sábado, marzo 03, 2007

Cine: LA VIDA, EL AMOR Y LA LOCURA

Una situación dramática insólita y fantástica es el punto de partida de Una abuela virgen, una comedia venezolana que se adentra en el alma femenina para expresar la utopía de la resurrección, es decir, para regresar desde el mundo de los muertos con la experiencia de toda una vida en un cuerpo mucho más joven. Una fantasía que habla de personajes cotidianos, sin héroes ni villanos, que buscan su felicidad, tal como le gustan a su director Olegario Barrera, quien tenía 16 años sin estrenar un film. Hacer una película tan fantasiosa es un desafió. Barrera enfrentó ese reto y lo supo dominar.

Barrera debutó en el largometraje con su exitosa Pequeña revancha (1984), inspirada en un cuento del Antonio Skármeta y ganadora de muchos premios internacionales, que contó una historia de amistad y solidaridad entre niños en el marco de una dictadura militar. Luego realizó Operación billete (1987), donde unos ancianos protagonizan un relato de esperanza gracias a la solidaridad entre ellos. Su próximo trabajo, tal vez el menos interesante, fue Un domingo feliz (1988), inscrito en la serie latinoamericana Amores difíciles, sobre guiones de Gabriel García Márquez. Su último largo estrenado, Fin de round (1991), adaptación de la pieza teatral de Rodolfo Santana, se ambientó en el mundo del boxeo amateur, con personajes populares que intentan abrirse camino en medio de las dificultades.

Una abuela virgen se inicia durante una noche lluviosa, cuando Alirio, un trompetista que pasa una mala racha, medio borracho, toca su instrumento y, por accidente, emite la misteriosa nota exacta que, según los querubines, deberán resucitar a los muertos El Día del Juicio Final. En el cementerio cercano se rompen los sellos de una lápida y resucita Antonieta, muerta a sus ochenta y cinco años pero extrañamente reaparece su propio cuerpo pero cuando tenía veinte años, es decir, cuando era virgen. La resurrecta llega al antiguo apartamento donde vivió, habitado por su bella nieta Mónica, quien está embarazada y es víctima de un desengaño amoroso. Pero del cementerio también viene Jazz, un ángel que trata de convencer a Antonieta que regrese a su tumba para mantener “el orden universal”. El problema es que Antonieta ha vuelto a probar el sabor de la vida y no quiere regresar a la tumba. Después de muerta, ella descubre la vida. Buena paradoja.

La película deambula por los espacios de lo fantástico para abordar asuntos muy terrenales, como la violencia y el abuso contra la mujer. Lo hace de una forma jocosa, con un humor que roza el absurdo pero que construye un discurso coherente y dramático, aunque por momentos pareciera que pierde el ritmo para retormarlo después. Es una irregularidad que se siente en determiadas escenas que parecen más de comedia de televisión que de cine. El trabajo musical de Trina Medina se revela como muy expresivo y particular.

Daniela Alvarado destaca del conjunto del elenco con una actuación rica en matices y compenetrada con el personaje de una abuela que reencuentra el amor, la sexualidad y una oportunidad para vivir fuera de la represión. Esto no desmerece para nada el trabajo interpretativo de Marlene de Andrade, Antonio Delli e Iván Tamayo. Todos están muy bien sincronizados con su rspetivos papeles. Simplemente Daniela Alvarado alcanza niveles muy altos.

Calificación: 7/10

UNA ABUELA VIRGEN, Venezuela, 2007. Dirección: Olegario Barrera. Guión: Olegario Barrera, sobre la obra teatral Rock para una abuela virgen, de Rodolfo Santana y con la cooperación de Carmen Roa y Julio César Mármol. Producción: Olegario Barrera y Laura Oramas. Fotografía: Willie Balcázar. Montaje: Fermín Branger. Música: Trina Medina. Sonido: Mario Nazoa. Elenco: Daniela Alvarado, Antonio Delli, Marlene de Andrade e Iván Tamayo, entre otros. Distribución: Cines Unidos.

No hay comentarios.: