasco, el film reconstruye los acontecimientos dramáticos que tuvieron lugar en los Andes venezolanos, en 1785, para lograr la fundación del Seminario de San Buenaventura de Mérida, que después daría origen a la gloriosa Universidad de Los Andes, que entre otros logros del pensamiento se convirtió en la gran patrocinadora del cine venezolano.
La ciudad de los escribanos se desarrolla en un momneto muy especial del período colonial y narra la historia de un obispo franciscano que desafió a las autoridades de la época en su afán por construir una importante casa de estudios, en un pequeño pueblo de las montañas andinas. Llevar a cabo esta empresa desató una lucha de poderes de tal magnitud que terminó por costarle la vida. Para la época, los escribanos eran personas a las que se les atribuía un gran poder sobre el conocimiento y una gran pasión por las escrituras y las cartas, considerando éstas como algo sagrado. En este sentido, La ciudad de los escribanos es un largometraje que muestra también parte de la historia de Mérida. Por otra parte, también pone en el tapete la historia verdadera de un joven escribano dedicado al comercio con libros prohibidos por la Santa Inquisición y que, a su vez, está envuelto en una relación amorosa con una campesina.
Dirigido por José Velasco, el film reconstruye los acontecimientos dramáticos que tuvieron lugar en los Andes venezolanos, en 1785, para lograr la fundación del Seminario de San Buenaventura de Mérida, que después daría origen a la gloriosa Universidad de Los Andes, que entre otros logros del pensamiento se convirtió en la gran patrocinadora del cine venezolano.
La ciudad de los escribanos se desarrolla en un momneto muy especial del período colonial y narra la historia de un obispo franciscano que desafió a las autoridades de la época en su afán por construir una importante casa de estudios, en un pequeño pueblo de las montañas andinas. Llevar a cabo esta empresa desató una lucha de poderes de tal magnitud que terminó por costarle la vida. Para la época, los escribanos eran personas a las que se les atribuía un gran poder sobre el conocimiento y una gran pasión por las escrituras y las cartas, considerando éstas como algo sagrado. En este sentido, La ciudad de los escribanos es un largometraje que muestra también parte de la historia de Mérida. Por otra parte, también pone en el tapete la historia verdadera de un joven escribano dedicado al comercio con libros prohibidos por la Santa Inquisición y que, a su vez, está envuelto en una relación amorosa con una campesina.
Velasco realizó una obra pequeña, compacta, nada efectista, que rescata la dignidad del ser humano a través de una historia aparentemente sencilla pero compleja en su interior. Esta historia es protagonizada por el fallecido actor Rafael Briceño, figura cimera del teatro, el cine y la televisión nacionales, quien entregó su última interpretación encarnando a ese obispo rebelde y testarudo a quien debemos el derecho al conocimiento en libertad, aunque esto suene poco coherente con el pensamiento de la Iglesia de entonces. También actúan Alfonso Urdaneta, Nelson Rivero e Iván Maldonado, entre otros.
Puntuación: *** Buena
LA CIUDAD DE LOS ESCRIBANOS. Venezuela, 2006. Dirección y guión: José Velasco. Producción: Francisco Quiñonez. Fotografía: Césary Jaworski. Elenco: Rafael Briceño, Alfonso Urdaneta, Iván Maldonado, Mari Rivas y Nelson Rivero, entre otros. Distribución: Cines Unidos.
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