En días pasados, Gallup hizo pública una encuesta que, de manera prácticamente clandestina, logró hacer recientemente en Cuba. Solo podía haber sido realizada de manera encubierta pues, como se sabe, los regímenes totalitarios prohiben o limitan enormemente cualquier instrumento que revele las opiniones y preferencias de sus ciudadanos; de allí el misterio que envuelve a estas sociedades.
Los resultados de la encuesta, que compara las sociedades urbanas de Cuba y de la América Latina, son extremadamente interesantes.
De un lado, aparece la satisfacción que los cubanos tienen con algunos componentes importantes de su vida social. Así, por ejemplo, 78 % de los encuestados se muestra satisfecho con el sistema educativo, versus 59% promedio para Latinoamérica; 75% se muestra a gusto con el sistema de salud, versus 57% promedio para la región, y solamente 5% reporta haber sido asaltado en los últimos doce meses, versus 16% promedio para América Latina. Esos son los aspectos que parecieran funcionar bien, porque luego están los componentes de la libertad, la esperanza, la democracia, la modernidad, y muchos otros aspectos relativos a la calidad de vida, en los que Cuba se muestra largo rato a la cola de la región. Sin duda, el tema más impactante es el relativo a la libertad: solo 25% de los cubanos se encuentra satisfecho con la libertad de la cual disfruta para hacer lo que quiera, versus 80% promedio de la región; y ese, por cierto, es el porcentaje más bajo de satisfacción, no solo de la región, sino de los 100 países en los cuales Gallup hace la misma encuesta. El porcentaje cubano está incluso por debajo de Zimbabwe (32%) y Etiopía (30%), por lo cual es fácil concluir que el régimen cubano ha de estar entre los más represivos del planeta.
La misma frustración se aprecia cuando se pregunta sobre la posibilidad que tiene la gente de utilizar sus habilidades y talentos tanto como desearía: sólo 34% de los cubanos responde afirmativamente, en comparación con un 66% promedio para la región.
En materia de vivienda e infraestructura algunos datos llaman la atención: 51% está satisfecho con la situación de vivienda, comparado con 80% para la región; y sólo 9% manifiesta satisfacción con el sistema de transporte, versus 56% para América Latina.
El rezago tecnológico y la desconexión con el mundo tiene distintas maneras de medirse; pero una de ellas es el acceso a Internet. En Cuba, apenas 1% de la población cuenta con acceso a Internet, frente al 24% promedio de la región.
Pero los intentos por mantener desconectada a la gente de lo que pasa en el mundo y por canalizarlos ideológicamente, tienen también sus limites. A pesar de décadas de campaña contra los Estados Unidos por parte del régimen cubano, sus habitantes siguen viendo al vecino del norte como una referencia. Un 44% piensa en ese país como el socio comercial ideal, frente a un 17% que menciona a China, en segundo lugar.
Una manera de ver el balance final que hacen los cubanos de la revolución es a través del juicio que emiten sobre el liderazgo del país. A pesar del temor con el cual pueden contestar a una pregunta tan comprometedora, un 53% lo desaprueba (40%) o no contesta (13%). Si bien esos porcentajes de aceptación o desaprobación son corrientes en una democracia, no resultan aceptables para una dictadura. Con estas respuestas, se entiende porque no se permiten las encuestas.
gerver@liderazgoyvision.org
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