martes, septiembre 05, 2006

Cine: LA MEMORIA Y EL PERDÓN


Resulta paradójico que un cineasta sueco sea quien haya recogido y continuado la tradición del drama rural norteamericano. Lasse Halström ya había dirigido una docena de filmes en su Estocolmo natal -entre ellas la memorable Mi vida como perro, de 1985- cuando emigró a Estados Unidos y realizó en 1991 Once around, comedia cuyo éxito le permitió acometer en 1993 la muy reconocida ¿A quién ama Gilbert Grape?, que lanzó a la fama a Johnny Depp y Leonardo Di Caprio. Se dice a menudo que su mirada foránea es más incisiva que la de un cineasta local, lo cual demostró en Las reglas de la vida, en 1999, un film controvertido y estimulante a la vez. Pero cuando Halström enfrentó Una vida por delante, en 2004, se encontró con un drama de esos que llaman "de la Norteamérica profunda". La muerte, la ausencia, el recuerdo, el amor, el dolor, el perdón y la necesidad de seguir viviendo constituyen su registro emocional. Todo ello en una perdida localidad de Wyoming, donde ni siquiera hay un MacDonald's, como evidencia uno de sus personajes. Allí donde el viento se devuelve.
La trama se halla cruzada por varias líneas dramáticas que entretejen una tormenta moral. En el film sólo conocemos a Griff Gilkyson a través de fotografías evocadoras y referencias verbales, pero su memoria desgarra los corazones de dos personajes emocionalmente heridos. Su muerte es el punto de partida para que el título original de Una vida por delante sea, precisamente, una idea contraria: An Unfinished Life. "Una vida inconclusa" es el epitafio que Einar Gilkyson (Robert Redford) ha escrito en la tumba de su hijo. Cada día de su vida recuerda que Jean (Jennifer López), esposa embarazada de Griff, se encontraba tras el volante la noche cuando el auto de la pareja tuvo un accidente fatal, doce años atrás. Einar se dedicó a beber Jack Daniels como una forma de lamentar la ausencia de su hijo y a culpar a Jean por el accidente que le arrebató a su muchacho. La niña de la pareja, quien ahora tiene once años y también se llama Griff (Becca Gardner), descubre de pronto que tiene un abuelo cuando su madre regresa al rancho de Einar. Ese rancho lo comparte con su amigo de toda la vida Mitch (Morgan Freeman), quien un año antes fue atacado por un oso que casi lo mata. Por añadidura, Jean ha huído de la violencia de su novio Gary, quien la golpea de forma inclemente. Les dije que la trama tiene varias líneas dramáticas.
Halström construye de manera clásica una historia sobre los obstáculos que cada personaje debe enfrentar para superar las causas de sus penas íntimas. Para Einer y Jean esto significa volver a aceptarse mutuamente. Para Mitch, perdonar al oso que un año antes lo atacó y casi envió a la muerte. Pero para la niña Griff todo esto significa iniciar una vida sin mentiras ni engaños. Hasta ahora todo muy coherente. Sin embargo, el entramado de conductas contradictorias se desenreda de una forma extremadamente fácil, ayudado por las figuras emblemáticas de Redford y Freeman, demasiado dueños de sí mismos. Dos "monstruos" que se devoran la película y que contribuyen a hacerla predecible. Entre ambos se ubica una Jennifer López que tampoco convence como actriz. En cambio, la debutante Becca Gardner revela sostenida fuerza expresiva como la preadolescente Griff.
Bien dirigida y mejor actuada, Una vida por delante intenta ser una vía para comprender la necesidad de aceptarnos y compartir las desgracias que alejan y unen a la gente, pero Halström no logra trascender el enunciado primario, a pesar de una narrativa cuidada y respetuosa. Una película más que aceptable que pudo haber sido un gran drama.
UNA VIDA POR DELANTE ("An Unfinished Life") EE.UU., 2005. Dirección: Lasse Hallstrom. Guión: Mark Spragg y Virginia Korus Spragg, basado en la novela del primero. Fotografía: Oliver Stapleton. Montaje: Andrew Mondshein. Música: Christopher Young. Elenco: Robert Redford, Freeman, Jennifer Lopez, Becca Gardner, Josh Lucas, Damian Lewis, Camryn Manheim y el oso Bart. Distribución: Buena Vista.

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