lunes, octubre 30, 2006

Felipe Benites: ¡A MI GALLO VOY! (para conocedores)

Pienso que la condición de hermano mayor me dio la oportunidad de haber sido, de sus hijos, quien más compartió con papá. Quizá su extraordinario amor por la mesa, tanto la buena como la mala —¿cuál será cuál?— lo apartó prematuramente de nosotros. Un obrero típico de la capital: sexto grado completo, de la provincia, crítico de cualquier gobierno, votante sempiterno y apasionado del béisbol y del boxeo; mas alérgico, muy alérgico al fútbol. Nunca estuvo en contra de que cultivara la pasión por otras disciplinas, pero reconozco en las preferencias deportivas de “faylo” —así le llamaba en sus últimos años— el origen de mis fanatismos más lejanos. Hago esta introducción porque para apartarme, aunque sea por un momento, de la política, sostuve una conversación imaginaria con quien fue mi entrañable compinche:

—¿Cómo están las cosas por allá arriba? —pregunté.
—Al campeón nacional no se le ve muy bien —respondió.
—¡Oye, ustedes también tienen boxeo! —dije sorprendido.
—¡No! para nada…hablo del que ustedes tienen allá abajo.
—Pero aquí hay varios —riposté.
—Yo hablo del que se cree peso completo. Que a la final por lo gordo que se ha puesto lo parece.
—Papá, veo que conservas intacta tu eterna tendencia al sarcasmo. Pero dime: ¿Quién es el tipo?
—No te voy a decir quién es, pero te voy a dar algunas pistas a ver si podemos encaminar esta conversa. Pon cuidado.
"El campeón del que te hablo —¡ojo! no es mundial, ni regional sino apenas nacional— llegó a tener una tremenda pegada. Es verdad que al inicio de su carrera —cuando era amateur— le propinaron un nocaut técnico, no presentó combate ni tuvo cortaduras, sólo hubo abandono, pero declaró en los medios que la derrota era momentánea, era por ahora. Luego, vino el salto al profesional, allí no tardó en la repartición de pescozadas: uno, dos, cuatro nocauts en fila; con ello se granjeó el temor de sus rivales. Sin embargo, el bajón de toda carrera llegaría y con él la primera derrota por decisión dividida, precisamente en primavera: abril. Pero, una enorme pifia del contrario y de su esquina revocó la decisión. Después de haber ganado le siguieron dando —entre todos— al perdedor, comenzaron a caerle a trompadas también al público y, encima, exigían pago doble ya no para entrar, sino para salir del evento. Esta derrota afectó mucho al campeón, quien crucifijo alante y cabeza gacha prometió mejorar para regocijo del público".
—Dicen que los buenos de verdad se prueban luego de su primera felpa —interrumpí.
—Así es hijo, pero en su confrontación siguiente estuvo a punto de perder nuevamente. Recuerdo que fue por un diciembre-enero y que en su esquina los seconds decían que esa pelea ya estaba ganada, porque dizque no había pelea, que todo estaba demasiado normal… Pero bueno, los que vimos el combate creemos que en varios rounds la cosa se le puso fea. La recuperación, pues, de la primera derrota, no había sido todo lo buena que se esperaría de un legítimo campeón. Sin embargo, salió de esa, ganó tiempo para oxigenarse y el hombre se propuso unas misiones de entrenamiento que le permitiesen conservar la faja".
—El tipo entonces mostró su garra campeonil, ¿no?
—No, hijo. Yo más bien creo que comenzó a hacer boxeo de sombra. Puro ejercicio, pura coba: jabs, ganchos, upper cuts, rectos, todo bien lanzado, pero a mi juicio la mayoría se quedaban en el aire, sin impactar verdaderamente a nadie. Creo que ese “arreglo” lo mostrarán los analistas en un futuro muy cercano, cuando pasen en cámara lenta las repeticiones. De hecho por esa misma época, en el combate más importante que ha sostenido hasta la fecha, ni siquiera pudo noquear a un rival que prácticamente no existía. Ganó por decisión de los jueces y fíjate que el público asistente no lo vio así, incluso los que por él apostaron. Más bien había asombro en los rostros, con decirte que ni hubo celebración en el coso nacional.
—No me digas que le regalaron la pelea…—increpé.
—No digo eso, sólo que recuerdo que el careo era a doce asaltos y pelearon dieciocho. Hay quienes dicen que el árbitro le sembró plomo entre los guantes, dejó que le puyara el ojo al contrario, le diera cabezazos y codazos y así fue mermando al rival. Luego, la lectura de la decisión se tardó más de cuatro horas después de finalizado el combate y ni siquiera se permitió que los comentaristas hicieran referencia alguna sobre lo que pasaba en el ring en tiempo real.
—Noohh, papá ¿Y nadie se dio cuenta, nadie protestó?
—Bueno… a partir de allí se le conoce al campeón como “Kid Escapulario”
—Uhm, qué interesante… ¿Y no ha peleado en otro patio?
—En paralelo, ingresó al campo internacional y el poder de la pegada en un comienzo no lo dejó mal.
—Entonces el tipo sí es bueno —afirmé.
—No como se creía. Sus aparentes victorias fueron contra rivales de muy poco nivel.
—¿Paquetes?
—Ajá, contendores anémicos y faltos de ciertos minerales no renovables. Sólo a esos dominaba, de allí que a nivel internacional se le conozcan como el “bombardero bituminoso”. Pero su verdadera estirpe se comenzó a ver cuando confrontó rivales de cierta calidad ¡En su mismo peso!
—¿Y qué pasó? —pregunté ansioso.
—Pues, que comenzó a perder. Pero lo más llamativo, porque el hombre a veces tiene conductas raras, es que aun perdiendo, decidió subir de peso y retar nada menos que al campeón mundial indiscutido de los pesos completos: el negrón Ray “Sugar” Empíreo.
—Papá, ¿Tú lo que me quieres decir es que nuestro campeón es como un “novillo” Paiva cualquiera?
—No estoy seguro, porque el “novillo” pegaba. En todo caso, el hombre subió de peso y el campeón mundial “con una mano amarrada”, la peor esquina del planeta y sin emplearse mucho lo zarandeó por puntos 109-76. El hombre es tan extraño que hinchado y feo no dejaba de decir que ganó con dignidad y que estaba muy satisfecho, aun cuando la puntuación que declararía obtener desde el día anterior a la pelea era de al menos 110 puntos. Ahora, los que vimos el combate en vivo, sostenemos que lo único que le pudo hacer al “Sugar” Empíreo fue aporrearle las manos con los pómulos, la nariz, las costillas, el hígado y el estomago.
—Bueno papi, con eso que me dices creo que el tipo como que no tiene mucho futuro. Pero aún no doy con él…
—Ya te dije que no se le ve bien y que no te diré el nombre. Sólo pistas, ahí van otras: se le nota falto de iniciativa en el ring, ha aumentado mucho de peso y de alguna forma sus condiciones han mermado; usa siempre los mismos golpes ya se cansa muy rápido y cansa también al público; pensaba que su próxima presentación iba a ser una papita, porque iba a pelear solo, pero apareció un gallo. Por eso está tratando de aprender algo de esgrima, quiere darle un barniz candoroso a su callejero estilo, pero qué va… pataruco es pataruco.
—¿Eso es todo? Una palomita más –imploré.
—El retador si bien es retaquito, pequeño, currutaco, pues, y poco elegante, pareciera tener la “pata ‘e mula” en las manos; y si no la tiene, el aguante demostrado por “Kid Escapulario” cuando lo castigan, no es garantía. El retaquito ha dicho que quiere la pelea “cuerpo a cuerpo” en los próximos rounds, y esto. mi querido hijo. puede ser un severo riesgo para la escotilla de los mocos del campeón. Como por ahí se comenta que el “Angelo Dundee” de la esquina del “bituminoso” ya se radicó o está por radicarse por estos lares, yo pienso que las instrucciones para “Kid Escapulario” ya están escritas y las vislumbro así:
“Profundizar el acostumbrado uso de los codos y la cabeza —pero eso sí con celeste y amoroso estilo— a ver si el retaquito responde igual y lo descalifican por violento. Aprovechar el mayor tamaño para apoyarse sobre el “curru” y desgastarlo, "jabear" para conservar la distancia, agarrarse parea evitar el infight y muchos pasos laterales para que todo vaya bien y así, sin mayores preocupaciones, dejar la decisión en manos de los “objetivos y justos jueces”. Si por el contrario, se da la pelea “cuerpo a cuerpo”, usar mucha grasa sucia en el rostro para reforzar el “efecto teflón”, mojar la esquina contraria del ring a ver si resbalan y soltar las trenzas de los guantes para ganar tiempo. Por último, en extremo, si las cosas se siguen poniendo feas y las piernas del campeón comienzan a doblarse, pedirle entonces al encargado de la cuchilla de la luz que la baje y que al mismo tiempo nuestros apostadores lancen sus sillas sobre el ring. Una suspensión del combate al menos por seis años no vendría mal.”
—Pero bueno “faylo”… ¿Tú como que me estás hablando de política?
—Un momentico, no me falte el respeto. Aquí arriba de la única política que se permite hablar es de la que hace el diablo. ¡Que Dios me los bendiga!

jueves, octubre 26, 2006

SUMARIO 27-10-06

Hola amigos en Venezuela y el mundo.

En la nueva edición de Ideas de Babel alertamos sobre cierto triunfalismo que se gesta en algunos sectores de la oposición frente a las elecciones del 4 de diciembre. En el campo del Cine analizamos Sólo mía, ópera prima del español Javier Balaguer, y Amor en concreto, primer film de largometraje del venezolano Franco de Peña, que se estrena hoy en Venezuela. Trino Márquez se pregunta en qué le puede servir tanto amor a Hugo Chávez después de ocho años de agresividad y autoritarismo. En la sección Letras comentamos Sólo los estúpidos no cambian de opinión, el muy bien documentado libro de entrevista y testimonio de Alonso Moleiro que observa la vida de Teodoro Petkoff en el marco de las luchas democráticas en Venezuela. La sección Culinaria la dedicamos a Permiso para pecar, sugerente libro de Alberto Soria que se despliega por los territorios de las papilas y las tentaciones. Finalmente, Paula Giraud escribe sus recuerdos del escritor y periodista Miguel Otero Silva, quien ayer 26 de octubre debería haber cumplido 98 años.

Política Ficción: ¿DÓNDE ESTÁN LOS VOTOS?

"Cuarenta y nueve versus treinta y tres", me dijo anoche —26 de octubre— Oscar Schemel, líder de la encuestadora Hinterlaces, a propósito de la querella electoral que protagonizan Hugo Chávez y Manuel Rosales. Dieciséis puntos de diferencia, a favor del candidato presidente, que desnudan el triunfalismo que afecta a ciertos sectores de la oposición. Se habla de un "empate técnico", alguien dice que las líneas de intención de voto ya se han cruzado y comienza una ola de rumores que asegura el triunfo de Rosales en los comicios del 4 de diciembre, cuando la realidad indica que Chávez aún domina las preferencias electorales. Lo dicen las cifras de Consultores XXI, Datanálisis, IVAD, Opinión Pública Consultores, Penn Schoen y Berland, Cifras Escenarios y la propia Hinterlaces. El hecho palpable del ascenso de Rosales en las encuestas no quiere decir —todavía— que vaya a ganar las elecciones. Y cuidado si las pierde. Aquí no hay nada "blindado". Remenber August 15, 2004.
Hace un par de semanas, el candidato de la oposición se reunió con dos organizaciones ciudadanas que le manifestaron su apoyo. Tras los agradecimientos de rigor, el propio Rosales afirmó que había que buscar los votos en la calle, que aún no se tenía la mayoría necesaria, que éste es el momento de hacer el trabajo difícil. Dijo algo así: "El 3 de diciembre vamos a ganar y a cobrar, pero para ganar y cobrar ese día es necesario conquistar los votos hoy. Hay que salir a la calle a buscarlos hoy". Más claro, imposible.
¿Dónde están los votos que faltan? Allí, entre quienes todavía tienen esperanza en Chávez; allá, entre quienes están insatisfechos con Chávez pero aún no encuentran opción válida en la oposición; más allá, entre quienes están cansados de promesas y no quieren creer una nueva; un poco más acá, entre los indiferentes y los egoístas; por allí, entre quienes conciben la democracia como una relación utilitaria; por estos lados, entre quienes tienen miedo a perder su empleo o Mercal o Barrio Adentro; detrás de la puerta, entre tanta gente que aún no se atreve... para usar el lema de la campaña opositora.
Lo cierto es que la campaña de Rosales debe hablarle todavía más —en el mes que resta antes de las elecciones— a los que no están con su candidatura, que son los que van a decidir el triunfo. Los partidarios de Rosales ya estamos convencidos. Los partidarios de Chávez también lo están. Hay que encontrar, entonces, ese mecanismo emocional —más allá de los lemas y los temas de campaña— que haga ¡clic! y movilice a los indiferentes, los temerosos, los desilusionados, los fatigados, los que no tienen esperanza. Paradójicamente, hoy es el tiempo de los perdedores.

Cine: GOLPES DE AMOR

Sólo mía, la primera película del español Javier Balaguer —rodada en 2001, antes de la recordada Te doy mis ojos, de Iciar Bollaín, también española— plantea de forma directa el tema demasiado frecuente del maltrato físico en el matrimonio. Lo cual quiere decir, más allá de los eufemismos al uso, la cotidiana violencia que los maridos ejercen contra sus esposas. Lo hace a partir de una pareja de clase media acomodada, conformada por Ángela —muy bien interpretada por Paz Vega— y Joaquín —con el expresivo rostro del catalán Sergi López— que expone la cotidianidad de la violencia doméstica.
La estructura dramática del film se construye sobre la base de largos flashbacks que narran el proceso de deterioro de la pareja —el primer encuentro, la boda, el embarazo, el primer golpe, la siguiente paliza, etcétera— a partir de una situación de violencia a la inversa. De esta forma se ilustra la dimensión de un drama contemporáneo —oculto pero persistente— que azota a nuestras sociedades, tanto en España como en América Latina. Se revelan conductas patológicas fundamentadas en arquetipos invariables. El hombre que provee al hogar, la mujer que se dedica al hogar, el hombre que manda, la mujer que obedece, etcétera, constituyen los referentes básicos de la situación.
Pero sobre todo, la película pone de manifiesto la indefensión jurídica de la mujer. Lo que subyace en el planteamiento de Sólo mía no es que se trata de una lamentable práctica cotidiana —cosa que sabemos de sobra— sino que la estructura judicial de la sociedad no está en capacidad de defender a las víctimas, más bien las condena. Lo otro que se pone de relieve es que son las propias mujeres quienes pueden introducir elementos de cambio en la situación.
Tal vez el final de la película extrañe un poco. Quizá el espectador esperaba otra resolución. Pero de lo que estoy seguro es que no hay happy end.
SÓLO MÍA, España, 2001. Dirección: Javier Balaguer. Guión: Álvaro García Mohedano y Javier Balaguer. Fotografía: Juan Molina. Montaje: Guillermo Represa. Intérpretes: Sergi López, Paz Vega, Elvira Minguez y Alnerto Jiménez, entre otros. Distribución: Gran Cine.

Trino Márquez: ¿EN QUÉ PUEDE EMPLEAR TANTO AMOR?

La carrera despavorida de la clase media ante las amenazas del alcalde Metropolitano, Juan Barreto, de expropiar los campos de golf de La Lagunita y el Country Club, y de incautar y confiscar inmuebles privados, así como el crecimiento de la candidatura de Manuel Rosales, obligaron a Hugo Chávez a modificar el tono de su campaña. Ahora adoptó un estilo almibarado y empalagoso que resulta más falso que un billete de 15 bolívares. Similar a Mike Tyson, quisiera aparecer vestido de hermanita de la caridad. Este giro hacia poses melifluas tiene desconcertados hasta a sus colaboradores más cercanos. Resulta una ironía ver a Francisco Ameliach, William Lara, Lina Ron y —¡fin de mundo!— Luis Tascón, hablándoles de amor a los venezolanos. Estos aguerridos combatientes de la revolución, que han defendido los círculos bolivarianos, la “esquina caliente”, La Hojilla, que escriben en aporrea.org y que hablan a troche y moche de lucha de clases y odio al enemigo, de forma inopinada pasaron a ser modositas figuras que quieren resolver los graves problemas del país con puro amor.
El más insólito de todos los comediantes es, por supuesto, el comandante Chávez. Él, que dio dos golpes de Estado cruentos, que hablaba de las cúpulas podridas, que prometió freír en aceite la cabeza de sus oponentes, que mandó aplicar el demoledor Plan Ávila el 11 de abril de 2002 contra un millón de venezolanos, que promueve la guerra asimétrica contra los Estados Unidos, e inicia una carrera armamentista que incluye la compra de cien mil fusiles Kalashnikov, buques artillados y aviones de caza, y que durante casi tres lustros ha promovido el odio y el resentimiento entre los venezolanos, ahora —sin explicar las causas de ese cambio, ni pedir perdón por todos los excesos y abusos cometidos— pretende que los votantes le crean que la única fuerza que lo mueve es el amor. Extraño megalómano y autócrata éste. Resulta que no es el apetito insaciable de poder y el afán por eternizarse en Miraflores la energía que lo mueve, sino el afecto por sus semejantes. ¿En cuál lugar de su escala particular colocará la inteligencia de los venezolanos?
Al mismo tiempo que orquesta una campaña millonaria para lavarse el rostro y aparecer como un amable y desinteresado apóstol, permite que las bandas armadas del oficialismo ataquen sin piedad las marchas y manifestaciones de Rosales, varios pescadores de Güiria son asesinados, los mineros de La Paragua son masacrados sin que haya ninguna explicación oficial de los hechos, mantiene una guerra sórdida con Guatemala por un puesto en el Consejo de Seguridad, mientras les ordena a sus subalternos que se mantengan rodilla en tierra y bayoneta calada "contra el imperialismo". Además, se alinea con los regímenes de Irán y Corea del Norte, dos de las naciones más guerreristas del planeta. Es decir, Chávez es una contradicción permanente, no sólo con respecto del pasado lejano, sino también del presente inmediato. Su discurso meloso no guarda relación alguna con los hechos que protagoniza, ni con las ideas que defiende y proclama.
De todas formas no conviene descalificar totalmente el gesto presidencial, sobre todo porque el país se encuentra en plena campaña electoral. Resulta oportuno recordarle a Chávez que obras son amores, y que su pasión por Venezuela debería reflejarse en un amplio conjunto de acciones que demostrarían su hipotético cariño por el país. Sin el propósito de jerarquizar, tendría que emprender las siguientes acciones.
Reintegrar a los despedidos de PDVSA, pagarles sus salarios caídos y, a aquellos que ya no pueden retornar, pagarles sus prestaciones sociales. Eliminar la macarthista lista Tascón, reivindicar a las miles de personas que han sido afectadas por este instrumento excluyente y fascista, y pedirle perdón a la nación por haber permitido que muchos de quienes firmaron hayan pasado a formar parte del gueto del desempleo. Declarar una amnistía política, como suele ocurrir en épocas electorales, de modo que no haya presos políticos; se liberaría, así, a personas injustamente detenidas como el ex gobernador de Yaracuy, Eduardo Lapi, a los comisarios Henry Vivas, Lázaro Forero e Iván Simonovis, al general Francisco Usón, entre otros. Acabar con el abuso obsceno de poder y el ventajismo irritante que tiñe toda la campaña electoral, de forma que la competencia entre él y Rosales transcurra en un ambiente más equilibrado. Abrir las puertas de Venezolana de Televisión a la oposición y, de paso, cerrar esa trinchera del odio que es La Hojilla. Permitir que las marchas, manifestaciones y concentraciones de Manuel Rosales se desenvuelvan sin verse acosadas por las huestes armadas del chavismo. Dejar de utilizar el terror, el chantaje y la amenaza para obligar a la gente a que acuda a los actos del gobierno. Eliminar las capta-huellas y todos los mecanismos de presión sobre los empleados públicos para que voten a su favor. Detener la compra de lealtades en el exterior, que de paso resultan pura hipocresía, e invertir esos cuantiosos recursos en construir un país moderno y equitativo, cuyo principal instrumento de reparto de la riqueza sean los sueldos y salarios.
Si Hugo Chávez acometiera este conjunto de iniciativas, estaría demostrando que su amor por Venezuela es genuino. Que no tiene pliegues, ni forma parte de una farsa montada para engañar incautos. Sin embargo, del personaje puede esperarse cualquier comportamiento. Ya hemos visto lo que ocurrió después de su supuesto arrepentimiento el 13 de abril de 2002.

miércoles, octubre 25, 2006

Culinaria: SOBRE TENTACIONES Y PAPILAS

Desde su trinchera periodística de El Nacional, Alberto Soria nos ha ido acostumbrando, con el pasar de los años, a un estilo incisivo y crítico, aunque siempre amable, que nos descubre los laberintos de la culinaria, sobre todo a la luz —algunas veces a la sombra— de las últimas tendencias. Hallazgos y nostalgias, quejas y reconocimientos, guiños y sonrisas alimentan sus textos. Ahora, no contento con ese desafío periodístico, Soria nos entrega Permiso para pecar, un volumen de reflexiones y propuestas en torno de la buena mesa... y la mala también.
Dividido en seis capítulos y un epílogo, Permiso para pecar se despliega con elegancia y mesura sobre algunos temas fundamentales. Parte de una justificación teórica en el primer capítulo —que le da título al libro— para adentrarse en Mesa y cocina, donde desarrolla un planteamiento casi epistemológico; El toque magistral, con un vuelo erudito sobre el aceite de oliva, el vinagre, la especias, las salsas y las ensaladas; Cómo disfrutar más de los vinos, tal vez el capítulo más delicioso; Quesos y vinos, donde quiebra lanzas contra algunas creencias al establecer el maridaje posible entre unos y otros; Armonía, mesa y vino, donde el autor se torna didáctico sin perder rigor; y un epílogo de corte filosófico que redondea la cultura hedonista. El conjunto de textos se revela complejo mas no complicado. Yo driría que posee una unidad interna que lo convierte en mucho más que la suma de breves artículos. Es una propuesta en sí misma.
La edición está muy bien cuidada. Elegante y sobria, con dos excelentes fotografías de Nelson Garrido Se aprecia también la labor de corrección de Tiziana Mazzucato, hija de mis amigos Daniela y Amadeo, a quienes siempre recordaré con admiración. En fin, Permiso para pecar viene envuelto en sabores y evocaciones. Se me ocurre que es un excelente regalo de Navidad.
Alberto Soria. Permiso para pecar. Editorial Alfa, Caracas, octubre de 2006.

Letras: EL PRIMERO QUE SE DIO CUENTA

Cabalgando a media legua entre la entrevista y el testimonio, Sólo los estúpidos no cambian de opinión se presenta —más que como una biografía propiamente dicha— como la reconstrucción de una vida —la de Teodoro Petkoff— que permite, valga la reiteración, reconstruir el proceso de lucha por la democracia iniciado en la Venezuela que despertó de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez en 1958 y que enfrenta hoy la vocación autoritaria de Hugo Chávez. Es decir, un recorrido que va de un militar a otro en cuatro décadas, aunque en circunstancias históricas y políticas distintas. El periodista Alonso Moleiro propone una escritura voraz y exigente que persigue el trascurrir de ese proceso con cierto tono cinematográfico, como si fuese el guión de un documental. Sin duda, un documental necesario.
El libro exhuma un conocimiento profundo no sólo del personaje sino también del proceso político que Venezuela ha atravesado en las últimas décadas. Ello le permite a Moleiro establecer asociaciones que contribuyen a la comprensión de lo que nos ha sucedido como nación y al conocimiento de sus protagonistas fundamentales. Sólo los estúpidos no cambian de opinión inicia un camino textual y testimonial desde la década de los treinta en El Batey, en el estado Zulia, alrededor del núcleo familiar conformado por un búlgaro, una polaca y sus hijos, en un central azucarero. La evocación discurre de primera mano, casi sin intermediario. Son algo así como memorias asistidas que dan cuenta de las primeras inquietudes políticas de Teodoro, sus inicios en el activismo, su escogencia del Partido Comunista de Venezuela en vez de Acción Democrática, sus primeras cárceles, la caída de la dictadura y la lucha guerrillera de los sesenta, esta última como expresión del gran dilema político que planteó la Revolución Cubana en el marco de la Guerra Fría. Llama la atención los testimonios de Petkoff alrededor de la represión generada por los gobiernos de la democracia, de su rocambolesca vida clandestina —incluídas sus grandes fugas—, de la discusión política de entonces —más adherida a fundamentos doctrinarios— y de aquella intensa capacidad organizativa del PCV, que hoy no encuentro ni siquiera en el Movimiento V República, a pesar de ser partido de gobierno.
En este punto comienza otra etapa del libro, al menos desde el punto de vista del lector. En el caso de Petkoff, estamos ante uno de los muy escasos dirigentes políticos venezolanos —en la derecha y en la izquierda— que ha hecho un aporte medular al pensamiento político de la segunda mitad del siglo XX, no sólo nacional sino universal. Mucho antes del eurocomunismo de Enrico Berlinguer y del glasnot de Gorbachev, Checoslovaquia: el socialismo como problema (1969) y Proceso a la izquierda (1974) son libros que establecieron en sus respectivos momentos un punto de ruptura no sólo con los viejos modelos del movimiento comunista sino con la cultura operacional de la izquierda en general y del marxismo leninismo en particular. Pero tras esta ruptura —que se deriva, entre otras cosas, de la derrota del movimiento guerrillero y de la necesidad del repliegue militar— vino la reelaboración teórica de la democracia como sistema político. Es allí cuando la dedicatoria que el teórico francés Régis Debray le escribiera a Petkoff adquiere dimensión histórica: "Para Teodoro, el primero de nosotros que se dio cuenta".
Comienza entonces, repito, otra zona fundamental de Sólo los estúpidos no cambian de opinión. Es aquella referida al surgimiento del proyecto que encarnó —hay que usar el verbo en el tiempo adecuado— el Movimiento al Socialismo, MAS, y su tránsito a lo largo de tres décadas que cruzaron y zigzaguiaron los gobiernos de Rafael Caldera, Carlos Andrés Pérez, Luis Herrera Campíns, Jaime Lusinchi, el segundo de Pérez —con su crisis militar y política— y, como algo estelar, el segundo de Caldera. Un recorrido que permite, en la distancia, reflexionar sobre las razones que generaron el chavismo actual. Cosas a tomar en cuenta.
Las conversaciones entre Petkoff y Moleiro concluyeron en junio de 2006, un mes antes de declinar su candidatura presidencial para respaldar la de Manuel Rosales. Esto le confiere un carácter independiente al libro. No obedece a estrategias electorales sino a la necesidad de comprendernos a la luz del pensamiento y la acción de un dirigente político sui generis pero fundamental.
Alonso Moleiro. Sólo los estúpidos no cambian de opinión. Colección La realidad no contada. Editorial Libros Marcados, septiembre de 2006.

Cine: PASIONES EN CARACAS

Primer largometraje de Franco de Peña, Amor en concreto propone una visión diversa, heterogénea y compleja de la sociedad venezolana, a partir de media docena de personajes que moran e interactúan en Caracas, una ciudad caótica donde nada parece estar en su lugar y en la que, paradójicamente, todo tiene su sitio.
Es una propuesta ambiciosa, sincera y descarnada que une un conjunto de vidas en conflicto sin establecer un vínculo formal pero sí temporal y espacial, gracias a la avenida Libertador y sus alrededores. Allí está Carlos, suerte de filósofo argentino al volante de un taxi que discursea sobre los afectos mientras mantiene durante 20 años su amor inconfeso por Carmen, una camarera. Un poco más allá se encuentra Claudia, una médico en la encrucijada de su vida tras 20 años de matrimonio con un marido que no ha terminado de conocerla. Luego vienen Héctor y Yamila, quienes montados en una Yamaha de 500 cc juran que logarán salir —con un acto de arrojo y mucha suerte— de la mierda. Más acá surge Tony, un muchacho en eterno conflicto con su padre y consigo mismo que azota a "los habitantes de la noche" y, un poco más allá, el personaje más sugerente de todos: Clemencia, un travestido que desafía a su familia, el machismo, la homofobia y la incomprensión.
Esta pieza coral logra construir una especie de popurrí humano con un tono de desesperación, aunque por momentos pierde el equilibrio. El afán de contemplar y comprender tantos personajes y situaciones le impide profundizar en cada historia. Los personajes están sugeridos y, ratos, exigen una mayor definición. Lo mismo sucede con las situaciones dramáticas. De pronto una de las tendencias dramáticas llama la atención del espectador y, sorpresivamente, el relato salta a otra situación y otros personajes. No obstante, De Peña insiste en esta visión desgarradora de la vida de una urbe.
¿Las actuaciones? Se muestran parejas, eficientes y controladas. Destacan Beatriz Valdez como Claudia y Erich Wildpret como Clemencia, secundados por Carlos Miranda, Carmen Landeta, Alejandro Chaban, Alejo Felipe, Aroldo Betancourt, Gregorio Milano y María Alejandra Espero.
De Peña se formó en la famosa Escuela de Cine de Lodz, en Polonia, y ha desarrollado trabajos documentales en Polonia, Francia, Alemania, Cuba y Venezuela. Amor en concreto es su primer film de ficción. Actualmente prepara el estreno de su segundo largometraje My name is Justine, una coproducción entre Alemania, Luxenburgo y Polonia.

Puntuación: *** Buena

AMOR EN CONCRETO, Venezuela, Francia y Alemania, 2003. Dirección: Franco de Peña. Guión: Franco de Peña, Tomasz Kemspki, Antoine Vivas y Andrés Schaffer. Fotografía: Antoine Vivas, Markus Stein. Montaje: Jean-Robert Thomann. Música: Nikos Kypourgos. Intérpretes: Carlos Miranda, Carmen Landeta, Alejandro Chaban, Alejo Felipe, Eric Wildpret, Beatriz Valdez, Aroldo Betancourt, Gregorio Milano, María Alejandra Espero. Distribución: Cinematográfica Blancica.

Paula Giraud: MIS RECUERDOS DE MIGUEL OTERO SILVA

El 7 de octubre de 1976, siendo yo una novata estudiante de Comunicación Social de la UCV, la Cátedra de Periodismo Informativo me asignó la importantísima tarea de entrevistar a Miguel Otero Silva, con motivo de su 68 cumpleaños, el 26 de octubre de hace 30 años. Ese encuentro con quien fuera para ese momento —conjuntamente con Rómulo Gallegos— mi escritor favorito por su novela Casas muertas, me marcó positivamente en la manera de valorar aún más a la Generación del 28, conformada por venezolanos brillantes desde el punto de vista intelectual y político. ¡Cuánto talento y cuánta decencia hubo en esta generación!
Miguel Otero Silva, a los 19 años, participó en la insurrección estudiantil antigomecista del 7 de abril de 1928 y también tomó las armas en 1929 para asaltar el fuerte de Willenstad, en Curazao, junto con Gustavo Machado y Rafael Simón Urbina. En 1930, se alistó en las filas del PCV. A la muerte de Juan Vicente Gómez, en 1935, regresó a Venezuela y se dedicó a escribir en el diario Ahora, tribuna desde la cual criticaba al gobierno de Eleazar López Contreras. Luego, en 1937, es acusado de comunista y expulsado del país, conjuntamente con un numeroso grupo de intelectuales de la época.
Recuerdo con mucho afecto esa entrevista, a las 11:30 de la mañana, en su residencia de Sebucán. Una casa muy grande, que a primera impresión confunde por su distribución un tanto complicada. El primer amor en nuestras vidas y la primera entrevista de un periodista jamás se olvida. A Miguel Otero Silva no le agradaban las entrevistas en público, lo que demostraba en esencia que era un hombre tímido pero con una personalidad alegre y jocosa. Me pareció sumamente sencillo, a quien no le importaba auto criticarse: “los únicos estudios universitarios que hice fueron los de ingeniería, bastante mal llevados, y luego los de periodismo, dentro de una promoción que fue bautizada justicieramente como la Promoción Pirata”
En ese jocoso e histórico día, Otero Silva me recibió en su biblioteca-habitación con muchos papeles y libros alrededor. Estaba vestido informalmente con pantalón color caqui y camisa blanca manga corta. Llevaba puesto un reloj de esfera redonda y correa de cuero marrón oscuro. Había una mecedora. La luz era cálida y acogedora. Había una lamparita de mesa prendida en algún rincón de la biblioteca. Compartimos una fresca limonada. Mi “puente” estudiantil-periodístico había sido Eleazar Díaz Rangel.
Me contó Otero Silva en aquella asoleada mañana: “Antes había cursado un bachillerato trashumante en varios liceos diferentes. Uno de ellos de curas salesianos y otro dirigido por un católico fanático que nos levantaba a medianoche para rezar el Vía Crucis de rodillas.”
Luego enfatizaba y alertaba como entrevistado: “No soy ensayista, ni crítico de obras literarias, mucho menos de las mías propias, así que no me dispares preguntas acerca de la técnica literaria o de las escuelas literarias”.
"Padilla, fue el nombre que usé en la clandestinidad...", me dijo cuando abordé el aspecto político.
El Otero Silva que conocí manifestaba una personalidad reposada. En aquella mañana de octubre de 1976, a 19 días de su 68 cumpleaños, me dijo que esperaba celebrarlos con una gran torta de fresa. Se quedaba callado por unos instantes, para luego compartir pinceladas de sus pequeños secretos y mis modestos planteamientos.
—¿Qué lugar ha ocupado en su vida el aspecto político?
—La política en mi vida ha ocupado un lugar circunstancial. Los momentos que viví, como todos los de mi generación, me hicieron participar en la insurrección del 7 de abril del 28 y posteriormente en la toma del Fuerte de Willemstad.
—¿Entre ser escritor y periodista, cuál de estas dos actividades le ha traído más satisfacciones?
—En mi cabeza nunca, nunca, he podido hacer diferencia entre el escritor y el periodista. Cuando he trabajado como periodista, no olvido mi condición de escritor y cuando escribo una novela no aparto de un lado mis mañas de periodista. Las criticas que se me han hecho por esta dualidad, por el contrario me dan complacencia. La profesión de periodista me ha valido para ganarme la vida durante tantos años.
—¿Qué personaje le hubiera gustado entrevistar?
Se quedó callado como meditando y respondió: “A Mao Tse Sung en un día muy claro, a plena luz y a Sofía Loren en una habitación y a media luz" expresó jocosamente.
—¿Cuál personaje de sus novelas recuerda con más cariño?
—A Carmen Rosa, quien profesaba una moral basada en la creencia de que el amor y la sinceridad estaba por encima de todas las cosas. Realmente este personaje lo recuerdo con especial cariño.
En ese momento Otero Silva me transportó por las fantasmales y polvorientas calles de Ortiz. Nos sentimos ambos identificados con Carmen Rosa. Saqué de mi morral estudiantil mi ejemplar de Casas muertas, trajinado desde que era una niña de 13 años y abrí el capítulo II, La Rosa de los Llanos, y con emoción compartida leímos juntos: “Aquella noche Carmen Rosa permaneció muchas horas inmóvil, a la luz de la lámpara que doña Carmelita había traído consigo. Las sombras borraron el color de las flores y el perfil de las matas, destacándose solas contra el cielo las ruinas de la casa vecina. Había sido una casa de dos pisos y las vigas rotas del alto apuntaban por sobre de las ramas de los árboles como extrañas quillas de barcos náufragos. Una casa muerta, entre mil casas muertas, mascullando el mensaje desesperado de una época desaparecida... Carmen Rosa había prestado siempre más atención que nadie a aquellas historias de un ayer alucinante. Cuando niña no empleó su imaginación en crear un mundo donde las muñecas son seres vivos, la tortuguita un ogro y el arrendajo un príncipe que espanta a las brujas con su canción. Eso quedaba para su hermana Marta, que se ponía a llorar cuando a Titina, la muñeca, le daba calentura. Pero Carmen Rosa Prefería reconstruir a Ortiz, levantar los muros derruidos, resucitar a los muertos, poblar las casas deshabitadas y celebrar grandes bailes en «La Nuñera», con orquesta de siete músicos y farolitos de papel pintado....”
Otero Silva era un hombre de una inmensa sencillez y reposada actitud. A pesar de que yo era una estudiante de periodismo, se sintió halagado por mi sincera predilección por Casas Muertas y los personajes de esa novela. La diferencia de casi medio siglo entre ambos, no evitó que nos sintiéramos cómodos. A pesar de mi corta edad, su imponente y famosa presencia no me intimidaba. Estaba complacida inmensamente de conversar con uno de los personajes más connotados de la famosa Generación del 28 y uno de mis escritores favoritos.
—¿De no haber sido ni periodista, ni escritor, qué le hubiera gustado ser?
—Me hubiera gustado ser jugador de béisbol, un cuarto bate.
Aquella mañana conversamos de lo cotidiano y lo intrascendente, de la Escuela de Comunicación Social de la UCV, de sus “conspiraciones” y persecuciones políticas en los tiempos de Juan Vicente Gómez y Eleazar López Contreras, a cuyo gobierno calificó de socarrón.
Hablamos también del estadista merideño Alberto Adriani, ex ministro de Agricultura y Hacienda en 1936. La razón por la que conversamos sobre él es porque mi segundo apellido es Adriani. Le dije a MOS que mi abuela Carmen Adriani, siempre decía que a Alberto Adriani lo habían envenenado en el Hotel Majestic, que la “envidia política” que hubo hacia él en 1936 pudo ser la razón de que muriera apenas a los 38 años de edad en una habitación del famoso hotel de la época y que de haber vivido más años hubiera podido ser Presidente de la República. Ante mi planteamiento, MOS dijo: “Lo que me dices fue una de las versiones que se comentó en los bastidores políticos de 1936”.
Las fronteras de nuestras generaciones se cruzaron desde que nos vimos. Y mi empatìa con las luchas y sueños por razones familiares con la Generación del 28, nos hizo sentir muy cómodos.
Tuvo la cálida gentileza de despedirme hasta el porche de su casa de Sebucán. Me despidió con un apretón de manos y un beso en la mejilla. Treinta años después tengo a Miguel Otero Silva muy claro en mi memoria. Lo veo ubicado en su confortable y cálida biblioteca-habitación, con su pantalón de caqui y camisa blanca. Recuerdo, como ayer, mi sensación de sentirme “extraviada” en los primeros momentos cuando llegué a su residencia y una amable señora me abrió la puerta y me acompañó hasta la segunda planta de la casa, que me pareció arquitectónicamente un poco complicada en su distribución, pero igualmente muy bonita y confortable. ¡Qué personaje tan increíble y simpático! A pesar de su jocosa timidez fue el recordado creador del personaje de Carmen Rosa, quien estaba muy triste porque “Esa mañana enterraron a Sebastián. El padre Pernía, que tanto afecto le profesó, se había puesto la sotana menos zurcida, la de visitar al Obispo, y el manteo y el bonete de las grandes ocasiones. Un entierro no era un acontecimiento inusitado en Ortiz... Por el contrario, ya el tanto arrastrarse de las alpargatas había extinguido definitivamente la hierba del camino que conducía al cementerio y los perros seguían con rutinaria mansedumbre a quienes cargaban la urna o les precedían señalando la ruta mil veces transitada. Pero había muerto Sebastián, cuya presencia fue un brioso pregón de vida en aquella aldea de muertos, y todos comprendían que su caída significaba la rendición plenaria del pueblo entero.”
Capítulo I, El Entierro, Casas Muertas)

viernes, octubre 20, 2006

SUMARIO 20-10-06

Hola amigos en Venezuela y el mundo.
Queremos presentarles
una nueva edición de Ideas de Babel.
Pero, además, deseamos decirles que hemos ido creciendo en lectores, en temas y en colaboradores. Para demostrarlo, lean lo siguiente:
En la sección Economía encontrarán la oportunidad que abre la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia para que los venezolanos tomemos posición sobre el manejo de las reservas internacionales del Banco Central de Venezuela por parte del gobierno y sus políticas deficitarias. La sección Cine presenta los análisis de una película extraordinaria, Volver, de Pedro Almodóvar, y de dos filmes muy peculiares: el español La vida secreta de las palabras y el venezolano La ciudad de los escribanos.
Tenemos nuevos columnistas invitados, además de los habituales.

El sociólogo Felipe Benites se niega a nombrar al presidente de Venezuela a la hora de comentar las propuestas del gobierno sobre el trueque y el fin del dinero, en un improductivo afán anticapitalista. El comunicador venezolano radicado en Toronto, Jorge Lazo Cividanes, también doctor en Ciencias Políticas, se refiere a la postura del ministro francés del Interior en torno de la construcción de una nueva derecha democrática en el mundo. La periodista cultural Alexandra Cariani escribe sobre la necesidad de ampliar los espacios de vivencias en esta Caracas polarizada por la política. Trino Márquez nos plantea en su persistente columna las debilidades del liderazgo de Hugo Chávez, a la luz de sus últimos fracasos en el mundo. Gerver Torres nos habla de la iniciativa Por un país de propietarios que recorre el país para rescatar y revalorar el derecho a la propiedad privada.

En la sección Festivales les ofrecemos la información básica de los IX Encuentros de Cine Latinoamericanos de Marsella que se realizarán en abril del próximo año en la bella ciudad francesa. En Culinaria presentamos las delicias de La Dacha, elaboradas por la señora María Cariani a partir del repertorio de la cocina de los Balcanes.

Disfruten la edición

Alfonso

Cine: CON LA FRENTE MARCHITA

Lo primero que debo decirles es que estamos ante una película intensa y extraordinaria que conmueve, que propone un viaje de retorno para saldar cuentas y que abre el apetito de la inteligencia y la afectividad. Sin duda alguna, la cima de su creador.

Haga clic para ampliar/reducir Información

Trino Márquez: UN LÍDER DE PAPEL


Desde que obtuvo la victoria el 6 de diciembre de 1998 —pero especialmente a partir de su cuestionado triunfo en el referendo revocatorio en agosto de 2004— Hugo Chávez ha tratado de convertirse en el líder mundial de la izquierda radical, el antiimperialismo y el anticapitalismo. Con un Fidel Castro en el ápice de su vida, el comandante vernáculo vio la oportunidad de tomar el testigo de manos del anciano déspota caribeño. Tras esa quimérica meta ha gastado buena parte de la fortuna que los altos precios del petróleo le han proporcionado. No ha escatimado esfuerzos en dilapidar el dinero de los venezolanos organizando en Caracas reuniones internacionales en la que congrega a ese minúsculo grupo de la izquierda intervencionista, estatista y atrasada que todavía queda en el planeta, y que —quién sabe cómo se financia— va de Sao Paulo a Seattle, y de Montreal a París. Una izquierda atrasada que enuncia la globalización, mientras sus militantes se comunican entre sí a través de Internet, uno de los símbolos más conspicuos de la mundialización. Chávez oxigena las famélicas economías de Cuba y Bolivia, le da dólares las Madres de la Plaza de Mayo, a los sandinistas, al Frente Farabundo Martí y, en general, a una parte significativa de los grupos insurreccionales de América Latina.
¿Con ese derroche ha construido un liderazgo internacional sólido? No hay dudas de que puede ser uno de los presidentes de la región más conocidos en el mundo. Sin embargo, entre exposición pública y liderazgo hay una distancia sideral. Sadam Hussein, por ejemplo, fue durante mucho tiempo el centro de atención de noticiarios televisivos y radiales, portadas de revistas famosas, periódicos de prestigio internacional. Ahora bien, ¿era el sátrapa iraquí un líder reconocido y apreciado? Nada de eso. Al contrario, era un mandatario del que todos los presidentes y dirigentes importantes huían despavoridos, salvo el gobernante venezolano. ¿A quién lidera Illich Ramírez, “El Chacal”, quien fuese durante bastante tiempo el venezolano más famoso de la Tierra? Chávez es ampliamente conocido en muchos sitios fuera de Venezuela. Periodistas, reporteros dirigentes políticos y sindicales han oído hablar del personaje. Su imagen aparece con frecuencia en medios impresos y radioeléctricos. Sin embargo, de ninguna manera podría decirse que es un líder en el sentido positivo que contiene la expresión. El liderazgo verdadero se comprueba cuando quien intenta erigirse en tal, sintetiza y coloca todas las fuerzas en la dirección que considera acertada y obtiene las metas esperadas. Chávez está en las antípodas de este modelo. Tanto que, incluso, podría decirse que es una especie de antilíder o antihéroe, pues a quien toca lo hunde en la derrota. Le da el beso de la muerte, como dice el candidato opositor Rosales. Manuel López Obrador, Ollanta Humala, Lula y ahora Rafael Correa han sido víctimas de ese halo mortífero que despide el mandatario criollo. Del ALBA ni siquiera vale la pena hablar. No le ha prestado atención sino Cuba, y eso por las razones de sobra conocidas. El último terreno donde se ha medido el supuesto prestigio del mandatario venezolano es el de la elección del miembro no permanente del Consejo de Seguridad de la ONU. Venezuela ha sido integrante de ese cuerpo cuatro veces. En todas ellas obtuvo una sólida mayoría desde el comienzo de las votaciones. Eran tiempos en los que en nuestra Cancillería había gente seria, profesional y equilibrada, que con base en sus méritos y conocimientos lograban los respaldos necesarios para que el país alcanzara ese escaño. Los presidentes de turno no se declararon antiimperialistas, ni antinorteamericanos, ni coquetearon con regímenes radicales que fomentan el armamentismo atómico. Es decir, hicieron todo lo contrario de lo hecho por Hugo Chávez, quien colocó al frente de los asuntos internacionales a personas que carecen de experiencia diplomática y no muestran la menor autonomía frente a los desaguisados y enredos en los que el caudillo involucra continuamente a la nación. Chávez responsabiliza a los Estados Unidos de su fracaso. Después de identificarse con los regímenes de Cuba, Irán y Corea del Norte, y con la guerrilla de Hezbolá, y luego de atacar sin piedad a Bush y al gobierno norteamericano en todos los escenarios posibles, ¿pretendía que el Departamento de Estado apoyara la presencia de Venezuela en el Consejo de Seguridad o que no se opusiera a su inclusión? Lo menos que podía hacer EEUU era utilizar todo su peso para bloquear el acceso de Venezuela al CS y evitar relacionarse con un socio tan disparatado en una instancia tan importante del sistema de Naciones Unidas. Esta nueva derrota, la más costosa de todas, demuestra que el liderazgo internacional del caudillo populista es de papel, y que ni la montaña de petrodólares, ni los halagos sirven para afianzarse en el plano internacional como un dirigente admirado y seguido por sus aciertos y logros. Lo más lamentable es que la nación en su conjunto ha financiado la megalomanía del presidente de la República, sin que ninguna institución del Estado sea capaz de pedirle rendición de cuentas por el gasto obsceno que realizó, y por los enormes compromisos contraídos por el país con naciones con las que Venezuela no mantiene ninguna relación comercial significativa. Chávez debería responder acerca de cuántas familias habrían salido de la pobreza, cuántos niños de la calle habrían sido recuperados, cuánto se habría avanzado en el sistema de seguridad social integral, y cuántos hospitales, escuelas, kilómetros de carreteras y autopistas, rieles de ferrocarriles y metros, hubiesen podido construirse con el dinero que repartió para alcanzar una meta que, de paso, mientras la buscaba con las manos la destruía con los pies.

Culinaria: LA DACHA, DELICIAS BALCÁNICAS EN CARACAS

La península balcánica, la más oriental de las penínsulas de la Europa meridional, es una región esencialmente montañosa ocupada por Albania, Bosnia-Herzegovina, Bulgaria, Croacia, Grecia, Macedonia, Montenegro, Serbia y la Turquía europea.
La convivencia de tan diversos países y culturas en un mismo espacio geográfico dio origen a una cocina de extraordinaria riqueza que mezcla sin prejuicios ingredientes y procedimientos tanto de oriente como de occidente.
Parte de ese conocimiento culinario es el que ahora nos ofrece María Cariani en La Dacha, una variedad de exquisitos productos artesanales caseros. De padres rusos y nacida en Montenegro, al sur de la extinta Yugoslavia, en mayo de 1932, la creadora de esas delicias vivió la mayor parte de su juventud en Kosovo, región de fuerte influencia musulmana, donde aprendió la preparación de muchos de los platos tradicionales de la cocina balcánica que luego seguiría poniendo en práctica durante su estadía en Italia, Chile y Venezuela, país donde ha vivido por más de 50 años.
Crema de pimentón y berenjena ahumados, encurtidos y antipastos de calabacín, champiñones y aceitunas, aderezos picantes, tomates secos, salsa para pasta con hierbas aromáticas y panes integrales, son solo parte de este menú balcánico en Caracas. También un surtido de strudels: de ricotta y espinaca, de papa y ajoporro y los de manzana con nueces, son verdaderos manjares para el paladar.
Los productos La Dacha están envasados al vacío, en frascos de vidrio de 200, 300 y 500 grs. y pueden conseguirse en el mercadito de Los Palos Grandes, ubicado en la calle paralela al Parque Cristal, bajando por Wendys, todos los sábados entre 6:00 a.m. y 1:00 p.m. Y también por encargo, llamando a la señora Cariani por los teléfonos 781.3392 y 0416 6310687.

Alexandra Cariani: APOLOGIA DE LA PROMISCUIDAD URBANA

Con este título publiqué hace algo más de un año —en el ya desaparecido semanario En Caracas— un artículo que no ha perdido vigencia y cuyas ideas hoy quisiera compartir con los lectores de esta Babel ecléctica y virtual.
En ese texto me refería a mi vocación de vivir la ciudad plenamente, con libertad, en toda su extensión, de este a oeste, de norte a sur, sin limitaciones ni prejuicios. Y cuando digo vivir, no sólo me refiero a las actividades cotidianas relacionadas con el trabajo o con algún trámite en específico, sino muy especialmente a aquellas relacionadas con el placer y el aprovechamiento creativo del tiempo libre.
A pesar de la polarización política —que ha dividido artificialmente a Caracas en zonas chavistas y antichavistas— y de la inseguridad reinante a lo largo y ancho de la ciudad, yo —en lo particular— sigo ejerciendo mi derecho ciudadano al libre tránsito y a desplazarme con soltura, a pie, en carro o en trasporte público, por los escenarios más disímiles.
Tan agradable me resulta una exposición en el Museo Jacobo Borges de Catia como cualquier otra en alguna sofisticada galería de Las Mercedes. Para ver una obra de teatro que me interese no me importa atravesar la ciudad hasta llegar al Teatro San Martín, aunque también frecuente los espacios del Trasnocho Cultural de Las Mercedes y los de Corp Group en La Castellana, sin duda alguna más cómodos y modernos. Ver una película en la austeridad de la Cinemateca Nacional, ubicada en Los Caobos, sigue siendo para mí tan placentero como hacerlo envuelta en la parafernalia hedonista de esas salas que se llaman privé o plus.
Mi relación con Caracas, con su oferta cultural y sus alternativas de entretenimiento, es y seguirá siendo promiscua y debe ser por eso que rechazo de plano esa actitud de repliegue, sectaria y pacata de tanta gente cercana, que se ha contentado con reducir su vida a determinadas zonas y espacios. Muchos ya no van al Ateneo de Caracas, para algunos, sencillamente, ha desaparecido de su mapa personal el centro de Caracas, y otros ni siquiera saben dónde queda el casco colonial de Petare o La Pastora. Es lo que yo llamo el síndrome del gueto: vivir convencido de que fuera de ciertos municipios todo es amenazante y que no hay nada que valga la pena más allá del ambiente antiséptico de los malls, esas ciudades sustitutas y claustrofóbicas donde no se estimula la ciudadanía, sino fundamentalmente el consumo.
Es una tendencia que va in crescendo y contra la que me rebelo hoy más que nunca. A pesar de sus defectos y contradicciones, de su caótico hacinamiento buhoneril y de su mezquindad peatonal, a pesar de todo eso, Caracas sigue siendo para mí un territorio físico, cultural y humano por explorar, donde la única fidelidad posible debe ser el derecho a vivirla puertas afuera, de cara a la calle, en la más absoluta promiscuidad.

Gerver Torres: UN PAÍS DE PROPIETARIOS

“El titulo de propiedad es como la partida de nacimiento de la casa” dice uno. “Sin el titulo mi casa vale menos” dice otro de los participantes en grupos focales realizados en barrios del país, para conocer la posición de los venezolanos sobre la propiedad privada. Fueron ésas algunas de las muchas expresiones recogidas en estos encuentros y que muestran el profundo arraigo que el concepto de la propiedad privada tiene entre nosotros. A pesar del discurso oficial.
Esta investigación forma parte del proyecto Por un país de propietarios , coordinado por Isabel Pereira e impulsado conjuntamente por el Centro de Divulgación del Conocimiento Económico para la Libertad (Cedice) y la asociación civil Liderazgo y Visión. Como parte de este proyecto, tres destacados empresarios —Oscar García Mendoza, Rafael Alfonzo H. y Marcel Granier— han visitado y seguirán visitando diversas ciudades, invitando a la gente a organizarse y movilizarse en defensa de la propiedad privada. A través de estos encuentros hemos ido descubriendo la extensión y gravedad del problema de la titularización de activos en el país y también algunas respuestas interesantes en lugares como el Municipio Chacao, con el proyecto Tierra Propia.
La iniciativa, Por un país de propietarios es particularmente pertinente ahora que la Asamblea Nacional aprobó una ley, cuyo título amenaza con consumir esta columna: “Ley especial de regularización integral de la tenencia de la tierra de los asentamientos urbanos populares”. Este instrumento legal otorga el derecho al uso y el goce de la tierra a quienes ya la usan y la gozan, pero no les da el derecho firme de propiedad. En otras palabras, no les da nada que ya no tengan. El espíritu y la letra de la ley están en consonancia con el modelo de sociedad que desea imponernos el régimen que nos gobierna y que ve en la propiedad privada un signo inequívoco del capitalismo que desea destruir. Ciertamente, el corazón capitalista permanecerá latiendo mientras exista la propiedad privada, y de ésta no quiere desprenderse el pueblo venezolano. He allí un problema para el régimen.
gerver@liderazgoyvision.org

jueves, octubre 19, 2006

Economía: CONTRA EL MANEJO ILEGAL DE LAS RESERVAS INTERNACIONALES

Algo importante ha sucedido en el Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela. Su Sala Constitucional acaba de librar el cartel de emplazamiento —como dispone el artículo 21 de la Ley Orgánica del TSJ— ante la admisión de un recurso de inconstitucionalidad e ilegalidad contra los artículos 113 y 114 y la Disposición Transitoria Décima de la Ley del Banco Central de Venezuela, publicada en la Gaceta Oficial Nº 38.232, del 20 de julio del año pasado. Hay que recordar que el 8 de marzo de 2006 los economistas Oscar García Mendoza, José Guerra, Orlando Ochoa y Jesús A. Rojas Díaz plantearon una acción popular de inconstitucionalidad contra las normas contenidas en los artículos y la disposición ya citados, por ser violatorios de los artículos 318 y 320 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Plantearon que restringen la capacidad del BCV para cumplir sus objetivos y, por tanto, ponen en alto riesgo la estabilidad de los precios y de la unidad monetaria, con la respectiva pérdida de respaldo en reservas internacionales de la moneda venezolana.
Dicho de otra forma: la publicación del cartel por la Sala Constitucional señala que el manejo discrecional de las reservas internacionales del BCV es un asunto de interés público que afecta a todos los venezolanos y que todos los venezolanos podemos pronunciarnos.
También es conveniente precisar que los artículos 113 y 114 y la Disposición Transitoria Décima de la Ley del BCV fueron formulados por el Gobierno Nacional para financiar políticas fiscales deficitarias, al disponer de los fondos de las reservas internacionales del instituto emisor. Pero, además, tales artículos son violatorios del artículo 314 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, al romper el principio de legalidad del gasto público.
Este grupo de profesionales de la economía espera que con esta medida se anule los artículos 318 y 320 y, de esta manera, se impida que las reservas excedentarias sean manejadas por el Ejecutivo Nacional. La única manera en que esto pudiera hacerse de forma legal es que el Estado depositara el contravalor en bolívares de las reservas en divisas internacionales.
El cartel de la Sala Constitucional fue consignado el 11 de octubre en el expediente Nº 338-06, previa publicación del mismo en el diario El Universal. A partir de ese momento y durante diez días, todos los interesados pueden adherirse como terceros intervinientes a esta acción, cuyo objetivo fundamental es proteger la economía nacional.
Cuando la Sala Constitucional fije la audiencia intervendrán los economistas García Mendoza, Ochoa y Guerra y sus abogados Juan Carlos Gutiérrez Ceballos y Claudia Valentina Mujica Añez, así como los representantes del Ministerio Público, el Banco Central de Venezuela, la Asamblea Nacional y todos aquellos interesados como terceros intervinientes o coadyuvantes.

Jorge Lazo Cividanes: UNA DERECHA POSIBLE Y NECESARIA

Hace algunas semanas Nicolás Sarkozy, ministro del Interior francés y uno de los principales candidatos a las presidenciales del próximo año, ofreció una larga entrevista (Le Figaro, 01/09/06) en la que afirma que la democracia es el sistema de las alternativas y que la izquierda y la derecha no deben temer de mostrar al electorado sus diferencias. El líder de la Union pour un Mouvement Populaire se reivindica como uno de quienes han contribuido a librar de sus complejos a la derecha francesa, y no oculta, desde luego, su simpatía por el liberalismo económico y el fomento a la creación de riqueza. No por ello, sin embargo, deja de recriminar la perversa retórica de quienes sólo hablan de las desigualdades sin reducirlas.
El ministro francés defiende algunas posturas clásicas de la derecha: la recompensa al trabajo, el reconocimiento al mérito, el equilibrio de las finanzas del Estado, políticas de seguridad más estrictas, una mayor atención a la calidad, costo y número de funcionarios en el sector público, etc. Pero no recurre a la ambigüedad ni huye de la polémica. Reclama, por el contrario, un debate electoral sobre temas espinosos (como la inmigración) y no pierde ocasión para resaltar la importancia de la discusión de ideas. “Si los temas más relevantes no son discutidos durante una campaña presidencial -advierte Sarkozy- no lo serán nunca”. Fuera del fragor electoral podrían, seguramente, discutirse con mayor mesura y profundidad, pero jamás convertirse en un verdadero debate nacional en el que los electores estén posibilitados de otorgar un mandato.
Sarkozy habla de “ruptura” en un país donde los cambios son permanentemente bloqueados (lo que no representa ninguna paradojas en un país con una larga tradición de revoluciones frustradas). Pero aboga por el consenso, y he ahí lo importante. Conviene en democracia que la necesidad y pertinencia de determinados cambios sea una convicción entre sectores sociales no sólo vastos, sino también diversos. Otra cosa es abandonar el espíritu democrático, adosándose peligrosamente a formas de despotismo, con sus cargas de intolerancia e inestabilidad (añadiendo nuevos problemas a la carencia de soluciones). La construcción de consensos, sin embargo, es una tarea compleja. Titánica, en ocasiones. Más aún cuando las ideas que privan políticamente se apartan o excluyen las convicciones propias. A veces obsesionados por no encontrarse en una posición minoritaria, los políticos se sienten estimulados a callar puntos de vista controvertidos y hacen suyo el discurso dominante.
Se olvida con frecuencia, en estos casos, que la política es un oficio, y no sólo recompensa la astucia, sino también la audacia y la tenacidad. En ese sentido, el arte de la política no sólo supone expresar ideas populares, sino sobre todo popularizar ideas. No hay ningún cambio profundo que no comience con una manera distinta de ver las cosas. Y cuando se requieren grandes transformaciones, como nunca el trabajo del político es convencer y movilizar. “Quiero darle la espalda a la política que explica que aquello que es necesario es imposible”, dice Sarkozy. Se dirige a los franceses desde la derecha, pero su mensaje sin duda cala más allá.
No obstante, más que sobre las tribulaciones que aquejan a la patria de Victor Hugo y Montesquieu, la entrevista a Sarkozy me ha hecho pensar en el caso de Venezuela. Frente al panorama desolador de las ideas políticas de quienes hoy gobiernan, la retórica circense y las vueltas en círculos alrededor de nuestros propios errores históricos, no sólo se echa de menos un auténtico debate nacional sobre una visión moderna del país, sino también el talento político capaz de promoverlo. Como en la Francia de Sarkozy, los venezolanos estamos bloqueados, pero carentes de un proyecto político que encarne sin complejos la posibilidad de una transformación profunda y verdadera, más allá de nuestros tradicionales mitos y fetiches. No en vano, cuando la frustración y el desengaño acaben con el proyecto bolivariano, tendremos aún pendiente la tarea de construir un futuro. Las crisis son oportunidades, pero requieren coraje, audacia, ingenio. Tal vez, debajo de la nieve ya crezca la hierba. Los vacíos políticos se van generando y requiere ser llenado. No por sectores económicos o intelectuales, sino por políticos que hagan política; por una derecha que en este momento –y quizás más que antes- no sólo es posible sino también necesaria.

Festivales: CINE LATINO EN MARSELLA

Los cineastas venezolanos Diana y Atahualpa Lichy anuncian, desde París, que están preparando los IX Encuentros de Cine de Marsella, que tendrán lugar del 23 de marzo al 3 de abril de 2007.
Este evento pretende otorgar al cine latinoamericano una plataforma que permita su más amplia difusión, en particular a las películas que no han encontrado aún distribuidor en Francia.
Los Encuentros de Cine Sudamericano de Marsella constituyen una de las manifestaciones más antiguas de la región de Provenza, Francia. Es un proyecto de la Asociación ASPAS y se ha transformado en un evento mayor de Marsella y su región.
"Estamos seguros —plantea Atahualpa Lichy, director artístico del evento— que el cine latinoamericano continuará despertando el entusiasmo que ha motivado en las manifestaciones pasadas y que nos ha permitido ir creciendo. Además de Marsella, organizamos proyecciones en Manosque, La Ciotat, Septèmes-les-Vallons, Barcelonette, Porto Vecchio, en Córcega. Una parte de la programación se retomará en París".
Los Encuentros de Cine Sudamericano de Marsella mantienen una asociación estratégica con la Educación Nacional y organizan las Lecciones de cine, destinadas en particular a los profesores y dictadas por profesionales invitados al festival.
Diana Lichy, coordinadora general, define en este sentido: "Pero también presentamos proyecciones especiales para estudiantes de colegios y liceos. Los jóvenes tienen un rol muy activo, gracias al Premio de la Juventud, que otorga un jurado de 11 estudiantes".
"Este año, además de nuestra Sección en Concurso de películas latinoamericanas, rendiremos homenaje a las realizadoras del continente, presentando una amplia muestra de sus obras", concluye Atahualpa.
Al concurso podrán optar largos y cortos, de ficción y documental, realizados en los últimos 18 meses y que no hayan salido comercialmente en Francia. La fecha límite de envío es el 20 de enero de 2007.
En Ideas de Babel invitamos a todos nuestros amigos cineastas de América Latina a someter sus nuevas películas ante la comisión de selección —en DVD o VHS y sin necesidad de que estén subtituladas— a la siguiente dirección:
Rencontres Cinématographiques Sud-Américaines de Marseille et Région.

Diana y Atahualpa Lichy 25 rue Gandon 75013 Paris Francia
Tel: +331-4582 4032
Direcciones electrónicas:
marseille-rencontres@noos, fr atalichy@noos.fr y atahualpa@lichy.fr

miércoles, octubre 18, 2006

Cine: MEMORIA DE LA MÉRIDA PERDIDA

Obra poco usual en la producción venezolana, La ciudad de los escribanos es un film de tono distinto que rescata el espíritu de ese cine merideño que ha creado una escuela estilística y una tendencia de realizadores con una óptica distinta. Un tipo de cine que goza de poca difusión comercial pero que existe y tiene algo que decir. Ya está en cartelera y creo que vale la pena comprar el boleto para descubrir una historia distinta.
Dirigido por José Velasco, el film reconstruye los acontecimientos dramáticos que tuvieron lugar en los Andes venezolanos, en 1785, para lograr la fundación del Seminario de San Buenaventura de Mérida, que después daría origen a la gloriosa Universidad de Los Andes, que entre otros logros del pensamiento se convirtió en la gran patrocinadora del cine venezolano.
La ciudad de los escribanos se desarrolla en un momneto muy especial del período colonial y narra la historia de un obispo franciscano que desafió a las autoridades de la época en su afán por construir una importante casa de estudios, en un pequeño pueblo de las montañas andinas. Llevar a cabo esta empresa desató una lucha de poderes de tal magnitud que terminó por costarle la vida. Para la época, los escribanos eran personas a las que se les atribuía un gran poder sobre el conocimiento y una gran pasión por las escrituras y las cartas, considerando éstas como algo sagrado. En este sentido, La ciudad de los escribanos es un largometraje que muestra también parte de la historia de Mérida. Por otra parte, también pone en el tapete la historia verdadera de un joven escribano dedicado al comercio con libros prohibidos por la Santa Inquisición y que, a su vez, está envuelto en una relación amorosa con una campesina.
Velasco realizó una obra pequeña, compacta, nada efectista, que rescata la dignidad del ser humano a través de una historia aparentemente sencilla pero compleja en su interior. Esta historia es protagonizada por el fallecido actor Rafael Briceño, figura cimera del teatro, el cine y la televisión nacionales, quien entregó su última interpretación encarnando a ese obispo rebelde y testarudo a quien debemos el derecho al conocimiento en libertad, aunque esto suene poco coherente con el pensamiento de la Iglesia de entonces. También actúan Alfonso Urdaneta, Nelson Rivero e Iván Maldonado, entre otros.
Puntuación: *** Buena
LA CIUDAD DE LOS ESCRIBANOS. Venezuela, 2006. Dirección y guión: José Velasco. Producción: Francisco Quiñonez. Fotografía: Césary Jaworski. Elenco: Rafael Briceño, Alfonso Urdaneta, Iván Maldonado, Mari Rivas y Nelson Rivero, entre otros. Distribución: Cines Unidos.

Cine: GRITOS Y SUSURROS

La nueva película de Isabel Croixet está destinada a crear la polémica pero también el reconocimiento. Ganadora en 2005 de los tres premios Goya más importantes —película, guión y dirección— La vida secreta de las palabras establece una extraña relación no sólo entre los personajes que la habitan sino entre tales personajes y los expectadores. Existe cierta magia que no obtiene explicaciones lógicas pero sí sensoriales.
Un lugar aislado en medio del mar con una plataforma petrolífera donde sólo trabajan hombres y en la que ha ocurrido un accidente. Hasta allí llega una mujer solitaria y misteriosa que intenta olvidar su pasado —sin que el expectador pueda conocer tal misterio— para que cuide de un hombre que se ha quedado ciego temporalmente tras un accidente igualmente misterioso. Entre ella y él va creciendo una extraña intimidad, un vínculo complejo que alberga verdades y mentiras, humor y dolor, confesiones y hallazgos. Una película que se construye a partir del pasado de ambos y sobre la necesidad afectiva de compartir secretos.
Isabel Coixet ha profundizado en la vida secreta de las palabras para contarnos lo que el verbo no dice. "Algunas cosas están mejor en el aire, sin ser pronunciadas", dice Josef, un tipo sarcástico y difícil, del que en principio sólo sabemos que está a punto de quedarse ciego debido a un accidente en esa plataforma petrolífera. Intuimos que debe de haber alguna explicación para esa dureza humorística que despliega, pero ignoramos su causa. Ahí esta el secreto que vamos descubriendo furtivamente. Son frases grabadas a la desesperada en un contestador telefónico, por una mujer con un tono de voz grave, anhelante, pero también con algo terrible e íntimo que hace que nos reconozcamos en esos mensajes cruzados en la noche que todos hemos recibido alguna vez. Sin embargo, la película no es un relato de amores perdidos, sino una historia de supervivientes.
Indagar en la raíz del dolor tiene muchos riesgos. Sin embargo, a veces puede conducir a una desnudez más íntima que la del amor. La película trata precisamente de eso, de la fuerza de la vida capaz de reconstruirse desde la nada, del deseo y la vulnerabilidad, de las palabras y el poderoso vínculo que las une.
Ah, se me olvidaba: las actuaciones son muy buenas, en especial las de Tim Robbins y Sarah Polley, sin desmerecer a Javier Cámara y Julie Christie.

Puntuación: **** Muy buena


LA VIDA SECRETA DE LAS PALABRAS ("The secret life of the words"), España, 2005. Dirección y guión: Isabel Coixet. Producción: Esther García. Producción ejecutiva: Agustín Almodóvar y Jaume Roures. Fotografía: Jean Claude Larrieu. Montaje: Irene Blecua. Dirección artística: Pierre-François Limbosch. Vestuario: Tatiana Hernández. Elenco: Sarah Polley, Tim Robbins, Javier Cámara, Sverre Anker Ousdal, Eddie Marsan, Steven Mackintosch, Eddie Marsan, Julie Christie, Daniel Mays, Dean Lennox Kelly, Danny Cunningham.

Felipe Benites: PERDÓN… ¿DIJO USTED TRUEQUE?

Dentro de su profesión, algunas personas se caracterizan en su terquedad por buscar explicaciones a ciertas conductas anómalas o “extrañas”, con el fin de asimilar la perturbación que suelen producir. Al respecto, no solo padecí la angustia que a no pocos produjo la caudillesca insistencia sobre “las cachamas y los plátanos”, sino que consecuentemente emprendí la búsqueda de razones para saber a qué atenerme.
Hace más de un año este mismo tema fue abordado por el hombre sin nombre y graficó tan sofisticado mecanismo de intercambio comercial con las mismas mercancías ya señaladas. En ese momento, la gran prensa no hizo mayores consideraciones sobre el asunto y el que les conté tampoco; la cosa no pasó de allí. Sin embargo, en medio de plena campaña electoral —donde el ambiente de knockout de los primeros rounds pareciera diluirse en una posible decisión dividida— la potencial letanía reaparece con idénticos pelos y señas. Cabe entonces suponer que mucho no habrá variado el sentido original de la acción de 2005.
“El trueque…”, volvió a atronar el hombre apenas unos días atrás, cual descubrimiento reciente y puntal de la próxima revolución tecnológica, cuyo mejor exponente sería —que duda cabe— la Venezuela del siglo XXI. Pues sí, compatriota, el trueque es la novedosa institución que será capaz de eliminar la desigualdad del intercambio, la indebida apropiación del trabajo del “otro”, las diferencias entre los individuos, en fin, el muy humano deseo de aumentar la tasa de ganancia como si ésta, en ausencia de papel moneda, no se fuese a manifestar bajo cualquier forma: jabones, pasta dental, carne, leche, cualquier cosa, en especial dólares y euros que circularían en el mercado negro. ¿O debería decir mercado "afrodescendiente"?
Como poco se sabe sobre las filigranas “teóricas” que los muy audaces y solícitos tinterillos estarán produciendo por ahí, hasta ahora el razonamiento mostrado es muy básico: el dinero es la capitalista causa de todos los males, por lo tanto si eliminamos el dinero, eliminaremos también los males de la capitalista sociedad. Para demostrarlo se nos refiere el caso de Judas, quien según el galardonado honoris causa, fue el primer capitalista del mundo, aun cuando el capitalismo no tenga más de cuatro siglos de existencia y Judas no menos de veinte convertido en polvo. Pues bien, éste vendió a Jesús por unas mugrosas monedas y de allí en adelante al dinero se le hizo “la señal de la cruz con la mano izquierda”. Ante tan sesuda explicación, uno no hace más que extrañar el marco teórico del pensamiento socialista y preguntarse por su manejo.
Qué hay de la teoría de Marx y Engels que ubica en la aparición del comercio —por cierto, su primera versión fue el trueque— el pecado original de la civilización. Porque recordemos que para este sistema de pensamiento, el problema de la explotación no radica en la existencia del dinero, tenga éste la forma del oro, la plata, conchas marinas o bachacos, sino que subyace al acto mismo de intercambiar mercancías con un precio “más alto del que costó producir”. El dinero entonces sólo es un medio que facilita el intercambio. Es el sofá del conocido chiste; eliminar el dinero equivale así a decir “vendí el sofá…”. Pero los cachos siguen allí, porque lo que determina el precio de una mercancía es su escasez relativa. En el rural y bucólico ejemplo histórico, si las cachamas escasean, pues habrá que aflojar más plátanos para obtenerlas, así de sencillo. Y, un poco más prosaico, lo que usted estuvo dispuesto a pagar por un bidón de gasolina, un refresco o una cerveza durante el paro, no lo pagaría hoy en circunstancias normales, sin importar que lo hiciere en bolívares, tomates, cebollas o chapitas.
Ahora, si ningún autor respetable plantea retornar al precámbrico, por qué razón “mister trueque” lo hace. Dos hipótesis asoman como las más plausibles: a) estamos ante una de las más claras manifestaciones de la “ignorancia delirante” con la que Uslar calificó en su momento a “este niño”; o b) presenciamos la puesta en escena de un cinismo político inédito al tratar de manipular las creencias de un pueblo que reniega del dinero –aunque le encante-, ve en el “otro” el origen de sus penurias, exhibe como antivirus apenas entre 7 y 8 años promedio de escolaridad y sufre además de una dilatada historia de tutelaje ciudadano.
La posibilidad explicativa de cada una de las hipótesis es preocupante, evidentemente, la segunda mucho más que la primera, porque mucha experiencia no hace falta para saber que “el talento sin probidad es un azote”. Sin embargo, una tercera y maliciosa explicación podría decir que ambas hipótesis son válidas y son aplicadas en forma conjunta, mientras que una cuarta —de seguro la que ustedes estarán pensando— le diría a este pobre sociólogo: ¡Cállese y deje eso en manos de la psiquiatría!

jueves, octubre 12, 2006

Sumario: 13-10-06

Amigos en Venezuela y el mundo:
En primer lugar, quiero darle las gracias a los lectores que escriben desde tantos lugares del planeta. Es un verdadero placer estar en contacto con ustedes.
En esta nueva edición de Ideas de Babel encontrarán:

  1. Hugo Chávez hace todo por amor. Así lo acaba de anunciar su nueva campaña publicitaria para la reelección. Pero nadie le cree. ¿Por qué será? Ese es el tema en la sección Política Ficción donde encontrarán una reflexión sobre esos amores que matan.
  2. En la sección Cine se halla el X Festival de Cine Español que comenzó anoche con 21 películas que buscan la atención del cinéfilo venezolano. Conforma el acontecimiento más importante en la cartelera. Por eso hoy trabajamos La fiesta del chivo, la muy satisfactoria adaptación del peruano Luis Llosa de la novela homónima de su primo Mario Vargas Llosa, y El método, una incisiva visión sobre el mundo de la competitividad en medio de los conflictos de la sociedad actual que el argentino Marcelo Peñeyra propone a partir de El método Grönholm del dramaturgo catalán Jordi Calcerán.
  3. Como columnista invitado, Trino Márquez analiza los escenarios después de la avalancha opositora del sábado 7 de octubre.
  4. Finalmente, en Culinaria, un toque grato: el Giglio Ristoranti de Valencia: una auténtica sorpresa.

A partir de hoy Ideas de Babel se distribuirá los viernes, para que ustedes aprovechen el fin de semana para leerlo.
Recuerden que pueden convertirse en columnistas y difundir esta información a través de sus respectivas bases de datos.
Sólo tienen que ingresar a
www.alfonsomolina.blogspot.com.

Gracias.

Alfonso Molina

Política ficción: AMORES QUE MATAN

A mis lectores que no están en Venezuela debo informarles que hace unos días comenzó una etapa en la campaña por la reelección de Hugo Chávez que marcó un viraje importante en el desarrollo de su discurso. Después de ocho años desarrollando un tono agresivo, militarista y excluyente en su comunicación como presidente, el candidato a la reelección se presenta en spots de televisión y radio y en avisos de prensa hablando de amor. Como si fuese un hippie de los sesenta. Repite exactamente esto:

MENSAJE DE AMOR PARA EL PUEBLO DE VENEZUELA.
Siempre lo he hecho todo por amor. Por amor al árbol, al río, me hice pintor. Por amor al saber, al estudio, me fui de mi pueblo querido, a estudiar.
Por amor al deporte me hice pelotero. Por amor a la patria me hice soldado. Por amor al pueblo me hice Presidente, ustedes me hicieron Presidente.
He gobernado estos años por amor. Por amor hicimos Barrio Adentro.
Por amor hicimos Misión Robinson. Por amor hicimos Mercal. Todo lo hemos hecho por amor. Aún hay mucho por hacer. Necesito más tiempo.
Necesito tu voto. Tu voto por amor.

Desde luego, el país se muere de la risa. Hasta los chavistas. Nadie se cree las palabras de esta nueva estrategia. Para comenzar el Presidente Chávez ni fue pintor, ni se fue de su pueblo a estudiar, ni fue pelotero y como soldado y Presidente no ha dudado en vestirse y vestir a Venezuela de rojo “hemoglobina”. Chávez comienza a usar el color azul —propio del candidato opositor Manuel Rosales— y a reducir el rojo. Su canciller, Nicolás Maduro, anuncia que Venezuela rechaza los experimentos nucleares de Corea del Norte —país que acaba de visitar el presidente y con el que declaró su solidaridad— mientras reaparece en la escena pública María Isabel Rodríguez ­—¿sigue siendo la esposa de Chávez?— para hablar de la familia venezolana como contrapartida de Evelyn de Rosales, la esposa del candidato opositor, que ha generado mucha aceptación en el electorado. Lo que subyace en todo esto es que la candidatura de Chávez decae y la de Rosales crece. Según las propias encuestas ordenadas por la sala situacional del palacio de Miraflores —y no por la oposición— la diferencia entre el presidente y su rival es de apenas ocho puntos porcentuales: Chávez 50% y Rosales 42%. ¿Puede el presidente aceptar esta realidad? ¿Puede entender que quien lo derrote sea un venezolano y no George W. Busch? ¿Quién se lo va a explicar? ¿Cuál estratega de campaña?
Todos los que hemos trabajado en la industria publicitaria y, específicamente, en el campo creativo, sabemos que no se puede construir una estrategia de persuasión sobre la base de mentiras claramente demostrables. Es estúpido, además de poco ético. A ningún creativo publicitario —por más oportunista que sea— se le ocurriría diseñar un aviso para una marca de cigarrillos afirmando que es la única marca de cigarrillos que no produce cáncer. Puede hablar de sabor, de suavidad, de menor precio, pero no puede decir que esa marca de cigarrillos no produce cáncer. Algo similar sucede con esta campaña de Chávez. Nadie puede hablar de amor cuando ha demostrado odio. Ese amor de Chávez es como el cigarrillo: mata. Poco a poco pero mata. Es letal.
Mi amiga Madame Estilete se niega a pensar que ésta es una estrategia electoral normal. No se imagina a publicistas políticos profesionales recomendando esta vía creativa. Ella piensa que lo que hay detrás es mucho peor. Me recuerda las características de la matriz básica de la comunicación fascista: la mentira y la fuerza versus la verdad y la inteligencia.