Pequeña Miss Sunshine se presenta como la comedia sorpresa del año pasado, la más exitosa y la mejor lograda de los últimos tiempos. La verdad es que puede ser exitosa y de gran calidad pero no sé si estamos ante una comedia o —más bien— ante un desconcertante drama con ribetes de comedia que presenta a una familia disfuncional actuando en una sociedad también disfuncional. Ciertamente no se trata de una familia tradicional, en el sentido más laxo del término, sino de personas que viven cada cual sus propios dramas, problemas, decepciones, patologías, insatisfacciones… y esperanzas.
El padre y guía de esta familia es Richard Hoover (Greg Kinnear), esencialmente un perdedor, quien se gana la vida —precisamente— impartiendo cursos para crear “ganadores”. Su esposa Sheryl (Toni Collette) es la encargada de que la familia funcione más o menos bien y la única medianamente sensata. Un poco más allá se encuentra Dwayne (Paul Dano), rebelde adolescente que ha decidido no volver a hablar para manifestar su furia y desencanto. El abuelo (Alan Arkin) es un residuo de la generación contestataria de los sesenta que manifiesta su adición a la heroína y la pornografía. El recién llegado es el tío Frank (Steve Carell), profesor universitario y “el experto Nº 1 en Proust” de los EEUU, quien ha intentado el suicidio cuando se entera que su amante homosexual lo deja por “el experto Nº 2 en Proust”. Pero quien impulsa la trama de manera desaforada es Olive (Abigail Breslin), la encantadora niña de siete años, gordita y con anteojos, que quiere participar en un concurso de belleza llamado Little Miss Sunshine. El único problema es que el certamen se realizará en Redondo Beach, California, y los Hoover están en Alburquerque, Nuevo México, a mil 300 kilómetros de distancia. Pero esto no es un verdadero obstáculo. El escollo principal se halla en los miembros de la familia, habituados a practicar el auto-saboteo.
El planteamiento de los directores debutantes Jonathan Dayton y Valerie Faris —esposos y autores de numerosos clips y comerciales— promueve la risa a través de situaciones absurdas, pero siempre nos dejan un cierto sabor amargo. No quiero decir que esto sea un defecto. Al contrario, las mejores comedias son las que trascienden las risas y dejan pensando al espectador. Ambos directores han logrado que una película de bajo presupuesto, presentada originalmente en el Festival Sundance, haya interesado a 20th Century Fox para su distribución y, para colmo, que sea un éxito de público.
Pero volvamos a la epopeya de los Hoover. El azar siempre juega en contra. Un cadáver, por ejemplo, es un problema cuando un policía quiere inspeccionar el maletero de la camioneta. O la funcionaria del hospital encargada de las defunciones que se pone fastidiosa con todos los formulares a rellenar. O la organizadora del evento que pone obstáculos para que Olive no concurse. Todo parece estar en contra de las metas de los Hoover. Pero esta familia desastrosa logra recuperar sus valores en una corriente vital que va en contra. La trama se mueve con comodidad y con un definido tono de ironía. En el fondo, los Hoover son personajes ingenuos, cada cual amarrado a sus sueños —por imposible que sean— con una convicción que desafía cualquier lógica. Son los héroes de la cotidianidad.
Un drama con ribetes de comedia construido de forma inteligente y aguda, con el aporte de un elenco conmovedor, en el cual sobresalen Alan Arkin, como el abuelo, y Abigail Breslin como Olive.
Calificación: 7/10
PEQUEÑA MISS SUNSHINE (“Little Miss Sunshine”), EEUU, 2006. Dirección: Jonathan Dayton y Valerie Faris. Guión: Michael Arndt. Producción: Marc Turtletaub, David T. Friendly, Peter Saraf, Albert Berger y Ron Yerxa. Fotografía: Tim Suhrstedt. Montaje: Pamela Martin. Música: Mychael Danna. Elenco: Greg Kinnear, Toni Collette, Steve Carell, Paul Dano, Abigail Breslin, Alan Arkin, entre otros. Distribución: 20th Century Fox.
El padre y guía de esta familia es Richard Hoover (Greg Kinnear), esencialmente un perdedor, quien se gana la vida —precisamente— impartiendo cursos para crear “ganadores”. Su esposa Sheryl (Toni Collette) es la encargada de que la familia funcione más o menos bien y la única medianamente sensata. Un poco más allá se encuentra Dwayne (Paul Dano), rebelde adolescente que ha decidido no volver a hablar para manifestar su furia y desencanto. El abuelo (Alan Arkin) es un residuo de la generación contestataria de los sesenta que manifiesta su adición a la heroína y la pornografía. El recién llegado es el tío Frank (Steve Carell), profesor universitario y “el experto Nº 1 en Proust” de los EEUU, quien ha intentado el suicidio cuando se entera que su amante homosexual lo deja por “el experto Nº 2 en Proust”. Pero quien impulsa la trama de manera desaforada es Olive (Abigail Breslin), la encantadora niña de siete años, gordita y con anteojos, que quiere participar en un concurso de belleza llamado Little Miss Sunshine. El único problema es que el certamen se realizará en Redondo Beach, California, y los Hoover están en Alburquerque, Nuevo México, a mil 300 kilómetros de distancia. Pero esto no es un verdadero obstáculo. El escollo principal se halla en los miembros de la familia, habituados a practicar el auto-saboteo.
El planteamiento de los directores debutantes Jonathan Dayton y Valerie Faris —esposos y autores de numerosos clips y comerciales— promueve la risa a través de situaciones absurdas, pero siempre nos dejan un cierto sabor amargo. No quiero decir que esto sea un defecto. Al contrario, las mejores comedias son las que trascienden las risas y dejan pensando al espectador. Ambos directores han logrado que una película de bajo presupuesto, presentada originalmente en el Festival Sundance, haya interesado a 20th Century Fox para su distribución y, para colmo, que sea un éxito de público.
Pero volvamos a la epopeya de los Hoover. El azar siempre juega en contra. Un cadáver, por ejemplo, es un problema cuando un policía quiere inspeccionar el maletero de la camioneta. O la funcionaria del hospital encargada de las defunciones que se pone fastidiosa con todos los formulares a rellenar. O la organizadora del evento que pone obstáculos para que Olive no concurse. Todo parece estar en contra de las metas de los Hoover. Pero esta familia desastrosa logra recuperar sus valores en una corriente vital que va en contra. La trama se mueve con comodidad y con un definido tono de ironía. En el fondo, los Hoover son personajes ingenuos, cada cual amarrado a sus sueños —por imposible que sean— con una convicción que desafía cualquier lógica. Son los héroes de la cotidianidad.
Un drama con ribetes de comedia construido de forma inteligente y aguda, con el aporte de un elenco conmovedor, en el cual sobresalen Alan Arkin, como el abuelo, y Abigail Breslin como Olive.
Calificación: 7/10
PEQUEÑA MISS SUNSHINE (“Little Miss Sunshine”), EEUU, 2006. Dirección: Jonathan Dayton y Valerie Faris. Guión: Michael Arndt. Producción: Marc Turtletaub, David T. Friendly, Peter Saraf, Albert Berger y Ron Yerxa. Fotografía: Tim Suhrstedt. Montaje: Pamela Martin. Música: Mychael Danna. Elenco: Greg Kinnear, Toni Collette, Steve Carell, Paul Dano, Abigail Breslin, Alan Arkin, entre otros. Distribución: 20th Century Fox.
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