sábado, marzo 03, 2007

Cine: JUEGO DE NIÑOS

Cada rostro tiene un secreto. Cada vida esconde un misterio. Cada persona tiene su otro yo. Como lo constata Sarah Pierce cuando descubre que su esposo se masturba viendo a una heroína erótica virtual en su computadora. O cuando se descubre a sí misma como una Madame Bovary de los suburbios acomodados de una imprecisa ciudad estadounidense. O cuando inicia una relación amorosa con un hombre casado que se niega a crecer y asumir sus responsabilidades. Son los chiquillos que pueblan Secretos íntimos, el nuevo e inquietante film de Todd Field.

Tras debutar acertadamente en la dirección de largometrajes con la magnífica y dramática Un crimen inconfesable (”In the bedroom”, EEUU, 2001), el otrora conocido actor Todd Field tardó cinco año en completar su segundo film, Secretos íntimos, a partir de una novela de Tom Perrota que observa las conductas inmaduras de un grupo de familias de una comunidad aparentemente normal. Titulada originalmente Little children, la película serpentea entre parejas insatisfechas de “chiquillos” que actúan como si nada estuviera pasando entre ellas. Sarah (Kate Winslet) está casada con Richard (Gregg Edelman), el exitoso brandmaker adicto a la pornografía, y se enreda sexualmente con Brad Adamson (Patrick Wilson), un hombre joven y guapo que cursó leyes pero no ha logrado supera el examen de la barra, a su vez casado con Kathy (Jennifer Connelly), bella y aguda documentalista de la televisora estatal PBS. Al lado de ambas parejas se sitúan Ronald (Jacky Earle Haley), un convicto de pedofilia que acaba de salir de la cárcel y despierta el odio de la comunidad, y Larry (Noah Emmerich), el ex policía propenso a la violencia y la culpa. Entre ellos se teje un conjunto de relaciones difícil de identificar pero que es real y contundente. Poco a poco el guión va trazando una ruta que al principio parece caprichosa pero que termina armando un gran drama.

Field construye un relato a ratos implacable con sus personajes pero nunca llega a condenarlos moralmente. Los personajes evolucionan como manchas de aceite en el piso. Brad, por ejemplo, es un irresponsable que no quiere escapar de la adolescencia, pero tendrá que elegir literalmente a golpe. Sarah evade el desamor de su matrimonio recreando de manera personal la Madame Bovary de Flaubert, pero entiende que no puede elegir una “nueva vida” sin dañar a los demás y a sí misma. Edipo marca la vida de Ron, quien no se siente capaz de cambiar su patología pero tiene el arrojo de tomar una decisión drástica. Larry comprende al final que aceptar el perdón es una forma de perdonarse a sí mismo. Todos son chiquillos obligados a madurar.

Secretos íntimos reafirma la vocación trasgresora de Todd Field. Si en Un crimen inconfesable había justificado la necesidad de la venganza ante lo irreparable, en su segundo largometraje desnuda la irresponsabilidad ética más que moral ante los cánones de la vida social. Todos son culpables pero también víctimas. ¿Quién se atreve a perdonarlos?

Calificación: 7,8/10

SECRETOS ÍNTIMOS (Little children), EEUU, 2006. Dirección: Todd Field. Guión: Todd Field y Tom Perrotta; basado en la novela de Tom Perrotta. Producción: Albert Berger, Ron Yerxa y Todd Field. Fotografía: Antonio Calvache. Montaje: Leo Trombetta. Música: Thomas Newman. Elenco: Kate Winslet, Jennifer Connelly, Patrick Wilson, Gregg Edelman, Noah Emmerich, Jackie Earle Haley, Phyllis Somerville Ty Simpkins. Distribución: Cinematográfica Blancica.

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