El presidente Chávez quiere trasladarnos de un fondo a otro. Nos quiere sacar del Fondo Monetario Internacional para llevarnos al Fondo del abismo. ¿Cuál es el fondo del asunto? y ¿cuál es el asunto de fondo?
Para empezar, tal como ocurre con muchos anuncios gubernamentales, uno no sabe a qué atenerse. No sabemos si realmente lo van a hacer, si se echaron para atrás o si se trata uno de esos anuncios que hace periódicamente el gobierno y al que después nadie le hace seguimiento. En el FMI no saben del asunto y el ministro Cabezas habla como si, en el fondo, ésa hubiese sido sólo una ocurrencia del Presidente, cuyo estatus actual desconoce. En el fondo, hay una gran improvisación en la toma de decisiones gubernamentales y en los anuncios públicos.
Es posible que luego de haberlo anunciado se hayan dado cuenta de las consecuencias que tendría para el país el retiro del FMI. La más visible de todas es el peligro de que diversos acreedores exijan el pago inmediato de buena parte de la deuda pública externa. Ocurre que muchos bonos de la deuda venezolana establecen como condición que el país sea miembro del FMI. Eso se hace así por dos razones. Primero porque la pertenencia al FMI le garantiza a los acreedores que las cuentas del país sean examinadas periódicamente. Esto es algo que quiere todo acreedor. En segundo lugar, porque esa membresía garantiza que el país tenga accesibilidad a unos fondos en caso de que no cuente con los recursos para cancelar sus compromisos con los acreedores.
Al no estar bajo el examen de un ente como el FMI, nos convertimos en un país más riesgoso para los inversionistas. Sube el riesgo país y se encarecen los fondos que nos prestan. La salida del Fondo, nos encarece los fondos.
Claro, al no estar bajo la lupa del Fondo, es más fácil jugar con los fondos públicos, lo cual puede ser una de las razones de fondo para querer salirse del Fondo Monetario, aunque eso implique llevarnos más hacia el fondo.