Por alguna razón desconocida, la isla que más queremos los venezolanos —a pesar de sus autoridades y sus empresarios— se ha convertido en un amplio menú de las distintas cocinas regionales de Italia por sobre cualquier otra expresión de al culinaria de oitros países. En Margarita hay mucho más restaurantes italianos que venezolanos, españoles, franceses, árabes o japoneses. Tal vez porque se trata de una gastronomía nacional que se ha esparcido por el mundo, quizá por que en la isla hay una importante colonia de la península. Esto son algunos de los más emblemáticos.
En la calle Campos de Porlamar se encuentra Mediterráneo que sigue siendo no sólo el mejor de Margarita sino uno de los mejores de toda Venezuela. A partir de las cocinas tradicionales de la bota surge una propuesta innovadora que mantiene la calidad de la materia prima e impone las técnicas de cocción más modernas. Es el más caro de la isla, pero también el mejor. Carpaccio de camarones con brandy y pistacho, pargo con miel y ajo fresco, langostinos con naranja y couscous.
Más allá se encuentra Positano, que nació en la calle Fermín de Porlamar y ahora se extiende al Centro Sambil de la isla, a Las Mercedes en Caracas y a Maracaibo y Puerto Ordaz. Es, sin duda, el más exitoso, sobre la base de una buena cocina popular a buenos precios y con una atención amable. Linguini al vongole, fetuccine con langostinos, todo tipo de pizzas.
El otro más exitoso es Casa Caranta, en la entrada a Pampatar, cerca de la iglesia, donde converge la cocina italiana del mediterráneo con ciertos platos de la cocina asiática. Sigue de moda aunque sus precios sean un poco elevados. Langostinos en nube de queso de cabra, Involtini de lomito con hongos porcini, pastas de todo tipo.
En la avenida Aldonza Manrique se encuentra un local sin pretensiones que ofrece una carta muy por encima de la media: el Dolphin. Con la calidez de sus dueños y la calidad de sus fogones, no cede a la tentación de las modas y mantiene sus propuestas tradicionales. Salchichas con aceitunas negras, lechón al horno, conejo agridulce y los antipastos.
Cine Cittá, en el Sambil, es una fiesta por su ambiente aunque su cocina no sea excelsa. Apenas cumplidora y, eso sí, abundante. Allí se dan cita para hacer negocios, celebrar cumpleaños o simplemente engullir pasta como si fuese a pasar de moda. Saltimbocca a la romana, pasta de la nona, pizza Claudia Cardinale.
Aún no conozco el San Domenico, en Pampatar, pero me dicen que es muy buena su oferta de carnes argentinas trabajadas a la grilia el estilo toscano. Posee, al parecer, la mejor bodega de vinos de la isla.
Eso sí, no se les ocurra ir a Il Gambero Rosso: cocina mediocre, pésima atención y dudosas condiciones higiénicas.
Más allá se encuentra Positano, que nació en la calle Fermín de Porlamar y ahora se extiende al Centro Sambil de la isla, a Las Mercedes en Caracas y a Maracaibo y Puerto Ordaz. Es, sin duda, el más exitoso, sobre la base de una buena cocina popular a buenos precios y con una atención amable. Linguini al vongole, fetuccine con langostinos, todo tipo de pizzas.
El otro más exitoso es Casa Caranta, en la entrada a Pampatar, cerca de la iglesia, donde converge la cocina italiana del mediterráneo con ciertos platos de la cocina asiática. Sigue de moda aunque sus precios sean un poco elevados. Langostinos en nube de queso de cabra, Involtini de lomito con hongos porcini, pastas de todo tipo.
En la avenida Aldonza Manrique se encuentra un local sin pretensiones que ofrece una carta muy por encima de la media: el Dolphin. Con la calidez de sus dueños y la calidad de sus fogones, no cede a la tentación de las modas y mantiene sus propuestas tradicionales. Salchichas con aceitunas negras, lechón al horno, conejo agridulce y los antipastos.
Cine Cittá, en el Sambil, es una fiesta por su ambiente aunque su cocina no sea excelsa. Apenas cumplidora y, eso sí, abundante. Allí se dan cita para hacer negocios, celebrar cumpleaños o simplemente engullir pasta como si fuese a pasar de moda. Saltimbocca a la romana, pasta de la nona, pizza Claudia Cardinale.
Aún no conozco el San Domenico, en Pampatar, pero me dicen que es muy buena su oferta de carnes argentinas trabajadas a la grilia el estilo toscano. Posee, al parecer, la mejor bodega de vinos de la isla.
Eso sí, no se les ocurra ir a Il Gambero Rosso: cocina mediocre, pésima atención y dudosas condiciones higiénicas.
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